Por qué los economistas no entienden el dinero /Why don't Economists understand money? (Conference 2013)

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Prof Victoria Chick, Emeritus Professor of Economics, University College London, addressed the question: "Why Don't Academics Understand Money?" at the Positive Money conference in January 2013. She said there has been a regression in the way economics has been taught. This 18 mins video gives some very interesting insights.

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Positive Money is a not-for-profit research and campaign group. They work to raise awareness of the connections between our current monetary and banking system and the serious social, economic and ecological problems that face the UK and the world today. In particular they focus on the role of banks in creating the nation's money supply through the accounting process they use when they make loans - an aspect of banking which is poorly understood. Positive Money believe these fundamental flaws are at the root of - or a major contributor to - problems of poverty, excessive debt, growing inequality and environmental degradation. For more information, please visit: http://www.positivemoney.org/

Animation by Henry Edmonds

La cuestión se ha planteado en términos muy generales: por qué los académicos no entienden de dinero

y yo he elegido realmente examinarlo desde el punto de vista de los académicos que son economistas,

porque yo lo soy, y eso es lo que yo conozco, y creo que hay unas cuantas cosas interesantes que decir al respecto.

Y además el resto de los académicos se dirigirían a nosotros en busca de respuestas,

con el argumento de que es nuestra especialidad y nosotros tendríamos que poder iluminarlos sobre ello.

Y es una de esas casualidades del destino el que yo lleve metida en este asunto el tiempo suficiente

como para que el el tipo de entendimiento al que se han visto expuestos ustedes hoy, y a través de la pregunta de dónde viene el dinero y de este nuevo libro,

este tipo de entendimiento, digo, representa una vuelta a lo que me enseñaron cuando era estudiante universitaria.

Dennis Robertson, un economista de Cambridge solía decir "la opinión de los intelectuales es como una liebre a la que se está dando caza:

si te quedas en el mismo sitio el tiempo suficiente, va a volver ahí otra vez".

Pues bien, ha vuelto, y lo sorprendente para mí es la cantidad de energía

que la gente de Positive Money y de NEF y otros sitios por el estilo tienen para dedicar

y transmitir un punto de vista que me enseñaron cuando era estudiante y después se olvidó.

Así pues, se ha producido una regresión deliberada..., bueno... deliberada... se ha producido una regresión de la interpretación que les han presentado aquí hoy,

y que era la que había a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, y ahora estamos intentando restaurar dicha interpretación.

Y esa es una situación muy peculiar, y espero darles sólo

unas ideas, sencillamente eso, sobre cómo se ha podido producir.

La pregunta ha de ser tratada en dos partes, según una división muy extraña

en la forma en que se habla del dinero en el sector académico de la economía.

En primer lugar, desempeña un papel en lo que denominamos macroeconomía, y creo que la mayoría de ustedes tienen una buena idea de lo que es:

es la teoría de la economía en general, y las políticas que se pueden emplear para cambiar la economía de alguna forma de vez en cuando.

Y luego, bastante separado de la macroeconomía, siempre hay cursos sobre el dinero y la banca.

La macroeconomía se considera, de alguna forma, como el núcleo de la economía; y el dinero y la banca es algo así como una cosa opcional y algo frívola,

a lo que algunos dedican algo de su tiempo y de su pensamiento.

Así, lo que tengo que decir va a dividirse entre esas dos partes. Pero resulta que están conectadas.

En macroeconomía el dinero, en la corriente principal de la ciencia económica, tiene una esfera de influencia muy limitada.

Y no conecta nada bien ni tan siquiera con el tipo de dinero y banca

que se enseña como esa opción frívola que mencioné antes.

Keynes, John Maynard Keynes, en su famosa carta a George Bernard Shaw, le decía cuando estaba escribiendo su Teoría General

que pensaba que lo que estaba escribiendo iba a revolucionar la forma en el mundo concebía los problemas económicos.

Y más adelante, en un pequeño artículo, detalló lo que distinguía

a la ciencia económica que él estaba creando, de la que se daba antes. Y decía lo siguiente:

"Yo quiero hablar de una economía relacionada con la producción de dinero, y el tipo de ciencia económica que hemos estado haciendo tiene que ver con una economía de intercambio real:"

Eso era el contraste fundamental que él proponía, lo que él consideraba que sería su gran revolución.

La suya era una teoría en la que el dinero permeaba toda la economía.

El intercambio de trabajo por un salario monetario, el ahorro y la inversión eran analizados por Keynes en términos monetarios,

la tasa de interés era un fenómeno monetario, y estaba determinado por intercambios de activos monetarios.

Todos estos aspectos no están incluidos ahora como lo estaban antes en la corriente principal de la ciencia económica,

de la ciencia económica que rodeaba a Keynes cuando escribía.

En la corriente principal de la ciencia económica hemos vuelto a hablar sobre una economía de intercambio real

que asigna un papel muy limitado al dinero.

La ciencia económica clásica, o pre-Keynesiana, modela todo en términos reales.

Es el salario real, es decir, la cantidad de bienes que el salario puede comprar, descendiendo así por toda la línea.

Y sólo en el último momento se trae a colación el dinero para fijar los precios.

Por tanto, el papel del dinero está separado de todo este análisis de la economía real, tiene este pequeño papel que desempeñar, el de fijar el nivel del precio.

El término de "economía pura" como lo utilizaban Alfred Marshall y Waldras,

significaba la "teoría económica" de esta economía real, esta economía del trueque.

Así que, por deducción, imagino que el dinero es algo profundamente impuro.

Y la idea era que el dinero era neutral. No afectaba realmente estas relaciones que sí eran reales.

Lo único que hacía era fijar los precios, y los precios podían ser cualquier cosa, no importaba.

Las auténticas relaciones las establecía el sistema en otra parte,

sin dinero, en la economía pura, la economía de trueque, la economía de intercambio.

Y este tipo de sistema, que divide a la economía entre la real y la monetaria, se conocía como la dicotomía clásica,

y en la parte monetaria, teníamos la Teoría Cuantitativa del Dinero.

La teoría cuantitativa del dinero fijaba los precios y punto, eso era todo.

Realmente no muy interesante para el papel del dinero.

Ahora bien, Keynes mostró cómo la Teoría Cuantitativa del Dinero se basaba en asunciones enormemente restrictivas,

que era muy poco probable tuvieran relación con la práctica.

Pero Milton Friedman, cuyo nombre estoy segura de que también conocen, pudo usar la Teoría Cuantitativa del Dinero

como la base de su revolución monetarista a finales de los sesenta, principios de los setenta.

Y, como estoy segura de que ya saben, la revolución monetarista llegó al corazón de Margaret Thatcher, y se abrió paso hasta la política monetaria.

Lo que puede que no sepan, pero deberían saber, es que el monetarismo está también en la base de la construcción del euro

No puede haber sido esto muy bueno, ¿verdad? [risas del público]

Y determina la forma en la que el BCE está condenado a funcionar,

y es responsable del establecimiento de objetivos en materia de inflación de forma más general en el mundo occidental,

y se podría decir que es la base también de la Relajación Cuantitativa, aunque ese interpretación es algo más discutible.

Así pues, el monetarismo y la Teoría Cuantitativa del Dinero y la dicotomía clásica

está todo ello esparcido por las economías occidentales como una especie de enfermedad cutánea, lo cual es bastante sorprendente.

Y se ha olvidado la historia Keynesiana, según la cual el dinero tiene influencia en todo lo que ocurre,

lo que, desde mi punto de vista, es una tragedia.

Ahora bien, este simple y aislado papel que desempeña el dinero, en un análisis que usa la dicotomía clásica,

produce una retórica para sustentarlo que le deja maravillado a uno. Después de todo, tiene que ser más interesante estudiar "la economía real"

que la economía monetaria, la "economía real" como "economía pura".

Se considera al dinero como un mero velo que cubre ligeramente la economía real, sin que afecte a nada.

Y cualquiera que piense que sí que afecta a las cosas está afectado de "ilusión monetaria", que es una enfermedad mental terrible. [Risas del público]

Ahora bien, ¿cómo se produce todo esto? ¿cuál es el atractivo de analizar así la economía, cuando sabemos,

si mantenemos el sentido común, que en realidad el dinero sí afecta a todo lo que nos rodea?

Pues bien, uno de los motivos que tiene relación con la ciencia económica académica y no con la gente con sentido común, como nosotros,

es que la ciencia económica realmente no entiende que su disciplina está situada en un contexto histórico; la considera como algo que cubre verdades universales,

y, por consiguiente, es incapaz de reconocer la base institucional de sus teorías.

La Teoría Cuantitativa del Dinero se había diseñado en los tiempos en los que circulaban monedas de oro

no en los tiempos en los que los bancos eran de forma mayoritaria los proveedores de dinero.

Y aún así, la Teoría Cuantitativa del Dinero ha seguido avanzando y, como ya les he comentado, ha influido hasta la fecha en las principales instituciones.

La idea de que el dinero debería tener algo que ver con el establecimiento de los precios tiene un cierto atractivo intuitivo,

y, desde luego, sí tiene algo que ver con el establecimiento de precios.

Pero la Teoría Cuantitativa del Dinero dice que su única función es establecer o fijar los precios,

y que los precios se fijan exclusivamente según la cantidad de dinero y eso es ir demasiado lejos.

Otra posibilidad para explicar cómo ha llegado la macroeconomía hasta esa posición es que ha sido por pura pereza.

Hayek, una fuente inesperada de lo que les voy a leer ahora, lo dijo en los siguientes términos:

"la función de la teoría monetaria es mucho más amplia de lo que generalmente se asume.

Su función en nada menos que cubrir por segunda vez todo el campo tratado por la teoría pura"

- fíjense: teoría pura, teoría real - "bajo la asunción de trueque, e investigar qué cambios hay que hacer en las conclusiones de la teoría pura".

Así que si queremos tomarnos el dinero en serio, ha que volver a hacerlo todo otra vez.

Yo creo que Keynes lo hizo todo otra vez, y ha sido borrado de la faz de la corriente principal de la ciencia económica.

No se le enseña, nadie sabe lo que dijo, nadie lee su libro.

Hemos retrocedido a la ciencia económica pre-Keynesiana.

Permitanme ahora volver a esta separación entre la macroeconomía y el dinero y la banca que está puesta en los altares del currículo académico.

Como ya he dicho, cuando yo era una estudiante universitaria, a finales de los cincuenta y principio de los sesenta, era comúnmente entendido, totalmente se daba por sentado,

que la causalidad iba de los préstamos a los depósitos. Los préstamos crean depósitos.

Ahora se enseña a los estudiantes que los bancos prestan en base a los depósitos, que los depósitos crean la capacidad de prestar, y que los bancos responden a esta situación.

Esto es un retroceso, que gente como Ben intentan rectificar o reorientar.

Y, una vez más, intento pensar en los motivos por los que esta idea de que los depósitos son anteriores y determinan el volumen de los préstamos, tiene un atractivo tan enorme,

y por qué la idea de que los préstamos crean depósitos les resulta tan difícil de entender a la gente.

Un factor es que hay un fallo muy grande en el lenguaje que usamos,

o un gran sesgo en el lenguaje que usamos en lo relacionado con la banca.

La palabra "depósito" es un término que nos ha quedado de la época de los orfebres, que llevaban bolsas de oro para que se las guardaran,

y, si miramos con atención, encontraremos que gran parte de la teoría neoclásica de la banca sigue considerando a los bancos como clases de cajas de caudales glorificadas,

que, obviamente, no son.

Y a esto le añadimos el hecho de que no se entienda a los bancos como un sistema, un sistema interrelacionado.

Habrán oído mucho en los albores de la crisis sobre la falta de comprensión sistémica de los riesgos que estaban corriendo los bancos.

Si uno realmente pensara de forma sistémica, se daría cuenta fácilmente que el cheque que depositamos en nuestro banco, procedía de los depósitos de otra persona.

No es dinero nuevo. Simplemente se está moviendo.

Y, después, si pensamos en los bancos de forma sistémica o macroeconómica, hay muy pocas fuentes de generación de dinero nuevo en el sistema,

excepto cuando los bancos están todos ampliando sus balances, y eso es lo que hemos visto en los gráficos,

todos esos poderosos gráficos que les han mostrado.

Por lo tanto, el lenguaje es erróneo. Y también decimos que los bancos "prestan dinero".

Los bancos no prestan dinero. Puede darnos esa impresión cuando nos conceden un préstamo, pero no es eso lo que hacen.

No tienen un puchero con dinero que van pasando. Lo que hacen es aceptar nuestros "certificados de reconocimiento de deuda"

y aceptan pagar nuestros cargos mientras no tenemos dinero en nuestras cuentas;

Es un sistema de descubierto (números rojos). En un sistema de préstamo el banco sencillamente amortiza nuestra cuenta.

Hemos pasado toda la mañana hablando de ello, y ustedes ya lo conocen, pero ello nos lleva a otro punto que es muy potente,

y que ilustra que a la banca le interesa que no sepamos lo que hacen porque, de saberlo, no nos gustaría .

Tienen demasiado poder.

Y otros, incluidos los economistas académicos, puede que tampoco quieran que se reconozca el poder de la banca,

saben que si ponen en evidencia a la banca se verán en grandes apuros, y su financiación se verá reducida, y se verán envueltos en todo tipo de cosas horribles.

Por eso lo aceptan. Todos han visto la película -documental "Inside Job", me imagino. Pues es una especie de problema de "trabajo interno".

Lo que es más, hay una larga trayectoria de querer creer que el dinero es algo real.

La idea de que los bancos puedan fabricar dinero con sólo mover el bolígrafo es sencillamente intragable.

Y eso nos lleva a rechazarlo. La idea de que, para tener dinero, sólo tenga que depender del hecho de que todos lo aceptemos así es demasiado espeluznante para expresarlo en palabras.

Y por eso no aparece en los libros de texto.

Me gustaría dejar aquí muy claro también que el dinero es algo muy frágil. Una vez se ha roto la confianza, todo el tinglado podría venirse abajo.

Pero, entonces, por fin, hay una conexión entre esa separación macroeconómica del dinero del resto de la economía,

y la dificultad de hacer que la gente entienda que los bancos crean dinero de la nada,

y que los préstamos son el motor de la creación del dinero.

Una idea profundamente asentada y de hace mucho tiempo en la macroeconomía es que el ahorro es necesario antes de poder invertir.

Si leemos los informes del Banco Mundial, veremos que nos hablan de que no hay suficiente ahorro para el desarrollo.

Esto es algo absolutamente sin sentido, si los bancos pueden crear dinero.

Y fue esta capacidad de los bancos de crear dinero de la nada lo que llevó a Keynes a decir: "No, el ahorro no es el motor del crecimiento en la economía, la inversión lo es.

La inversión está antes que el ahorro. Y son los bancos quienes permiten que así sea.

Esto me lleva de vuelta, en un círculo completo, a enlazar los dos ramales, están relacionados, y si la macroeconomía va a retroceder a una forma pre-Keynsiana,

también lo tiene que hacer la forma de entender la banca, y lo que nuestros valientes héroes están intentando de reorientar.

Gracias. [aplausos]