Cómo me volví localista | Deborah Frieze | TEDxJamaicaPlain

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

La mayoría de nuestros grandes sistemas (educación, salud, gobierno y empresas) le fallan a la comunidad. ¿Y si dejamos de tratar de arreglarlos?Deborah Frieze afirma que es imposible cambiar los grandes sistemas: solo podemos abandonarlos y empezar de cero, o dar hospicio a lo que está muriendo. En esta charla explora las creencias subyacentes dentro de nuestra cultura que siguen manteniendo la mentalidad mundial y comparte una teoría de cambio radical que revela por qué el localismo representa la esperanza para el futuro: y todos tenemos en eso un papel fundamental.

Deborah Frieze es escritora, emprendedora y activista comprometida con el fortalecimiento de las economías locales. Es socia fundadora de Boston Impact Initiative y fundadora de Old Oak Dojo, un centro de aprendizaje urbano de Jamaica Plain donde se reúnen los vecinos para redescubrir cómo crear comunidades sanas y resilientes.

La forma en que queremos
cambiar al mundo no funciona,

y nunca va a funcionar.

Propongo una teoría de cambio radical,

en base a mi experiencia de trabajo

con gente que busca resolver
los problemas más agobiantes.

Esta creencia transforma en la mente
los esfuerzos por arreglar el mundo.

Y es la siguiente:

No se puede cambiar la base
de los grandes sistemas,

solo podemos dejarlos y empezar de nuevo,
o brindar hospicio a lo que muere.

Con grandes sistemas me refiero a
la educación, salud, gobierno, negocios,

todo lo que se caracteriza
por superorganización,

estandarización, regulación
y observancia.

No podemos deshacer,
arreglar, revertir, redirigir

o reasignar estos sistemas.

La razón es que no son máquinas,
son sistemas vivos.

En algún punto del camino,
quizás en tiempos de Isaac Newton,

nos confundimos sobre
el funcionamiento de la vida.

Nos convencimos

de que el mundo era causal,
lineal y predecible.

Y empezamos a tratar nuestro cuerpo,
nuestras comunidades y ecologías

como si fueran máquinas.

Las máquinas responden muy bien
a estrategias verticales preconcebidas.

Son los diseñadores e ingenieros
quienes les dan propósito.

Una máquina nunca criticará el plan
de 5 años ni perderá la fe en su jefe.

Por suerte, no somos así,
ni es así la vida.

Los sistemas naturales, vivientes, son
complejos, emergentes e impredecibles.

Todo sistema que conformamos los humanos
es un sistema viviente.

No es sorpresa que no podamos
predecir y controlar

el resultado de nuestro esfuerzo
de buena fe

por arreglar escuelas, hospitales,
bancos y burocracias.

Así que les muestro un mapa de lo
que podemos hacer por el cambio.

Los mapas nos orientan,
cuentan cómo vemos al mundo,

y en este momento,
creo que los mapas que usamos

nos han perdido trágicamente.

Así que este es un nuevo mapa,
el de un sistema viviente,

para comprender mejor
lo complejo del mundo en que vivimos.

Mis compañeros y yo
lo llamamos "las dos curvas",

aunque, para bien o para mal,

también oí que lo llaman
"las curvas de Deborah".

(Risas)

Todos los sistemas vivientes crecen,
alcanzan un pico y entran en declive.

En un punto, generalmente en el pico,
aparecen signos de turbulencia:

interrupción del suministro,
picos de demanda, precios volátiles.

Empiezan a aparecer las alternativas
al sistema dominante.

Yo las llamo "rebeldes".

Personas que dan la espalda
al sistema dominante

para experimentar la creación
de algo nuevo.

Si estos "rebeldes" se mantienen
aislados entre sí,

no pasa nada.

El sistema dominante aplastará,
absorberá o asociará a los pioneros,

porque todo sistema viviente
busca la autopreservación.

Pero si se conectan entre ellos,
intercambian información y aprendizajes,

sus esfuerzos separados, de repente,
pueden surgir como un poderoso sistema

capaz de alterar el viejo orden
y dar vida a algo nuevo.

Les doy un ejemplo.

¿Cuántos de Uds. cultivan su comida,
participan de un jardín comunitario

o compran productos
directamente de las granjas

a través de una agricultura
de apoyo comunitario, AAC?

Estamos en Jamaica Plain, ¿no?

Bien, hace 40 años, muy pocos
hablaban de alimentos orgánicos.

La mayoría consumíamos productos
de la agricultura industrial,

un sistema químico y
muy tecnológico de alimentos

que ha dominado al país
la mayor parte de nuestras vidas.

Pero cuando ese sistema llega a su pico,
pues los cultivos requieren

cada vez más aditivos caros y tóxicos
para producir la misma comida,

los "rebeldes" empiezan a experimentar
con alimento local y orgánico.

Hoy existen más de 6000 AAC
a escala nacional,

y la cantidad de mercados de agricultores
se disparó en los últimos años.

Supongo que, en esta sala,

la mayoría elegimos, a conciencia,
la agricultura orgánica y local.

Vemos que hoy se da el mismo fenómeno

en el paso del combustible fósil
a la energía renovable,

de la arquitectura convencional
a la construcción ecológica,

de Wall Street y las finanzas mundiales
a la calle principal y el capital social.

Lo que tienen en común
estas transformaciones

es que nadie las planificó.

A veces, los líderes
se atribuyen el crédito,

y los ciudadanos atribuimos genialidad
a nuestros innovadores favoritos,

pero la verdad es que existen
fenómenos emergentes.

El surgimiento, que está en el
seno de esta visión del mundo,

es la forma de la naturaleza
para crear cambios.

El surgimiento es difícil de ver,
y difícil de describir,

pero sabemos que está

cuando florecen las acciones locales
simultáneamente en distintas áreas,

se conectan,

y después, repentina y sorprendentemente,
surgen como un poderoso sistema.

Soy una localista.

Creo que con pequeñas acciones locales,

junto a quienes comparten
nuestra visión y sueños,

creamos las condiciones para el cambio.

Por eso elegí poner mi atención

en trabajar en Jamaica Plain
y el área de Boston.

Como inversora de impacto,
quiero crear las condiciones

para que surja aquí una economía local
justa y sostenible.

Lo hago a través de mi trabajo
con Boston Impact Initiative,

que otorga capital
a los emprendimientos locales

que abordan la creciente brecha de riqueza
y los desafíos ecológicos actuales.

Sé que hay otros como yo
que hacen el mismo trabajo

en Nueva York, Detroit,
Oakland y más allá.

Creo que nuestros trabajos locales
sumarán al cambio colectivo.

Para esto, hago de las "Dos curvas"
mi teoría del cambio.

Cuando toman este mapa del cambio,

surge la pregunta:
"¿Cuál es mi rol aquí?"

Cuando reconoces que
el sistema dominante,

el statu quo, ya no tiene
la capacidad de generar soluciones

a los problemas para
los cuales fue creado,

¿qué haces?

Les muestro los cuatro roles
que podemos asumir

para ayudar en el paso
a sistemas más saludables.

Probablemente, se reconocerán
en más de uno.

Los "rebeldes" son los pioneros.

Son personas que dan la espalda
al sistema dominante,

ansiosas de libertad
para experimentar con el futuro.

Si eres un "rebelde",

estás preparado para ser ignorado,
invisible y solitario

la mayor parte del tiempo.

Porque lo que haces
es tan nuevo y diferente,

que la gente no puede verlo
aunque lo tengan en las narices.

Es una dinámica difícil
con la cual vivir,

sobre todo si sabes
que hiciste un buen trabajo,

que ya solucionaste problemas
con los que otros siguen lidiando.

Es por eso que los "rebeldes"
nos necesitamos.

Al trabajar como comunidad,
mantenemos la resistencia y el vigor

para traer lo nuevo en medio
de la decadencia de lo viejo.

Les doy un ejemplo de mi trabajo
de economía local.

En la economía actual,

la propiedad y la inversión
están en manos de unos pocos.

Pero todos tenemos derecho

a tener activos por los que
trabajamos mucho para crear.

Cero es una cooperativa
recicladora de trabajadores

que opera en algunos de los barrios
más pobres de nuestra ciudad.

Además de pertenecer a todos
y cada uno de sus trabajadores,

Cero ha logrado vender sus acciones
directo al público,

con lo que recaudó más de USD 370 000
de los inversores comunitarios.

Estas personas son pioneras

y establecen un ejemplo
para los demás

sobre cómo es salir de Wall Street

y entrar en la reconstrucción
de una economía local viviente.

Desde luego, no todos podemos lidiar

con la incertidumbre, el aislamiento
y el riesgo que aceptan los "rebeldes".

Por lo que otro rol es el de quedarse
dentro del sistema defectuoso

y ser atento y comprensivo
para asistir a lo que está muriendo,

convertirse en buenos
trabajadores de hospicio.

Como buen trabajador de hospicio,

tu don es reconfortar y apoyar
a quienes sufren,

y ayudar a lo que muere
a centrarse en la transición que viene.

Es mi creencia

que muchos de los grandes sistemas
están condenados a muerte.

Las escuelas le fallan a nuestros hijos,
nuestra comida nos enferma.

Nuestras instituciones financieras
explotan a los ciudadanos,

pero no podemos abandonar
estos sistemas todos a la vez.

Observen el espacio

entre la muerte de lo viejo
y el surgimiento de lo nuevo.

Existe un vacío.

Eso es porque los sistemas emergentes
aún no tienen la capacidad

para recibirnos a todos.

Aún necesitamos combustible fósil
para fabricar paneles solares.

Debemos brindar ayuda alimentaria
donde hay sequía y enfermedades.

Necesitamos trabajadores de hospicio
para guiarnos a través de la transición.

En nuestra economía local,
la campaña "Trabajo sí, cárcel no"

es el ejemplo de
un apasionado trabajo de hospicio.

Estos activistas luchan por redireccionar
dos mil millones de dólares

del gasto penitenciario
a la creación de empleo.

Trabajan dentro de nuestro
sistema penal defectuoso

para luchar por los que son
más vulnerables a esta inequidad,

y ayudan a aquellos que han sufrido

a recuperar la dignidad del trabajo
y la estabilidad económica.

El tercer rol que existe para apoyar
el surgimiento del mundo que deseamos

es hacer esta elección visible.

Si eres un iluminador,
seguro te gusta contar historias,

para arrojar luz sobre el esfuerzo
de los pioneros de crear algo nuevo.

Debes ser capaz de repetir

y mantener la calma frente
a la resistencia y la crítica.

Se necesita perseverancia para hacer ver
los nuevos enfoques tal como son,

ejemplos de lo que es posible,
de lo que podría ser el nuevo mundo.

¿Cuántos de Uds. notaron

las calcomanías y tiendas
de JP Local First en la calle Centre?

Los anuncios de "compre local"
en los negocios de calles principales

a lo largo del país
son la obra de los iluminadores,

los que ayudan a los consumidores
a elegir el apoyo a las empresas locales.

Nos recuerdan que

la mitad del dólar que gastamos
localmente se queda en la comunidad,

en lugar de drenarla
hacia las multinacionales.

Todos los días,

hacemos decenas de elecciones,
casi siempre sin darnos cuenta,

sobre qué economía apoyar.

Los iluminadores nos ayudan
a hacer elecciones más sabias.

Y finalmente, están los que tuvieron
éxito dentro del sistema dominante.

Ejercen poder e influencia,

y acceden a los recursos
y las relaciones

que pueden hacer avanzar
o destruir los esfuerzos pioneros.

Si eres un protector,

estás dispuesto a usar
tu poder y tu posición

para crear a conciencia un oasis
donde la gente puedan innovar

lejos de las exigencias incapacitantes
del viejo sistema.

Son los revolucionarios
dedicados y atentos

que viven sumidos en la vida
institucional para dar luz a lo nuevo.

Mi amigo John Barros
es un brillante ejemplo de protector.

John es el jefe de Desarrollo Económico
de la ciudad de Boston.

Sus raíces son de pionero.

Justo cerca de aquí,
en Dudley Square,

John organiza a la comunidad
para reivindicar su propiedad

a través de un innovador
fideicomiso de tierras.

Ahora usa su influencia para
apoyar los esfuerzos pioneros

para hacer nuestra economía
más igualitaria e inclusiva.

Durante demasiado tiempo,
nos convencimos de que

el cambio vendría cuando otro descubriera
cómo arreglar lo que nos aqueja.

Pero, en los sistemas vivientes,
no hay soluciones mágicas.

La verdad es que nos necesitamos,

pioneros, trabajadores de hospicio,
iluminadores y protectores,

para crear las condiciones
para el cambio.

Observen esta sala.

Si queremos una Jamaica Plain
más sana y resiliente,

depende de nosotros.

El cambio que buscamos surgirá

cuando cada uno ejecute
una pequeña acción local

junto a la gente que comparte
nuestra visión y sueños.

Sean localistas conmigo.

Gracias.

(Aplausos)