Liderazgo cotidiano | dibujó Dudley | TEDxToronto

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED.

Todos hemos cambiado la vida de alguien, por lo general sin siquiera darnos cuenta. En esta charla divertida, DrewDudleynos pide a todos que celebremos el liderazgo como un acto cotidiano que consiste en mejorarnos mutuamente la vida los unos a los otros.

Quiero empezar preguntándoles algo:

¿Cuántos están completamente cómodos

autodenominándose líderes?

He preguntado esto en todo el país,

y donde quiera que pregunte,

siempre hay gran parte del público

que no levanta la mano.

Me he dado cuenta de que
hemos hecho del liderazgo

algo más importante que nosotros.

Algo que nos excede.

Lo atribuimos a cambiar el mundo.

Tratamos a este título de "líder"

como algo que vamos a merecer algún día

pero darnos ese título ahora

implicaría un nivel de arrogancia
con el que no nos sentimos cómodos.

Y me preocupa que a veces
pasemos mucho tiempo

celebrando cosas impresionantes
que casi nadie puede hacer;

tanto que nos hemos convencido de que

esas son las únicas cosas
que vale la pena celebrar.

Empezamos a devaluar cosas
que podemos hacer cotidianamente.

No nos permitimos reconocer
momentos en los que

somos verdaderamente líderes,

y sentirnos bien por eso.

Tuve la suerte, en los últimos 10 años,

de trabajar con gente impresionante

que me ha ayudado a redefinir
el liderazgo de una forma

que creo me ha hecho feliz.

Hoy, solo quiero compartir con Uds.

la historia que quizá tenga
más peso en esa redefinición.

Fui a una universidad pequeña llamada

Universidad Mount Allison
en Sackville, New Brunswick,

y el último día vino
una chica y me dijo:

"Recuerdo cuando te conocí".

Y me contó una historia
ocurrida hace 4 años.

Dijo: "El día previo
a empezar la universidad

estaba en un cuarto de hotel
con mi mamá y mi papá,

muy asustada y convencida
de que no lo lograría,

de que no estaba lista para la
universidad, y empecé a llorar.

Mi mamá y mi papá fueron
excelentes, me dijeron:

'Mira, sabemos que estás asustada,
pero vayamos mañana.

Vayamos a tu primer día
y si en algún momento sientes

que no puedes hacerlo, está bien,
solo dinos y volveremos a casa.

Te amamos sin importar qué pase'".

Dijo: "Fui el día siguiente

y estaba sentada en la
fila para registrarme,

vi a mi alrededor y supe
que no podría hacerlo.

Sabía que no estaba lista,
que debía renunciar a esto".

Dijo: "Tomé esa decisión
y en el momento que lo hice

me invadió una gran paz interior.

Me di la vuelta hacia mamá y papá
para pedirles que volviéramos a casa

y en ese momento tú saliste
del centro de estudiantes

con el sombrero más tonto que
he visto en mi vida". (Risas)

"Fue genial.

Tú tenías un letrero grande de
un proyecto de caridad llamado

"Estudiantes contra
la fibrosis quística"

--allí trabajé varios años--

"y tenías un balde con dulces

que entregabas a las personas

hablando del proyecto de caridad.

Y de repente llegaste hacia mí,
te paraste y me miraste fijamente.

Fue espeluznante".
(Risas)

Esta chica de aquí sabe exactamente
de lo que estoy hablando. (Risas)

"Y después miraste al chico
que estaba a mi lado,

sonreíste, sacaste un dulce
y se lo diste

diciéndole: "Tienes que darle un dulce

a la mujer hermosa que
está parada a tu lado'".

Y dijo: "Nunca he visto a nadie
avergonzarse más rápido en mi vida.

Se puso rojo como remolacha
y ni siquiera me miró.

Solo me pasó el dulce así".
(Risas)

"Me sentí tan mal por ese chico
que tomé el dulce,

y en cuanto lo hice, tú,
con una mirada adusta

te dirigiste a mamá y papá

y les dijiste: 'Miren eso.

El primer día lejos de casa,

¿¡y ya acepta dulces de
un extraño!?'" (Risas)

Y dijo: "Todos perdieron el control,
a 6 metros a la redonda

y empezaron a reír fuertemente.

Sé que esto es cursi
y no sé por qué te lo cuento,

pero en ese momento,
en que todos estaban riendo,

supe que no debía renunciar.

Supe que estaba donde debía estar,

supe que estaba en casa
y no he hablado contigo ni una vez

en los 4 años desde ese día,

pero ahora supe que te vas,

y tenía que venir y decirte que

fuiste una persona muy importante en mi
vida, te voy a extrañar, buena suerte".

Ella se alejó y me quedé congelado.

Y cuando se alejó unos 2 metros,
dio la vuelta, y sonriendo dijo:

"Deberías saber esto también,

todavía estoy saliendo con ese chico,
4 años después". (Risas)

Un año y medio después
de mudarme a Toronto,

recibí una invitación a su boda.

Eso es lo impactante: No recuerdo esto.

No recuerdo ese momento.

He hurgado en mi memoria,
porque es gracioso

y debería recordar que lo hice,
pero no lo recuerdo.

Fue una experiencia transformadora
que me abrió los ojos,

pensar que fue quizá el mayor impacto
que he tenido en la vida de alguien,

un momento que hizo
que una mujer caminara

hacia un extraño 4 años después
para decirle:

"Has sido una parte
muy importante en mi vida",

y ni siquiera lo recuerdo.

¿Cuántos han tenido
un "momento de dulces",

un momento en que alguien
dijo o hizo algo que sientes

que mejoró tu vida radicalmente?

Está bien. ¿cuántos le dijeron
a esa persona que lo hizo?

¿Por qué no?
Celebramos cumpleaños,

y todo lo que hay que hacer
es no morir en 365 días (Risas)

pero dejamos que los que
nos mejoraron la vida

vayan por la vida sin saberlo.

Cada uno de Uds.

ha sido catalizador de
un "momento de dulce".

Le han mejorado la vida a alguien
con algo que han dicho o hecho.

Y si creen que no lo han hecho nunca,
recuerden todas las manos

que no se volvieron a levantar
cuando pregunté eso.

Uds. solo son personas a las que
no se los han dicho.

Pero da miedo pensar
que tenemos tanto poder.

Puede ser aterrador pensar que podemos
importarle tanto a otras personas,

porque mientras hagamos del liderazgo
algo que nos excede,

conforme lo mantengamos
más allá de nosotros,

mientras consista en cambiar el mundo,

nos damos una excusa para no esperarlo,

cotidianamente, de nosotros,
o de los unos a los otros.

Mary Ann Williamson dijo

que nuestro temor más grande
no es a ser inadecuados,

sino a reconocer que tenemos
un poder desmedido.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad,
lo que nos asusta".

Mi llamado a la acción hoy
es a superar eso,

Tenemos que superar el miedo
a ser tan poderosos

en las vidas de los demás.

Tenemos que superarlo
para poder ir más allá,

y para que nuestras hermanas
y hermanos menores,

y nuestros hijos, ahora,
puedan empezar a vernos valorar

el impacto que tenemos
en las vidas de los otros.

Más allá del dinero, del poder,
de los títulos y la influencia,

tenemos que redefinir el liderazgo
como "momentos de dulce".

Cuántos creamos,
cuántos reconocemos,

cuántos retribuimos,
y cuántos agradecemos.

Porque planteamos el liderazgo como
si se tratara de cambiar el mundo,

pero no existe "el mundo".

Hay 6000 millones de
interpretaciones de mundo

y si uno cambia una de
esas interpretaciones,

la interpretación de una persona
de lo que puede hacer,

la interpretación de una persona
de cuánto otra se preocupa por ella,

la interpretación de una persona de
cuánto poder como agente de cambio

puede tener en el mundo,
uno realiza el gran cambio.

Y si podemos entender y redefinir
el liderazgo de esa forma,

creo que podemos cambiar todo.

Es una idea simple, pero no creo
que sea una idea pequeña,

y quiero agradecerles mucho
por dejarme compartirla hoy.

Tengan un buen día.
(Aplausos)