Un simple kit de parto para madres en el mundo en desarrollo

Zubaida Bai, miembro TED, trabaja con profesionales médicos, parteras y madres para ofrecer dignidad e intervenciones de bajo costo en la atención de la salud de las mujeres. En esta charla rápida e inspiradora, ella presenta su kit en un bolso para un parto limpio, que contiene todo lo que una nueva madre necesita para un nacimiento higiénico y un parto saludable - sin importar dónde en el mundo (o qué tan lejos de una clínica médica) se encuentre.

En los próximos seis minutos,
mientras me estén oyendo hablar,

el mundo habrá perdido a tres madres

dando a luz a sus bebés:

Una, debido a una complicación severa;

la segunda, porque ella
será una adolescente

y su cuerpo no estará preparado
para el nacimiento;

la tercera, se deberá a la falta de acceso
a las herramientas básicas limpias

en el momento del parto.

Ella no será la única.

Más de un millón de madres
y bebés mueren cada año

en países en vías de desarrollo,

solo debido a la falta de acceso
a la higiene básica necesaria

durante el parto de sus bebés.

Mi travesía comenzó una tarde
cálida de verano en India en 2008,

después de un día de conocer a las mujeres
y de escuchar sus necesidades,

terminé en una choza de paja
con una partera.

Como madre, tenía mucha curiosidad
sobre cómo asistía partos en su casa.

Luego de una conversación
profunda e interesante con ella

acerca de la profunda vocación que sintió
para hacer lo que hacía,

le hice una pregunta al despedirme:

¿Tienes las herramientas que necesita
para asistir un parto?

Me mostró su herramienta.

"Esto es lo que utilizo para separar
a la madre y al bebé", dijo.

Sin saber cómo reaccionar, sostuve
impactada esta herramienta agrícola.

Le tomé una foto a ésta,
la abracé a ella y me fui.

Mi mente se inundó de reflexiones
sobre mi propia infección

con la que tuve que luchar
después del parto durante un año,

a pesar de tener acceso
a la mejor atención médica.

Recordé una conversación con mi padre,
quien perdió a su mamá al nacer,

él pensaba que su vida sería muy diferente

si tan solo ella hubiera estado
con él cuando creció.

Empecé mi proceso de investigación
como desarrolladora de productos.

Estaba muy emocionada de haber
encontrado un producto

llamado "Botiquín para Partos Limpios",

pero tardé meses en conseguir uno.

Solo se armaban si existía
la disponibilidad de fondos.

Finalmente, cuando conseguí uno,
entré en estado de shock de nuevo.

Yo nunca usaría estas herramientas
para dar a luz, pensé.

Pero para confirmar mis instintos,
volví a donde las mujeres,

algunas de las cuales tenían experiencia
en el uso de este producto.

Para mi sorpresa, tuvieron
la misma reacción y más.

Dijeron que preferían dar a luz
en el piso que en una hoja plástica

que dejaría sangre en todas partes.

Tenían toda la razón:
eso causaría más infección.

El hilo proporcionado conduciría
a una infección bacteriana

a través del cordón umbilical del bebé,

y la cuchilla era del tipo que los hombres
usan para afeitarse,

y no la querían ni tener cerca.

No hubo incentivos para que alguien
rediseñara este producto

porque era una obra de caridad.

Nunca se consultó a las mujeres
en este proceso.

Para mi sorpresa, no solo
se necesitaba en los hogares

sino también en entornos institucionales
con nacimientos de alto volumen.

Las situaciones en áreas remotas
eran aún más desalentadoras.

Esto tenía que cambiar.

Hice de ello mi área de enfoque.

Empecé el proceso de diseño
recopilando comentarios,

desarrollando prototipos y relacionándome
con diversos accionistas

que investigaran protocolos globales.

Con cada prototipo,
volvíamos donde las mujeres

para asegurarnos de tener
un producto para ellas.

Lo que aprendí a través de este proceso
fue que estas mujeres,

a pesar de su extrema pobreza,

le daban gran valor
a su salud y bienestar.

No eran para nada pobres de mente.

Como todos nosotros, apreciarían
un producto bien diseñado

desarrollado para sus necesidades.

Después de muchas iteraciones
trabajando con expertos,

profesionales de la salud

y las mujeres mismas,

debo decir que no fue para nada
un proceso fácil,

pero logramos un diseño
sencillo y hermoso.

Por un dólar más de lo que
se ofrecía por el producto existente

por tres dólares, pudimos lanzar "Janma",

un kit en un bolso para un parto limpio.

Janma significa "parto"

y contiene una sábana absorbente de sangre
para que se de a luz en ella,

un bisturí quirúrgico, un par de guantes,
una pinza de cordón, una barra de jabón,

y el primer paño para limpiar al bebé.

Todo esto viene envuelto en un bello bolso

que se le da a la madre como regalo
después de todo su duro trabajo,

que se lleva a casa con orgullo
como símbolo de prosperidad.

Una mujer reaccionó a este regalo diciendo
"¿Es realmente mío? ¿Puedo quedármelo?"

Otra dijo, "¿Me darás un color diferente
cuando tenga mi próximo bebé?"

(Risas)

Mejor aún, una mujer expresó
que éste era el primer bolso

que había tenido en su vida.

El kit, aparte de su simbolismo
y su simplicidad,

está diseñado para seguir el protocolo
médico recomendado globalmente

y sirve como una herramienta
de cambio de comportamiento

para seguir los pasos uno tras otro.

No sólo se puede utilizar en los hogares,
sino también en entornos institucionales.

Hasta la fecha, nuestro kit ha impactado
a más de 600,000 madres y bebés

alrededor del mundo.

Es una lección de humildad
ver estos números crecer,

y estoy ansiosa por alcanzar
los cien millones.

Pero los problemas de salud
de las mujeres no terminan aquí.

Miles de problemas simples
necesitan intervenciones de bajo costo.

Tenemos hechos que demuestran
que si invertimos en mujeres y niñas

para brindarles mejores condiciones
de salud y bienestar,

éstas procrearán comunidades
más saludables, ricas y prósperas.

Tenemos que empezar a brindar
sencillez y dignidad

a los problemas de salud de la mujer:

reducir la mortalidad materna,
romper los tabúes,

y empoderar a las mujeres para que tomen
el control de sus propias vidas.

Este es mi sueño.

Pero no será posible lograrlo
sin incluir a hombres y mujeres por igual

de todo el mundo;

sí, todos Uds.

Recientemente escuché
esta canción de Leonard Cohen:

"Toca las campanas
que todavía pueden sonar.

Olvídate de tu ofrecimiento perfecto.

Hay una grieta en todo.

Así es como entra la luz."

Este es mi pedacito de luz.

Pero necesitamos más luz.

De hecho, necesitamos focos enormes

situados en el mundo
de la salud de la mujer

si queremos un mañana mejor.

No olvidemos nunca que las mujeres están
en el centro de un mundo sustentable,

y que nosotros no existimos sin ellas.

Gracias.

(Aplausos)