La búsqueda de los nurdles por el dominio del océano - Kim Preshoff

Para ver la lección completa: http://ed.ted.com/lessons/the-nurdles-quest-de-mar-dominación-kim-preshoff

Los nurdles son las bolitas diminutas, hechas en las fábricas de las pelotitas que son la materia prima de todos los productos de plástico que usamos, desde juguetes hasta cepillos de dientes. Y si bien se ven bastante inofensivas en tierra, realmente puede causar estragos en nuestros océanos. Kim Preshoff detalla la búsqueda de los nurdles por el dominio oceánico, arrojando luz sobre las características particulares que permiten que estos contaminantes que lo impregnan todo persistan durante generaciones enteras.

Lección de Kim Preshoff, animación de Reflective Films.

Conoce los nurdles.

Pueden ser pequeños, parecer inofensivos

y sonar como un montón de personajes de dibujos animados,

pero no te dejes engañar.

Estos pequeños individuos
están conspirando para dominar el océano.

Los nurdles son algunos de los contaminantes
más extendidos del planeta,

se encuentra en lagos,
ríos y océanos de todo el mundo.

Las bolitas diminutas hechas en las fábricas
forman la materia prima

de todos los productos de plástico que utilizamos.

Y cada año, miles de millones de kilos de nurdles

se producen, derriten y moldean

en juguetes, botellas, botones, bolsas,
bolígrafos. zapatos, cepillos de dientes y cuentas.

Están por todas partes.

Y vienen en muchas formas,
de varios colores y de muchas formas,

que varían en tamaño
desde unos pocos mm a meras motas

sólo visibles a través de un microscopio.

Pero la ventaja real
en su búsqueda por el dominio del océano

es su resistencia increíble,
lo que les permite prevalecer

en un ambiente durante generaciones
porque su maquillaje artificial

los hacen imbiodegradables.

Así que, mientras no se meten
en el medio ambiente,

no hay nada de qué preocuparse,
¿verdad?

El problema es que los nurdles tienen

una manera astuta de hacer exactamente eso.

Producidos en varios países

y enviados a las plantas de fabricación de plástico

en todo el mundo,
a menudo los nurdles se escapan

durante el proceso de producción,
llevados por la escorrentía a la costa

o durante su transporte,
cuando erróneamente se vierten en las olas.

Una vez en el agua, a los nurdles
se los llevan rápidamente las corrientes,

y finalmente, acaban en
enormes sistemas oceánicos circulantes

llamados giros, en los que se reúnen
para planear sus tácticas.

La Tierra tiene cinco giros
que actúan como puntos de encuentro,

pero la sede de la dominación
oceánica de los nurdles

se encuentra en el Océano Pacífico,
donde la enormidad comparativa del giro

y la concentración resultante de la contaminación

es tan grande que se conoce como
La gran zona de basura del Pacífico.

Aquí, los nurdles tienen buena compañía.

Este giro atrae todo tipo de contaminación,

pero debido a que son imbiodegradables,
los plásticos predominan,

y provienen también
de otras fuentes, además de los nurdles.

¿Conoces esas diminutas cuentas que se ven
al lavarnos la cara o en la pasta los dientes?

A menudo están hechas de plástico,
y después de tirarlas por el desagüe,

algunas también terminan
en esta zona de basura gigante,

para el deleite de los nurdles,
que construyen allí su ejército de plástico.

Y luego existen las grandes piezas
de basura plástica no reciclada,

como botellas y bolsas de plástico,

transportados por la escorrentía de la tierra al mar.

Con el tiempo, estos trozos de plástico
se convierten en una especie de nurdle, también,

pero que ha sido desgastado por los elementos,
no hecho en una fábrica.

Y como si no amenazaran lo suficiente,

las superficies rugosas
e irregulares de estos microplásticos

—nombre dado
a todos esos pedacitos de plástico colectivos—,

los productos químicos del agua
se pegan o adhieren a ellos,

haciéndolos tóxicos.

Esta reunión ha crecido tanto que
la mancha de basura oceánica puede oscilar

desde el tamaño de Texas
a algo del tamaño de EE. UU.

Pero mientras este tornado tóxico
está circulando,

los pájaros, peces, organismos filtrantes,
ballenas, crustáceos de alrededor,

están justo en sus actividades diarias,
lo que significa buscar comida.

Desafortunadamente para ellos,
los trocitos de plástico flotante

se parecen mucho a los huevos de peces
y otros persuasivos bocaditos alimenticios.

Pero una vez ingeridos,
los microplásticos tienen

el hábito muy diferente y terrible
de pegarse.

En el interior del estómago de un animal,
no sólo dañan la salud

con el cóctel de toxinas que portan,

sino que también pueden conducir
a la muerte por hambre;

porque, aunque los nurdles se ingieren,
nunca se digieren

y engañan al animal dando la sensación
como si estuviera continuamente lleno,

llevándole al final a la muerte.

Cuando un organismo consume otro,
los microplásticos y sus toxinas

se trasmiten a través de la cadena alimentaria.

Y así es como, poco a poco,
los nurdles logran su meta,

creciendo de forma más generalizada,
a medida que acaban con la vida marina

y remodelan los ecosistemas del océano.

Entonces ¿cómo romper este ciclo?

La mejor solución sería eliminar, por completo,
los plásticos de la ecuación.

Eso nos llevará mucho tiempo,
pero sólo requiere pequeños cambios colectivos,

como más reciclaje,
sustituir plásticos por papel y vidrio,

y deshacerse de esa pasta
de dientes con las microperlas.

Si logramos estas cosas, tal vez con el tiempo

cada vez menos nurdles
se unan a esa mancha de basura gigante,

su ejército de plásticos crecerá más débil,

y se rendirán al océano,
a sus verdaderos guardianes una vez más.