Síndrome del domingo por la noche | Fabrício Batista | TEDxBrasília

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Muchos esperamos ansiosos la llegada del fin de semana para relajarnos y hacer lo que más nos gusta, ¿no es así? Pero sentimos esa "depre" cuando llega el fin del domingo y el lunes toca la puerta.

Fabrício Batista identificó este sentimiento como "el síndrome del domingo por la noche" y empezó a cuestionar el propósito de su vida y de todo lo que hacía. Desde ese entonces, transformó la definición de sus días.

Mi tío llegó a Brasilia en 1972,
con esta maleta en mano.

Esto era todo lo que tenía.

Dentro de esta maleta,
tenía más libros que ropa.

Suena gracioso pero entendible,
ya que este era su proyecto,

porque él vino a Brasilia
con un objetivo muy claro en mente:

"Voy a Brasilia para estudiar
y encarar la vida mediante los estudios".

Es por eso que llevaba
tantos libros consigo.

Después de haber llegado,
toda mi familia vino también,

y mi madre vino
con el mismo propósito que mi tío:

"Voy a Brasilia a estudiar,
a empezar una carrera allí".

Todo esto ocurrió antes de que yo naciera.

Cuando nací, esa maleta ya estaba aquí.

Y el proyecto de esa maleta tuvo éxito,
tanto para mi tío como para mi mamá:

estudiaron y triunfaron en la vida.

Y así, por la lógica natural de las cosas,

un proyecto que tuvo éxito
con mi tío y con mi mamá,

debería tener éxito conmigo también.

Solo que, cuando fui a la escuela,
no me sentía cómodo allí,

no me hallaba.

Fue allí cuando empecé a sufrir
del síndrome de domingo por la noche,

un fantasma desesperante
que aparecía los domingos y me decía:

"Oh, mañana es lunes

y tendrás que hacer algo
que no te gusta hacer.

Tendrás que acarrear la maleta
que no quieres acarrear".

Sufrí de este síndrome
durante casi toda mi vida estudiantil

y una gran parte
de mi vida profesional también.

Para que se den una idea,
de cada diez personas,

siete sufren del síndrome
de domingo por la noche.

Es muy probable que Uds.
tengan este síndrome también.

Y, si es que lo tienen,

es porque los lunes están haciendo
algo que a Uds. no les gusta hacer,

están acarreando una maleta
que no quieren cargar.

La primera vez que combatí este síndrome
fue una cuestión de mucha suerte.

Apareció una profesora en mi escuela

y nos hizo hacer aquello
que más nos gustaba hacer,

y fue increíble porque
empecé a disfrutar los lunes.

La cuestión es que crecí,
entré al mercado laboral,

me hice publicista y, luego
de un tiempo, el síndrome volvió,

solo que esta vez fue peor,

porque tenía una carrera establecida,
un hijo por criar

y un montón de cuentas que pagar.

Tenía la profesión que yo quería,
el cargo que quería,

el salario que quería,
pero no me sentía bien.

Es que esta es la realidad:
no importa cuál sea su profesión,

o su cargo o salario.

La realidad es que,
si tienen este síndrome,

es porque acarrean
una maleta que no quieren cargar,

y siguen haciendo esto
porque hay cuentas que pagar.

Quiero que se detengan
y piensen en lo siguiente:

Si no tuvieran que pagar cuentas,

¿qué harían con sus vidas?

Muchos dirán: "Por Dios,
no tengo ni tiempo para pensar en eso.

Tengo tantas cuentas que pagar".
(Risas)

O tal vez: "No, yo no haría nada.

Viajaría o miraría Netflix
todo el día, qué sé yo".

Pero piénsenlo un instante, en serio:

¿en qué querrían gastar
su tiempo y su energía?

Si la respuesta ya vino a sus mentes,
esa es la salida.

Dejarán de sufrir del síndrome
de domingo por la noche

cuando empiecen a poner eso en práctica.

Pero, si la respuesta
no vino a sus mentes,

si no tienen una respuesta
en este momento,

deben buscarla,
porque esto es algo serio.

De verdad, es algo muy serio.

Es muy probable que, cuando encuentren
aquello que quieren hacer en sus vidas,

no sepan cómo hacerlo

y tal vez quieran deshacerse de todo
lo que tienen en sus maletas de una vez

y colocar todo en una vez también.

Solo que no es así la forma de generar
un cambio tan importante en sus vidas.

Tenemos que cambiar el contenido
de nuestras maletas de a poco.

Por ejemplo, si les gusta la fotografía,
quieren ser fotógrafos,

necesitan una cámara fotográfica
en sus maletas.

Claro, no necesitan
todo un estudio fotográfico.

Deben dar lugar
a la fotografía en sus vidas.

Si les gusta cocinar,

prueben algunas recetas
y prepárenlas con sus amigos,

empiecen a hacer eso gratis
en un principio,

empiecen a experimentar
en un principio,

introduzcan la cocina en sus vidas.

Cuando menos se den cuenta,

sus maletas estarán completas
y llenas de cosas que decidieron acarrear,

cosas que Uds. eligieron,

cosas que tienen sentido para Uds.

y que tienen utilidad
para otras personas también.

Mi maleta es liviana y fácil de acarrear.

Hoy, en esta maleta,
llevo un proyecto que yo elegí.

No es el proyecto de mi tío,
ni el de mi madre,

ni de publicidad.

Es un proyecto que yo elegí,

que es ayudar a las personas
a descubrir lo que les gusta hacer

y a aprender cómo vivir de eso.

El domingo por la noche,

recordarán esta charla
que estoy dando ahora.

Tal vez porque se sienten bien
de que llegará el lunes

y tranquilos porque están haciendo
algo que les gusta,

o porque el síndrome del domingo
por la noche los está incomodando.

Si es por causa del síndrome,
vuelvan a armar sus maletas.

Gracias.

(Aplausos)

(Ovación)