Buenas noches, antes de repasar la actualidad creemos imprescindible hacer algo muy poco periodístico: repetir una noticia de ayer. Pero pensamos que su importancia excede con creces a la referencia de un día. Los datos que ayer conocimos no pueden quedar simplemente expresados, hay que fijarlos. Somos el primer país consumidor de cocaína del mundo. Cuadruplicamos la media europea. Uno de cada cinco consumidores de nuestro continente vive en España. Los jóvenes españoles han multiplicado por cuatro el consumo de cocaína en los últimos diez años. Diez años. Es decir, con distintos gobiernos de distintos partidos, para que no nos salgamos por la tangente. Y sorprende que hoy nada se conmueva y que las agendas sigan marcando el paso con absoluta indiferencia. España, el primer país del mundo consumidor de cocaína. Y no paramos máquinas para analizar lo que ocurre. Somos puerta de la droga para Europa. El número de incautaciones policiales demuestra el mérito de su trabajo, y hace sospechar el enorme volumen de lo que entra. Debemos estar envueltos en una verdadera nube de cocaína, ofrecida en todas partes, y que además no asusta en su consumo como asustaba la heroína. Pero debe haber más, algo nos debe estar pasando. Y, aunque en España adoramos la simpleza, y lo primero que se nos va a ocurrir, seguro, es pedir una ley y exigir explicaciones al gobierno, algún día tendremos que empezar a retratarnos, y dejar de inventarnos parapetos. Estamos perdiendo pie.