¿Deberíamos preocupamos por la amenaza del terrorismo? | Stephen Coleman | TEDxCanberra

Stephen Coleman examina la amenaza del terrorismo global y su efecto en las políticas públicas. Pero ¿cuáles son los riesgos reales del terrorismo para los ciudadanos? Su respuesta es sorprendente.

Stephen trabaja en un diverso rango de áreas en ética aplicada, como la ética militar, política, médica y espacial, y en las aplicaciones prácticas de los derechos humanos. Ha realizado diversas publicaciones y presentaciones en Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda y Hong Kong. Coleman es el director del programa de ética del "Centro australiano del estudio del conflicto armado y la sociedad" (ACSACS por sus siglas en inglés) en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Canberra. También se ha desempeñado como investigador del "Consorcio internacional de tecnología emergente, operaciones militares y seguridad nacional" (CETMONS por sus siglas en inglés).

Fue becario residente en el centro Stockdale del liderazgo ético en la Academia Naval de los Estados Unidos, donde formó parte de un gran proyecto de investigación para estudiar las implicaciones éticas de diversas tecnologías militares nuevas y en desarrollo. Este proyecto permitió informar sobre este tema al Departamento de Defensa, al Congreso de los Estados Unidos y a la Casa Blanca.

Algunos intereses de Stephen incluyen el crear animales con globos y de origami, hacer malabarismo, lanzar fuego por la boca y montar en monociclo, aunque no hace todo al mismo tiempo.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Puede que no tengan ni idea
de lo que estoy por hablar,

pero en cuanto muestro algo como esto,

probablemente todos piensen:
"Oh, va a hablar de terrorismo".

Y acertaron, lo haré, pero espero
hacerlo de una manera un poco diferente

y lograr que piensen en algunas cosas
que tal vez no pensaron antes,

particularmente respecto a la forma
en que reaccionamos a la amenaza

de un ataque terrorista.

Este tipo de imagen y este suceso
es una de las imágenes del siglo XXI.

Pienso que al hablar de terrorismo,

mucha gente piensa en imágenes como esta

no solo porque fue un ataque inmenso,

sino también porque fue el momento
en el que en Occidente pensamos:

"Los problemas de allá
pueden venir a visitarnos aquí".

Los Estados occidentales ya habían tratado
con problemas de terrorismo,

pero, básicamente, siempre habían lidiado
con terroristas locales,

y esta es una situación donde
los problemas de aquella parte del mundo

vinieron a nuestro país de repente;
en este caso, a EE. UU.

Quiero que piensen en
nuestra respuesta a este tipo de ataque

y en nuestra respuesta
al terrorismo en general.

En realidad, es sorprendentemente difícil

que la gente consensúe
una definición de terrorismo,

así que espero que, como dice Kofi Annan:

"Todos acordamos que cualquier ataque
deliberado contra civiles inocentes,

independientemente de la causa,

es inaceptable y entra
en la definición de terrorismo".

Justamente de eso voy a hablar.

A todos nos preocupa
la amenaza del terrorismo,

nos preocupa cuál es la respuesta
apropiada a estas amenazas

y qué podría pasar si tuviéramos
un ataque terrorista aquí.

Escuchamos sobre ataques terroristas
que pasan en el mundo,

vemos imágenes de ataques terroristas,
pensamos en el terrorismo,

y tenemos esta idea en la cabeza
--idea para nada irracional--

de que la gente que perpetra
estos ataques es de veras horrible,

que es malvada.

Pero lo que tendemos a pensar también

es que, porque es malvada,

podemos y debemos hacer todo lo posible

para frenar un ataque terrorista
que pudiera ocurrir donde estamos.

Creo que hay muchos problemas
con ese tipo de pensamiento.

Este tipo de pensamiento
conlleva muchos riesgos

que no siempre reconocemos.

Muchas veces vemos a nuestros gobiernos

hablar de los riesgos
de un ataque terrorista,

y los vemos hablar de la necesidad

de proteger nuestra vida y seguridad,

que deberíamos poder caminar
seguros por la calle durante el día

y dormir seguros de noche en nuestra cama.

Obviamente, estas cosas
son muy importantes,

pero no son lo único importante.

Estoy seguro de que la gente
en Corea del Norte, por ejemplo,

puede caminar por las calles de día,

estar en su casa y dormir
tranquilo en la cama de noche.

Están bastante a salvo
de un ataque terrorista allí,

pero ¿quién quiere vivir
en Corea del Norte?

Si nos detenemos a ver en el mundo,

hay lugares donde la gente
está dispuesta a arriesgar

la vida, la seguridad, la libertad,

para tratar de asegurar
algunos otros derechos

que nosotros damos por sentado.

Lo pueden ver en las actuales
protestas en Hong Kong,

algunos años atrás en la Primavera Árabe;

y yendo más atrás,

a una de las imágenes
más icónicas del siglo XX,

el "hombre del tanque" de Beijing,

cerca de las protestas
de la Plaza de Tiananmen en 1989.

Todas esas personas
estaban dispuestas a arriesgar

su vida, su seguridad, su libertad,

para intentar garantizar
algunos derechos que nosotros tenemos.

Cuando observamos estas cosas,

queda claro que la vida y la seguridad
no son lo único importante.

Eso es algo que necesitamos tener presente

cuando pensamos en cómo respondemos
a la amenaza de un ataque terrorista.

Este es un mapa
de todos los ataques terroristas

ocurridos en 2013 en todo el mundo,

elaborado con la base de datos
del terrorismo a nivel mundial.

Muestran una visión
bastante amplia del terrorismo,

y algunos hechos sobre
los que muchos podrían decir:

"Eso no cuenta realmente
como un ataque terrorista".

Si miran este mapa pueden ver,
por la intensidad de algunos ataques,

la concentración de esos ataques
en distintos lugares,

que en ciertos sitios del mundo

el terrorismo es una amenaza
muy seria y cotidiana.

En Afganistán, en Pakistán, en Irak, etc.,

hay muchos ataques terroristas,
ataques terroristas graves,

que suceden todo el tiempo.

Pero si consideramos lugares

como Europa, Norteamérica,
Australia o Nueva Zelanda,

de repente, las cosas comienzan
a verse un poco diferentes.

No hay muchos ataques terroristas
en esos lugares.

Necesitamos evaluar seriamente
cuál es el riesgo real.

Sin duda querríamos que no haya
ataques terroristas en esos lugares,

pero ¿cómo lo conseguimos?

El camino que escojamos para lograrlo
es realmente importante.

¿Cuán serio es realmente el riesgo?

Comparemos el riesgo de terrorismo
con algunas otras cosas.

Tenemos 100 veces más probabilidades
de ahogarnos en nuestra propia bañera

que de ser asesinados por un terrorista.

Tenemos ocho veces más probabilidades
de morir al ser alcanzados por un rayo

que de ser asesinados por un terrorista.

Desde 2003, la cantidad de australianos
que murieron al caer de la cama

se triplicó,

en comparación con los muertos
por ataques terroristas en todo el mundo.

(Risas)

Sí, pero realmente
necesitamos protegernos,

así que empezamos a pensar:

"¿Qué pasaría en esta situación?
¿Cómo nos protegemos?

¿Qué debemos hacer?".

Si nos tomamos en serio el hecho
de proteger la vida y la seguridad,

tal vez haya otras cosas
que deberíamos considerar.

Hemos hablado de situaciones
realmente extraordinarias,

pero ¿qué pasa con las comunes?

Tenemos miles de veces más probabilidades
de morir tempranamente

por una enfermedad evitable
producto de una mala alimentación

que de ser asesinados por un terrorista.

Así que, si queremos proteger
la vida y la seguridad,

si estamos verdaderamente preocupados
al respecto, deberíamos pensar en esto:

si lo consideramos de la misma forma
en la que hablamos del terrorismo,

¿significa que debemos
dar a la policía amplios poderes

para salir a buscar a aquellos
que tienen una mala alimentación?

(Risas)

¿Para enfrentarse a organizaciones
que promueven la mala alimentación,

que promueven prácticas
de mala alimentación en otros?

¿Deberíamos dar a la policía
nuevos poderes?

La idea de un campamento
de pérdida de peso podría verse distinta

si estuviera en la bahía de Guantánamo.

(Risas)

Por supuesto, si lo hicieran,

algunos departamentos de policía
necesitarían investigaciones internas.

(Risas)

Seguramente habrá quien piense:

"Sí, pero comparar eso con el terrorismo,

cuando no comes sano
y por eso te dañas a ti mismo,

pero los terroristas
atacan a otras personas".

Quizá tengan algo de razón,
a pesar de que, si lo piensan,

hay muchos padres y cuidadores

que dan comida poco saludable
a los niños y otras personas a su cargo,

pero está bien, veamos otro ejemplo:

accidentes de tráfico.

Tenemos 1000 veces más de probabilidades
de morir en un accidente de tráfico

que de ser asesinados por un terrorista,
y esto es algo que sí afecta a todos.

Cualquiera en cualquier punto de su vida
puede morir en un accidente de tráfico.

Si nos tomamos en serio
la vida y la seguridad,

¿no deberíamos hacer algo?

Hay muchas evidencias que indican
que reducir la velocidad salva vidas.

Entonces, ¿por qué no reducir
a la mitad todos los límites de velocidad

si nos tomamos en serio
lo de salvar vidas?

¿Por qué no ampliar
el poder de la policía,

tal vez con tecnología que les permita
rastrear cada vehículo,

para asegurarse de que cumplen
con estos límites de velocidad?

Podrían identificar a quienes
exceden el límite de velocidad,

o a quienes podrían hacerlo,

o a quienes pensamos
que están vinculados

con otros que exceden
el límite de velocidad.

(Risas)

Creo que si comenzamos a hablar
del exceso de velocidad de la misma forma

en la que hablamos del terrorismo
y los riesgos del exceso de velocidad

de la misma forma de la que hablamos
de los riesgos de un ataque terrorista,

entonces podríamos pensar
que hay un problema.

Sugiero que no se trata
de nuestro exceso de velocidad,

sino de cómo pensamos
en los ataques terroristas.

Hay muchas citas que pensaba mencionar
para apoyar mis argumentos,

pero creo que, al final, la mejor
fue sugerida por una de mis hijas,

tomada de "Capitán América:
"el soldado del invierno",

donde uno de los villanos dice:

"La gente lucha por su libertad
si la gente trata de quitársela,

pero si causas los suficientes problemas,

la gente renunciará voluntariamente
a su libertad por un mundo más seguro".

Eso es lo que hemos hecho
con nuestra respuesta al terrorismo.

El terrorismo trata de causar
miedo, de causar terror.

De ahí viene el nombre.

Y no se necesita matar o herir a nadie
para causar miedo y terror.

Si hablamos de ello lo suficiente,
si nos preocupamos lo suficiente,

nos lo hacemos a nosotros mismos.

Nosotros causamos esas reacciones,

los poderes de la policía
y de los servicios de seguridad,

para lidiar con este problema.

Creamos leyes que permiten
encarcelar extranjeros sin juicio previo

y violaciones masivas
de la privacidad de las personas,

leyes retroactivas que penalizan
actos cometidos en el pasado

y que entonces no eran delito.

Permitimos a esas personas
que lidian con esos problemas

que violen la ley de diferentes formas.

Nuestros políticos dicen:

"Necesitamos asegurarnos y no permitir
que los terroristas se lleven

nuestros derechos
y nuestras libertades fundamentales",

y luego renunciamos a ellas
voluntariamente

como respuesta
a la amenaza del terrorismo.

Hay una gran amenaza, ciertamente
una amenaza mucho más grande,

en algunas partes del mundo
más que en otras,

y necesitamos responder a esa amenaza,

necesitamos evaluar
cómo lidiar con esas situaciones,

pero nuestra respuesta debe ser
calmada, racional y equilibrada

y debe saber reconocer
la gravedad real de la amenaza.

Debe ser un punto de vista realista.

Cualquier medida extrema que tomemos

solo aumenta el miedo que ya tenemos
y, de hecho, ayuda a los terroristas.

Gracias.

(Aplausos)