¿Cómo sabes que eres real?
Es una pregunta obvia
hasta que intentas responderla,
pero vamos a tomarla en serio.
¿Cómo sabes realmente que existes?
En sus "Meditaciones metafísicas",
René Descartes trató
de responder a esa pregunta,
demoliendo todas sus nociones
y opiniones preconcebidas
para comenzar de nuevo
desde los cimientos.
Todo su conocimiento provenía de
sus percepciones sensoriales del mundo.
Igual que tú, ¿verdad?
Sabes que estás viendo este vídeo
con tus ojos, oyéndolo con tus oídos.
Tus sentidos te muestran
el mundo tal como es.
No te están engañando,
pero a veces lo hacen.
Es posible confundir una persona
de lejos con alguien más,
o estás seguro de que estás a punto de
atrapar una bola, y cae al suelo delante tuyo.
Pero bueno, aquí y ahora, sabes que
lo que está justo frente a ti es real.
Tus ojos, tus manos,
tu cuerpo. Eres tú.
Solamente la gente loca lo negaría,
y sabes que no estás loco.
Cualquiera que lo dude tendría
que estar soñando
¡Oh, no!, ¿qué pasa si estás soñando?
Los sueños se sienten reales.
Puedes creer que estás
nadando, volando o luchando
contra monstruos
a mano limpia,
cuando tu cuerpo
real está en la cama.
No, no, no. Cuando estás despierto,
sabes que estás despierto.
¡Ah! Pero cuando no es así,
no sabes que no lo estás,
así que no puedes demostrar
que no estás soñando.
Tal vez el cuerpo que percibes
como tuyo realmente no está allí.
Tal vez toda la realidad,
incluso sus conceptos abstractos,
como el tiempo, la forma,
el color y el número, son falsos,
todos solo engaños urdidos
por un genio del mal.
No, en serio.
Descartes se pregunta si se puede refutar
la idea de que un demonio malvado
te ha engañado en la creencia
de que la realidad es real.
Quizás este mentiroso
diabólico te ha engañado.
El mundo, sus percepciones de él,
tu propio cuerpo.
No puedes refutar que todos acaban de hacerse,
y ¿cómo podrías existir sin ellos?
¡No podrías! Así que, no lo haces.
La vida no es más que un sueño,
y apuesto a que no remas, remas, remas
alegremente en absoluto, ¿verdad?
No, estás remando fatigosamente como un tonto,
el bobo inexistente que eres o no.
¿Te parece convincente?
¿Está convencido?
Si no es así, bueno;
si es así, aún mejor,
porque al ser persuadido, demostraría
que eres un ser que puede ser persuadido.
No puede ser nada
si piensas que eres algo,
incluso si piensas
que algo es nada
porque no importa lo que pienses,
eres un ser pensante,
o como Descartes dijo,
"Pienso, luego existo",
igual que tú, en verdad.