Imaginen esto:
Es lunes por la mañana,
y estás en la oficina,
preparándote para el día de trabajo,
y este tipo que reconoces
más o menos del pasillo,
llega a tu cubículo
y te roba la silla.
No dice una palabra,
solo se la lleva.
No te da ninguna explicación
para llevarse tu silla
de entre tantas otras sillas
que están por allí.
No reconoce que quizás necesites tu silla
para hacer tu trabajo hoy.
Tú no lo tolerarías.
Armarías un alboroto.
Seguirías el tipo hasta su cubículo
y le dirías:
"¿Por qué mi silla?"
Bien, ahora es martes por la mañana
y estás en la oficina,
y una invitación a una reunión
surge en tu calendario.
(Risas)
Y es de esta mujer que conoces
más o menos del pasillo,
y la línea de asunto hace referencia
a algún proyecto de que ya oíste algo.
Pero no hay cualquier programa.
No hay explicación de por qué
fuiste invitado para la reunión.
Y sin embargo aceptas
la invitación y vas.
Y cuando acaba esa sesión
altamente improductiva,
regresas a tu mesa,
te quedas en tu mesa y dices:
"Chico, ojalá volviera
a recuperar esas dos horas.
así como mi silla."
(Risas)
Todos los días, les permitimos
a nuestros compañeros,
que por lo demás son
muy buenas personas,
que nos roben.
Y me refiero a algo mucho más valioso
que el mobiliario de oficina.
Estoy hablando de tiempo.
Tu tiempo.
En efecto, creo que estemos
en medio a una epidemia global
de una nueva enfermedad
terrible llamada SAI [MAS]:
[Mindless Accept Syndrome].
Síndrome de la Aceptación Insensata
(Risas)
Los síntomas básicos del
Síndrome de la Aceptación Insensata
es aceptar inmediatamente invitaciones
tan pronto surjan en tu calendario.
(Risas)
Es un reflejo involuntario;
ding, clic, bing; está en tu calendario,
"Ya me tengo que ir,
me retraso para una reunión." (Risas)
Las reuniones son importantes,
¿verdad?
Y la colaboración es clave
para el éxito de una empresa.
Una reunión bien organizada
puede rendir resultados
positivos y aplicables.
Pero en medio de la globalización
e informática omnipresente,
la manera como trabajamos
se cambió dramáticamente
en los últimos años.
Y somos desgraciados.
(Risas)
Somos desgraciados no porque
los otros no saben
hacer una buena reunión,
sino debido al SAI, nuestro
Síndrome de Aceptación Insensata,
que es una herida autoinfligida.
En verdad, puedo evidenciar
que el SAI es una epidemia global.
Ya les digo por qué.
Hace algunos años, yo subí
un vídeo en Youtube,
y en el vídeo representé
todas las llamadas
terribles que suceden en conferencias.
Sigue así unos cinco minutos,
y contiene todo lo que detestamos
de malas reuniones.
Hay el moderador que no tiene idea
de cómo moderar una reunión.
Están los participantes que no tienen idea
de por qué están allí.
Todo se da, en cierto modo,
como un descarrilamiento colaborativo.
Y todos se van enfadados.
Es un poco gracioso.
(Risas)
Echemos un rápido vistazo.
(Vídeo) Nuestra meta hoy es llegar
a un acuerdo en una
importantísima propuesta.
Como grupo debemos decidir...
blup blup...
Hola, ¿quién se conectó?
Hola, soy Joe. Estoy
trabajando desde casa hoy.
(Risas)
Hola, Joe. Gracias
por acompañarnos aquí, genial.
Decía, tenemos mucha gente
convocada,
omitamos así pasar lista
y ya voy a comenzar.
Nuestra meta hoy es llegar a un acuerdo
en una propuesta importantísima.
Como grupo debemos decidir si...
blup, blup...
(Risas)
Hola, ¿quién se conectó?
¿Nadie? Me pareció haber oído un bip.
(Risas)
¿Les suena familiar?
Sí, a mí me suena familiar también.
Unas semanas tras haber subido el vídeo,
500 mil personas de docenas de países,
sí, de docenas de países,
vieron el vídeo.
Y tres años después, aún se ve
cientos de veces al mes.
Está llegando a un millón
ahora mismo.
Y algunas de las mayores
empresas del mundo,
empresas que Uds. conocen
pero no las nombraré,
me pidieron permiso
para usar este vídeo como formación
de nuevos trabajadores
para enseñarles cómo no conducir
una reunión en la empresa.
Y si los números...
—un millón de visualizaciones
y todas esas empresas—
no son prueba suficiente
de que reuniones son un problema global,
hay aún muchos miles
de comentarios publicados en línea
después de que el vídeo
hubiese sido publicado.
Miles de personas escribieron cosas como:
"Dios mío ¡mi día hoy fue lo mismo!"
"¡Era igual todos los días!"
"Es mi vida."
Un tipo escribió:
"Es gracioso porque es verdad.
La verdad inquietante,
triste y deprimente.
Me hizo reír hasta llorar.
Y lloré. Y lloré un poco más."
(Risas)
Este pobre hombre dijo:
"Mi vida diaria hasta la jubilación
o la muerte. Suspiro."
Son citas reales y es muy triste.
Un tema común que surge
en todos esos comentarios en línea
es esta creencia fundamental
en nuestra impotencia
para cualquiera otra cosa
que no sea ir a reuniones
y sufrir con estas reuniones
mal conducidas
y vivir para cumplir un día más.
Pero la verdad es que no somos
de manera alguna impotentes.
De hecho, el remedio del SAI
está en nuestras manos.
Literalmente al alcance de nuestras manos.
Es algo que llamo ¡No SAI!
[No MAS]
(Risas)
Que si no recuerdo mal
a mi profesora de español,
significa algo como:
[No MAS] "¡Basta, ya!"
Como funciona el No MAS SAI .
Es muy simple.
Primero, la próxima vez que Uds.
reciban una invitación
sin mucha información en sí,
hagan clic en el botón
de provisional.
Está bien, pueden hacerlo,
por eso está allá.
Está al lado del botón de Aceptar.
Es el botón Quizás
o cualquier botón
existente para no aceptar
inmediatamente.
Después, pónganse en contacto
con quien les invitó a la reunión.
Díganle de su entusiasmo
para respaldar su trabajo,
pregúntenle cuál es
el objetivo de la reunión,
y díganle que les gustaría saber
cómo pueden ayudarlo
a alcanzar su objetivo.
Y si lo hacemos frecuentemente,
y con respecto,
quizás se vuelven los otros
más concienzudos
sobre como crean las invitaciones.
Y Uds. pueden decidir más
concienzudamente si las aceptan.
Pueden incluso mismo empezar
a enviar programas. ¡Imaginen!
O pueden no convocar una conferencia
con 12 personas
para hablar de un estatus,
si pueden tan solo
enviar un corto e-mail
y resolverlo luego.
Los otros pueden empezar
a cambiar su comportamiento
a causa de sus cambios.
Y quizás incluso
le devuelvan la silla. (Risas)
¡No MAS SAI!
Gracias.
(Aplausos)