La privacidad no es un error de código | Isabelle Falque-Pierrotin | TEDxIssylesMoulineaux

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED.

Respecto de la inevitabilidad y del "fin de la privacidad", Isabelle tiene una fuerte convicción. Nos explica que esto no es inevitable y que este derecho que nuestros antepasados ganaron luchando contra los regímenes totalitarios no hay que sacrificarlo en el altar de la conectividad y la transparencia. El ciudadano consumidor debe poder ejercer su derecho a la privacidad.

¡Hola a todos!

¡Creo que tenemos 20 años todos los días!

Europa tiene 20 años todos los días,

y probablemente tendría mucho que decir

sobre muchos otros temas.

Pero de hecho me gustaría demostrarles

y en cualquier caso, explicarles,

por qué la privacidad
no es un error de código.

Para eso, les hablaré de Argos.

¿Saben quién era Argos?

Argos era un gigante

que vivió hace 25 siglos.

Fue enviado por Hera, la esposa de Zeus,

para vigilar a Io, una de las ninfas
que Zeus quería conquistar.

Argos tenía una capacidad especial,

tenía 100 ojos,

50 para dormir y 50 para vigilar.

Así que, obviamente,
era extremadamente eficaz.

Zeus intenta engañar a Argos.

Se transforma en una nube,
pero no logra engañar a Argos.

Así que envía a su hijo, Hermes,
el mensajero alado

y Hermes embrujó a Argos con un canto

para luego decapitarle.

Io se escapa;

Zeus la sigue en Europa,

mientras que Hera, que quiere
redimir la muerte de Argos,

decide colocar sus 100 ojos en
el cuerpo de su animal favorito,

el pavo real.

Pero ¿por qué les cuento esta historia?

Les cuento esta historia

porque, de hecho, ¡es una historia
que trata de nosotros!

Es una historia occidental, oscura,

sobre un gigante, acerca de
la vigilancia y la privacidad.

Y creo que hoy, con las revelaciones
de Snowden todavía frescas,

y rodeados por GAFA
— Google, Apple, Facebook, Amazon —

tenemos que hacernos
la misma pregunta que Zeus.

¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar
para proteger la privacidad?

¿O matamos a Argos?

Esta pregunta no tiene
demasiado sentido

porque la privacidad,
como dicen o piensan algunos,

"¿A quién le importa eso?"

Así que, ¿por dónde empezamos?

Hay una palabra que se ha usado
antes en una charla

y es mi punto de partida, es decir,
entramos en el mundo de la "datificación".

Todo, las actividades intelectuales,
personales, profesionales,

se traducen en datos,
por la transmisión de datos,

y por lo tanto, los individuos
son más y más

clasificados, analizados y almacenados

según las huellas que van dejando.

Y, por supuesto, con base en estos datos,

son puestos o no bajo vigilancia.

Para justificar la presencia
de la vigilancia,

el primer argumento que se nos da

es: "¡Pero si tiene miedo
de se vigilado

es porque, en realidad,
Ud. tiene algo que ocultar".

Y yo diría según a este argumento,
¡somos todos culpables!

Porque ¡todos tenemos,
por supuesto, algo que ocultar!

Pero hay algo más grave que eso.

Si pensamos así,

si tenemos esta mentalidad,

este se convierte en el argumento de todos
los regímenes totalitarios del mundo,

de todas las inquisiciones
en el mundo.

Si pensamos así,

parece que toda privacidad
se considera un mero secreto.

La culpa está inherente
en la acusación.

Pero la privacidad no es esto.

La privacidad es simplemente
la capacidad de cada uno de nosotros,

de ser de hecho uno mismo.

Para ser nosotros mismos,
para expresarnos,

de comportarnos de una determinada manera,
independientemente de opiniones ajenas.

Y está claro que la privacidad aquí

no es un asunto privado.

Es una cuestión política,

se trata de la autonomía
de cada uno de nosotros,

al fin y al cabo, tiene todo
que ver con la democracia.

Por lo cual, creo que tal argumento

tiene que ser firmemente rechazado.

Entonces, se nos dice:

"La privacidad no es digna
de ser defendida;

es demasiado tarde".

Se nos vendió deliberadamente como
concepto pero no es más que lo mismo,

miren a GAFA,

que como proveedores de servicios

venden algo muy conveniente.

¡En efecto, es cierto!

Y creo que al igual que yo,
al igual que todos nosotros,

somos todos adictos al mundo digital.

Todos somos consumidores
de estos servicios

pero no creo que vayamos
a vender alegremente

a cambio de lo que nos dan,

nuestro nivel de vida,
a nuestros amigos,

nuestras relaciones personales,
como información...

¡No queremos dar todo esto a cambio!

Pero dicho esto, ¡no significa que
queramos cambiarlo por nuestra privacidad!

Todos los puntos de la investigación
se reducen a este.

La gente no quiere

exponerse en línea.

Quieren el control,

poder controlar sus datos
personales en línea,

para decidir si tales datos

se vuelven públicos
o se mantienen privados.

Y lo que la gente no quiere es darles
un cheque en blanco, por así decirlo,

a estos proveedores de servicios

para hacer lo que quieran
con nuestros datos.

La gente quiere poder decir:
"Esa fue mi elección,

de que tanto mi vida privada como
la pública aparezcan en Internet

no la decisión del
proveedor de servicios".

El tercer argumento que se nos da:

"Bueno, básicamente, la privacidad
está bien, pero es complicado,

es difícil preservar
y mantener la innovación,

toda esta increíble innovación
de la que todos hablamos

y estamos tan dispuestos
a desarrollarla".

Y creo que esto es el
argumento más insidioso de todos.

Es un argumento que se oye
sobre todo en Francia.

Pero yo les digo a todos Uds. aquí hoy,

a todos los que realmente creen esto,

que realmente piensan que
la protección de la privacidad

es verdaderamente un obstáculo
en el camino de la innovación,

que si tienen ejemplos reales,

que vengan a verme,
que vengan a la CNIL

para hacernos saber su problema

y trataremos de encontrar
una solución para Uds.

Esta es la segunda o la tercera vez

que repito esta invitación,
con base en estos argumentos,

para todo el mundo que quiera venir,
pero nadie vino nunca.

Así que no estoy muy convencida
de la validez de tal argumento.

Tengo la impresión de que es un argumento

que es fácil apoyarlo en la teoría,

pero de hecho, en realidad

no veo cómo pueda funcionar.

Por el contrario, creo

que la protección de la privacidad

puede ser un argumento
maravilloso, competitivo.

Porque, al final, son los clientes,
los ciudadanos, los que están tranquilos

de que sus datos de carácter personal
se manejan apropiadamente

y se admite públicamente tal manejo.

Por eso creo que, por el contrario,

podemos construir
una innovación más duradera,

una de mayor duración

en términos de protección
de la privacidad.

Esto es lo que yo quería brevemente
compartir con Uds.

Creo que la protección
de nuestra privacidad

no es un vestigio del pasado.

Realmente creo que no es
un error de código.

Por el contrario,
creo que es una joya.

Es una joya política,
es la base misma de la democracia.

Es una pepita económica.

Dicho esto, me gustaría
terminar diciendo

que creo que debemos ser
extremadamente cuidadosos

con lo que está sucediendo
ahora en Europa.

Como saben, en Europa,

tenemos la Directiva 1995

que establece el marco legal
para la protección de datos.

Este marco se está
retocando, renovado,

ya a la luz de todo el cabildeo,
las acciones y presiones

ejercidas por la Comisión
del Parlamento Europeo

está claro que este tema

es objeto de un intenso debate público
en la arena internacional.

Por eso creo que no debemos
hacer la vista gorda.

Nuestra vida cotidiana
y nuestra privacidad

es algo por lo que luchar.

A la luz de esta renovación
del marco jurídico

tenemos que promover
este activo económico y político

que es nuestra protección de datos.

Voy a terminar volviendo a Argos.

Creo que no podemos
deshacernos de Argos.

Ya es parte de nuestras vidas.

¡Y lo que necesita atención
está ya bajo vigilancia!

¡Gracias a todos!

(Aplausos)