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Leymah Gbowee: Dar rienda suelta a la inteligencia, la pasión y la grandeza de las niñas

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    Muchas veces
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    voy por el mundo dando discursos
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    y la gente me pregunta
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    acerca de los desafíos,
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    mis momentos,
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    algunos de mis pesares.
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    1998:
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    Madre soltera, con cuatro hijos,
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    tres meses después de tener mi cuarto hijo.
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    Fui a trabajar
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    como asistente de investigación
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    al norte de Liberia.
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    Y, como parte del trabajo,
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    la aldea nos albergaría.
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    Me dieron alojamiento con una madre soltera
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    y su hija.
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    Esa niña resultó ser
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    la única en toda la aldea
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    que había llegado
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    al noveno grado.
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    Era el hazmerreír de la comunidad.
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    Otras mujeres le decían a su madre:
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    «Tú y tu hija
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    morirán pobres».
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    Después de trabajar dos semanas en la aldea
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    ya era hora de volver.
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    La madre vino a verme, se arrodilló,
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    y dijo: «Leymah, llévate a mi hija.
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    Quiero que
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    sea enfermera».
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    Yo, que era extremadamente pobre, y vivía con mis padres,
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    no tenía el dinero.
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    Con lágrimas en los ojos
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    le dije: «No».
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    Dos meses después,
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    fui a otra aldea
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    con el mismo encargo
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    y me pidieron que viviera con la jefa de la aldea.
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    La jefa de la aldea tenía una niña,
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    del mismo color de piel que yo,
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    totalmente sucia.
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    Todo el tiempo deambulaba
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    en ropa interior.
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    Cuando le pregunté: «¿Quién es?»
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    Me dijo: «Es Wei.
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    Su nombre significa 'cerda'
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    Su madre murió al darla a luz
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    y nadie sabe quién ee su padre».
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    Durante dos semanas me hizo compañía,
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    durmió conmigo.
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    Le compré ropa usada
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    y su primera muñeca.
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    La noche antes de irme
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    vino a la habitación
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    y me dijo: «Leymah, no me dejes aquí.
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    Quiero ir contigo.
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    Quiero ir a la escuela».
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    Yo, muy pobre, sin dinero,
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    viviendo con mis padres,
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    nuevamente dije: «No».
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    Dos meses después,
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    ambas aldeas entraron nuevamente en guerra.
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    Hasta hoy, no tengo idea
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    de dónde están esas dos niñas.
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    Pasemos a 2004:
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    En el auge de nuestro activismo,
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    el ministro de asuntos de género de Liberia
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    me dijo: «Leymah, tengo una niña de nueve años para ti.
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    Quiero que le des un hogar
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    porque no tenemos hogares seguros».
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    La historia de esta niña:
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    Había sido violada
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    por su abuelo paterno
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    a diario, durante seis meses.
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    Vino muy hinchada,
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    muy pálida.
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    Yo llegaba de trabajar cada noche y me tiraba en el piso frío.
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    Ella se ponía a mi lado
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    y me decía: «Tía, quisiera estar bien.
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    Me gustaría ir a la escuela».
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    2010:
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    Una mujer joven, frente a la presidenta Sirleaf,
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    da su testimonio
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    de cómo vive junto con sus hermanos
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    y que su padre y madre murieron durante la guerra.
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    Tiene 19 años; sueña con ir a la universidad
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    para poder ayudarles.
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    Es muy atlética.
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    Y sucedió que
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    solicitó una beca.
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    Una beca completa. La obtuvo
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    Su sueño de ir a la escuela,
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    su deseo de recibir instrucción
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    finalmente se cumplió.
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    Fue a su primer día de clases.
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    El director de deportes,
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    responsable de haberla admitido al programa,
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    le pidió que saliera del salón.
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    Durante los siguientes tres años
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    estaría condenada
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    a tener sexo con él a diario
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    como favor por haberla admitido.
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    A nivel mundial hay políticas,
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    instrumentos internacionales,
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    dirigentes.
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    Grandes personas que se han comprometido
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    a proteger a la infancia
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    de la miseria y el dolor.
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    La ONU tiene la Convención sobre los Derechos del Niño.
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    En países como EE.UU. oímos cosas como «ningún niño rezagado».
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    Otros países apelan a otras cosas.
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    Hay un objetivo de desarrollo del milenio llamado Three
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    que se centra en las niñas.
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    Estas obras loables por grandes personas
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    encaminadas a ayudar a los jóvenes
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    a alcanzar metas a nivel mundial,
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    creo que han fracasado.
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    En Liberia, por ejemplo,
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    la tasa de embarazo adolescente
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    es de tres por cada 10 niñas.
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    La prostitución adolescente está en su apogeo.
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    En una comunidad nos dijeron
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    que uno se despierta en la mañana
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    y ve tantos condones usados como papeles de goma de mascar.
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    Niñas de 12 años que son prostituídas
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    por menos de un dólar por noche.
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    Es desalentador, es triste.
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    Alguien me preguntó
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    justo antes de mi TEDTalk, hace unos días,
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    «¿Dónde está la esperanza?»
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    Hace varios años, unos amigos míos
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    decidieron que teníamos que llenar el vacío
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    entre nuestra generación
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    y la generación de las mujeres jóvenes.
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    No basta con decir
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    que hay dos ganadores del Nobel, de la República de Liberia
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    si las niñas andan por allí
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    sin esperanzas, o parecen no tener esperanza.
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    Creamos un espacio
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    llamado Proyecto Transformador de Chicas Jóvenes.
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    Vamos a las comunidades rurales
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    y, como se hace en esta sala,
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    creamos el espacio.
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    Cuando estas chicas hablan,
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    dan rienda suelta a su inteligencia,
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    a su pasión,
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    a su compromiso,
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    a su determinación;
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    nacen grandes líderes.
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    Hasta ahora hemos trabajado con más de 300.
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    Algunas de estas chicas
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    que entraban con timidez a la sala
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    han dado pasos audaces como jóvenes madres
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    para salir a defender
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    los derechos de otras mujeres jóvenes .
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    Una joven que conocí,
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    una madre adolescente de cuatro hijos,
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    nunca pensó en terminar la secundaria
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    y se graduó con éxito;
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    nunca pensó en ir a la universidad
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    pero se inscribió.
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    Un día me dijo:
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    «Deseo terminar la universidad
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    y poder mantener a mis hijos».
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    Está en un lugar en el que no consigue dinero
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    para ir a la escuela.
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    Vende agua, refrescos
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    y tarjetas de recarga para móviles.
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    Podría pensarse que con ese dinero
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    invierte en su educación.
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    Se llama Juanita.
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    Con ese dinero
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    busca madres solteras en su comunidad
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    para enviarlas a la escuela.
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    Y dice: «Leymah, deseo
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    una educación.
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    Y si no puedo tenerla,
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    al ver que lo consigue alguna de mis hermanas,
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    se cumple mi deseo.
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    Deseo una vida mejor.
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    Deseo alimento para mis hijos.
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    Me gustaría poner fin al abuso y la explotación sexual en las escuelas».
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    Este es el sueño de la chica africana.
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    Hace varios años,
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    había una chica africana.
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    Esta chica tenía un hijo
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    que deseaba un pedazo de rosquilla
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    porque sentía mucha hambre.
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    Enojada, frustrada,
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    muy molesta
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    por las condiciones de su sociedad
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    y de sus hijos,
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    esta joven creó un movimiento,
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    un movimiento de mujeres comunes,
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    que se unieron
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    por la paz.
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    Yo cumpliría ese deseo.
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    Este es el deseo de otra chica africana.
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    No pude cumplir el deseo de esas dos chicas.
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    No lo logré.
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    Este era el pensamiento de estas jóvenes mujeres...
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    Fracasé, fracasé, fracasé.
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    Por eso hice esto.
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    Las mujeres salieron
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    a protestar contra un dictador brutal,
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    sin temor de hablar.
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    Y no sólo se les cumplió el sueño de un trozo de rosquilla
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    sino también el deseo de paz.
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    Estas jóvenes
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    deseaban ir a la escuela.
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    Y fueron a la escuela.
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    Estas jóvenes deseaban otras cosas,
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    y las consiguieron.
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    Hoy, esa joven soy yo,
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    una premio Nobel.
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    Estoy emprendiendo un viaje
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    para cumplir el deseo,
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    dentro de mis humildes posibilidades,
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    a estas niñitas africanas;
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    el deseo de recibir educación.
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    Creamos una fundación.
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    Estamos dando becas de cuatro años
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    a las niñas de las aldeas que demuestran potencial.
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    No tengo mucho qué pedir as Uds.
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    He estado también en zonas de Estados Unidos
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    y sé que hay niñas en este país
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    que sueñan
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    con una vida mejor en algún lugar del Bronx,
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    desean una vida mejor
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    en algún lugar de Los Ángeles,
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    una vida mejor en algún lugar de Texas,
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    o en algún lugar de Nueva York.
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    Desean una vida mejor
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    en algún lugar de Nueva Jersey.
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    ¿Se animan a viajar conmigo
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    para ayudar a esas niñas,
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    sean estas africanas, estadounidenses
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    o japonesas,
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    a cumplir sus deseos,
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    a cumplir sus sueños,
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    a realizar esos sueños?
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    Porque todos estos
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    grandes innovadores e inventores
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    de los que hablamos y hemos visto
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    en los últimos días
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    también están en los lugares
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    más recónditos del mundo,
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    y nos están pidiendo que
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    generemos un espacio
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    para desatar su inteligencia
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    desatar la pasión,
  • 10:24 - 10:26
    dar rienda suelta a esa maravilla
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    que atesoran dentro de sí.
  • 10:29 - 10:32
    Viajemos juntos. Viajemos juntos.
  • 10:32 - 10:34
    Gracias.
  • 10:34 - 10:57
    (Aplausos)
  • 10:57 - 10:59
    Chris Anderson: Muchas gracias.
  • 10:59 - 11:01
    ¿Cuál es, hoy en Liberia,
  • 11:01 - 11:03
    en tu opinión
  • 11:03 - 11:06
    el problema que más te preocupa?
  • 11:06 - 11:08
    LG: Me han pedido que lidere
  • 11:08 - 11:11
    la Iniciativa de Reconciliación Liberiana.
  • 11:11 - 11:13
    Como parte de mi trabajo
  • 11:13 - 11:16
    hago estas recorridas
  • 11:16 - 11:18
    por distintas aldeas y pueblos
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    -13 a 15 horas por caminos de tierra-
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    y no hay una sola comunidad de las que he visitado
  • 11:25 - 11:29
    en la que no haya niñas inteligentes.
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    Lamentablemente,
  • 11:31 - 11:34
    la visión de un gran futuro,
  • 11:34 - 11:36
    el sueño de un gran futuro,
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    es sólo un sueño,
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    porque existen todos esos problemas.
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    El embarazo adolescente, como dije, es una epidemia.
  • 11:43 - 11:45
    Lo que me preocupa
  • 11:45 - 11:49
    es haber estado en ese lugar
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    y estar en este lugar...
  • 11:52 - 11:54
    No quiero ser la única que esté
  • 11:54 - 11:56
    en este lugar.
  • 11:56 - 11:58
    Trato de encontrar la forma
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    de que otras chicas vengan conmigo.
  • 12:00 - 12:03
    Dentro de 20 años me gustaría ver
  • 12:03 - 12:05
    a otra chica liberiana,
  • 12:05 - 12:08
    de Ghana, nigeriana o etíope,
  • 12:08 - 12:11
    en el escenario de TED
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    diciendo, quizá, sólo quizá:
  • 12:13 - 12:15
    "Gracias a esa premio Nobel
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    hoy estoy aquí".
  • 12:17 - 12:19
    Me preocupa
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    cuando veo que no tienen esperanza.
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    Pero no soy pesimista
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    porque sé que no requiere gran esfuerzo
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    infundirles ánimo.
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    CA: Y en el último año...
  • 12:31 - 12:33
    Cuéntanos algo esperanzador
  • 12:33 - 12:35
    que hayas visto.
  • 12:35 - 12:38
    LG: Puedo contar muchas cosas esperanzadoras.
  • 12:38 - 12:40
    El año pasado fuimos
  • 12:40 - 12:42
    a la aldea natal de la presidenta Sirleaf
  • 12:42 - 12:44
    para trabajar con unas niñas.
  • 12:44 - 12:46
    Y no pudimos encontrar ni 25 chicas
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    en secundaria.
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    Todas habían ido a las minas de oro,
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    eran en su mayoría prostitutas
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    que hacían otras cosas.
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    Trabajamos con 50
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    de esas chicas.
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    Estábamos en el inicio de las elecciones.
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    Este es un lugar en el que las mujeres
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    -incluso las mayores-
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    apenas se sientan al lado de los hombres.
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    Estas chicas se reunieron, formaron un grupo,
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    y lanzaron una campaña
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    para registrar votantes.
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    Esta es una aldea rural.
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    El lema que usaron fue:
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    "Hasta las chicas lindas votan".
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    Así, movilizaron a las mujeres jóvenes.
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    Pero no se quedaron con eso
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    sino que fueron a ver a los candidatos
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    y les preguntaron:
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    ¿Qué harán por las chicas de la comunidad
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    si ganan?"
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    Y uno de los tipos
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    que ya tenía un cargo...
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    Liberia tiene una de las leyes más fuertes contra las violaciones
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    y él era uno de los que luchaba en el parlamento
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    para anular esa ley
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    por considerarla una barbarie.
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    La violación, decía, no es una barbarie, pero la ley sí.
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    Y cuando las chicas empezaron a involucrarlo
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    él reaccionó de manera hostil.
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    Estas muchachitas le dijeron:
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    "Votaremos para que pierdas el puesto".
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    Hoy ya no ocupa el cargo.
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    (Aplausos)
  • 14:09 - 14:12
    CA: Leymah, gracias. Muchas gracias por venir a TED.
  • 14:12 - 14:14
    LG: De nada. (CA: Gracias.)
  • 14:14 - 14:18
    (Aplausos)
Title:
Leymah Gbowee: Dar rienda suelta a la inteligencia, la pasión y la grandeza de las niñas
Speaker:
Leymah Gbowee
Description:

Leymah Gbowee, Nobel de la Paz, tiene dos historias vigorosas para contar: una sobre la transformación de su propia vida y otra sobre el potencial desaprovechado de las niñas de todo el mundo. ¿Podemos transformar el mundo liberando la grandeza de las niñas?
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Video Language:
English
Team:
closed TED
Project:
TEDTalks
Duration:
14:19

Spanish subtitles

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