Como estar preparados para el futuro, ahora- Lynda Gratton en TEDxLondonBusinessSchool

Lynda Gratton sugiere 3 cambios para las futuras generaciones, extraídos de su propia experiencia. Primero, especializarnos en algo que nos apasione, en lugar de convertirnos en generalistas. Segundo, en el futuro, nuestro entorno no estará basado en la competición, sino en la combinación y la cooperación. Y finalmente, encontraremos en el trabajo el sentido de nuestra vida, y no solamente un lugar en el que ganar dinero.

Muchas gracias

A veces, en nuestras vidas,
sucede algo

que cambia nuestra forma de pensar,
que cambia lo que haremos.

Y quiero empezar
contándoles una historia

sobre algo que me pasó
hace casi cinco años,

que me hizo comenzar a pensar
en este tema

de cómo nos regeneramos a nosotros mismos.

Hace unos cuatro años, decidí llevar
a mi hijo menor Dominic a África.

Él es como
muchos adolescentes en Londres,

pasa mucho tiempo
rondando por ahí, ya saben,

y quería que entendiera realmente
lo que pasaba en África.

Y en particular,
se estaba haciendo

adulto, y quería que pasara un tiempo
com los guerreros Masai.

Así que fuimos en avión,
un avión privado,

tomamos un auto y finalmente,

—nos llevó como dos días y medio—,

llegamos a un poblado Masai en mitad
de la reserva Masai Mara en Tanzania.

Y tal y como esperábamos,
había una par de

guerreros Masai que pasaron un tiempo
con nosotros durante dos días,

hablándonos de sus rituales,

y esas cosas maravillosas.
Fue estupendo

para un adolescente comprender realmente
cómo era ser un guerrero.

Y una mañana, nos llevó
a lo alto de una colina

y lo que hizo fue
mostrarnos

su territorio Masai y nos
habló sobre cómo era

ser un guerrero Masai
y lo que significaba,

las implicaciones que
deben afrontar.

Y allí estaba él con sus maravilloso
ropaje masai rojo

sujetando una lanza,
una lanza para matar leones.

Fue un momento auténtico.

Y mientras estábamos allí de pie,
se oyó un divertido sonidito.

¿Se imagina alguien qué era
aquel sonido divertido?

(Público: Era su teléfono)

¡Era su móvil!
Así que de su bolsillo,

de esa especie de bolsillo
de piel de leopardo

sacó su móvil.

Y como haría cualquier joven de 23 años

tuvo una animada conversación
por el móvil.

Bueno, en ese momento, me dí cuenta
de que mi mundo había cambiado

más de lo que imaginaba
y de lo que nunca habría podido imaginar.

Pero eso no fue lo único que
sucedió esa tarde, porque

cuando colgó su teléfono,
actuando como una profesora curiosa

de la London Business School
le dije:

"¿De qué iba la conversación?
¿Con quién hablabas?"

Y me dijo: "¡Ah!
Hablaba con mi hermano"

Él como guerrero, tenía la misión
de cuidar del ganado.

Pero su hermano, que era más joven
que mi hijo, con 12 años,

Cuidaba las cabras
y de hecho su hermano

había salido esa mañana,
a las seis de la mañana

para sacar las cabras.
Esto fue como a las 12.

El dijo:
"Bueno, hablaba con mi hermano."

Yo dije:
" Bien, ¿y sobre qué era la conversación?"

El dijo: " Mi hermando llamaba
para decirme

que las cabras acababan
de encontrar hierba verde."

Como ven, esto para mí es la
paradoja del futuro,

porque en muchos aspectos las cosas
cambian más allá de la imaginación.

¿Quién habría imaginado que un guerrero
Masai, hace cuatro años,

habría tenido un móvil?

De hecho, no tenía electricidad
no tenía auto,

no tenía frigorífico,
pero tenía un teléfono móvil.

Pero al mismo tiempo, había
cosas sobre su vida

que seguían siendo en esencia las mismas

en lo que respecta a sus valores, sus creencias
y lo que era importante para él.

Así que, creo que el reto
al que nos enfrentamos ahora

es que estamos en medio
de la mayor transformación

que el mundo haya visto nunca.

Cuando escribí mi libro "El Cambio", dije:

"La mayor transformación
desde la Revolución Industrial".

Creo que eso ya no es así.

En los dos años siguientes de escribir eso,

me dí cuenta de que es la mayor transformación
que haya habido nunca.

Y uno de los retos a los que nos enfrentamos
es preguntarnos a nosotros mismos

¿Qué clase de mundo queremos construir?

Y lo más importante, ¿qué clase de vida
quiero construir?

Y no hay duda de que

vamos a vivir cosas
difíciles en el futuro.

Si miramos al futuro,
lo que está claro es que

podrían ir hacia el futuro
con los ojos vendados.

Podrían caminar hacia un futuro por defecto

en el cual no tomarían decisiones,
y dejarían que el futuro se despliegue

ante Uds., o podrían ser mucho más conscientes

sobre el futuro que quieren crear.

En otras palabras, pueden crear
un futuro elaborado.

Ahora, para hacer eso, creo que hay que pensar

en las cosas que sucederán en nuestras vidas

en las próximas dos décadas.

Tanto lo que se refiere a la parte buena,
como a

la parte oscura.

Una de las cosas que están claras en el futuro,

sobre nuestras vidas,
sobre la vida de nuestros hijos,

es que podría ser una vida de fragmentación,

podría ser una vida donde,
de hecho, todo se descompone

en periodos de tres minutos.

Incluso ahora, si se fijan en su vida,
se darán cuenta de que ya hoy,

la tecnología nos interrumpe constantemente.

Es como un niño de dos años enfadado.

No encontramos tiempo en nuestra vida, realmente,

que nos permita ser reflexivos,

que nos permita meditar.

Así que el aislamiento, la fragmentación
son una parte potencialmente

importante en nuestras vidas. Pero
no tiene por qué ser así.

La misma tecnología que nos interrumpe,

la misma tecnología que se comporta

como un niño de dos años enfadado,

también nos puede aportar grandes oportunidades de cocreación.

Ahora mismo, en todo el mundo,
decenas de miles de personas

se unen en plataformas como InnoCentive

para compartir ideas, para pensar en oportunidades,

para solucionar problemas, tanto en su país

como en otros países.

Podría ser un mundo de aislamiento.

Hay una posibilidad para muchos de nosotros

de vivir en pequeñas familias.

Nos hemos mudado a la ciudad,
hemos perdido nuestras raíces familiares,

nos movemos constantemente,
trabajamos más en casa

que en una oficina y podría ser
un futuro de un gran aislamiento.

Puede ser un futuro donde nos será difícil conectar

pero al mismo tiempo, sabemos que

hay oportunidades, como hemos oído hoy,
de conectar realmente

con nuestra sociedad,
de conectar con nuestra comunidad,

para ser parte del lugar en el que vivimos.

Es un mundo de exclusión.

Es un mundo en el que rico se hace más rico,

y donde el pobre se vuelve más pobre,

estén donde estén.

Es un mundo en que, si no estamos

formados o educados, no podemos unirnos

al mercado laboral mundial de talentos,

no hay manera de acceder realmente

al valor que el mundo está creando.

Pero podría ser un mundo,
en el que estar implicados,

y en el que cinco billones de personas
pueden conectarse unas con otras,

usando todo el conocimiento
que es ahora accesible,

mediante este tipo de dispositivos
manuales que mi guerrero Masai

tenía, y que pueden crear
infinidad de compromisos.

Y lo que quiero sugerir es que el reto

al que nos enfrentamos, es que podríamos ir hacia

el futuro con los ojos vendados o, por el contrario,
podríamos hacer cambios importantes

que cambien el modo en que pensamos,

que cambien nuestro comportamiento,
que cambien la manera

en la que queremos que continúe nuestro futuro.

Y me parece, que ahora mismo,
nos enfrentamos tanto con oportunidades

como con consecuencias.

Y quiero sugerir tres cambios,

en los que creo que cada uno deberíamos pensar,

sobre cómo crear el tipo de futuro

que va a ser importante para nosotros.

El primero es sobre cómo vemos
nuestras propias habilidades.

Como saben, hubo un tiempo

en el que quizá ser un generalista

era maravilloso.

Sólo tengo que ser como un gestor con forma de T.

Tengo que saber un poco de muchas cosas.

Pero, francamente, si sabemos
un poco de muchas cosas,

nuestros competidores no son esas personas
tan altamente cualificadas en China.

Nuestros competidores son Wikipedia y Google.

Así que, tenemos que dominar algo.

Tenemos que centrarnos en áreas
que nos gusten, que nos apasionen

porque el futuro, como yo lo veo,
va de hiperespecialización.

Y si sabemos hacer dos cosas,
es incluso mejor.

Así que, número uno, primer cambio,
piensen en lo que les gusta,

en lo que les apasiona y céntrense de verdad en ello.

Número dos. Sin duda, cuando

yo era más joven, lo que pensábamos era que la
forma de salir adelante era compitiendo.

Que había un ranking y algunas
personas estaban arriba del todo,

y otras estaban al final.

Y la forma de asegurarnos de que
uno estaba en lo más alto

era competir con todos los de alrededor

y ser lo mejor posible.

Lo que descubrimos ahora sobre el futuro,

es que hay oportunidades increíbles

de construir valor mediante la
colaboración y cooperación.

La tecnología, esos billones conectados,

el amplio conocimiento,
ofrece oportunidades increíbles

no sólo para competir, sino también para constatar

que las redes van a ser importantes.

Y esas pueden ser el tipo de redes

que forman tu círculo,
esa gente que es cercana a ti,

que entiende tu conocimiento,
que puede avanzar contigo.

Podría ser la comunidad regenerativa,

esa gente a la que uno se siente cercano,
a los que se dedica tiempo

con los que uno se identifica, podría ser
la multitud de las grandes ideas.

Miles de personas que quizá conozcan,

que tienen ideas
que no pueden ni imaginar

pero que en combinación con sus ideas
podrían ser muy valiosas.

Y el cambio final es este.

Cuando las organizaciones comenzaron a industrializarse,

el trato con los trabajadores era muy sencillo.

Se trabajaba, para ganar dinero, para comprar cosas que nos hicieran felices.

Creo que eso ya no funciona así.

Es decir, nos empezamos a dar cuenta de que

hay muy poca correlación entre altos niveles de vida

y mayor sentimiento de felicidad o calidad de vida.

Y también nos estamos dando cuenta de que,

si vamos a trabajar hasta los 75 años, que será así,

y si el trabajo va a tener que ser el centro

de nuestra vida, y para
la mayoría de nosotros será así,

el trabajo será donde encontremos el sentido y creo

que en el futuro el cambio
vendrá, no tanto por pensar

en el trabajo como la forma de ganar dinero

para comprar cosas que consumimos,

sino más bien de ver el trabajo en sí,
como una fuente

de gran creatividad y una fuente

de grandes posibilidades,
en cuanto a lo que nos ayuda,

a cada uno, a convertirnos en nuestra mejor versión.

El potencial humano es infinito.

Y creo que, aunque hay

algunas partes difíciles en el camino a recorrer,

al mismo tiempo, existen posibilidades

de que los próximos 10 o 20 años,
sean increíblemente emocionantes

para cada uno de nosotros.

Gracias.

(Aplausos)