Si ahora mismo pudiésemos construir un mundo nuevo, ahora, ¿cómo sería? ¿Y por dónde deberíamos comenzar? He estado produciendo una película, durante tres años, y gracias a eso he descubierto que si queremos hacer cambios tenemos que empezar por cambiar nuestra visión de la infancia. El mayor descubrimiento de la neurociencia, es que el ser humano se forma no solo a partir de sus genes, sino también en función de su interacción con el medio. Yo estaba entrevistando al Premio Nobel de Economía James Heckman. Él estaba contando que la mayor inversión para la economía, lo más rentable, son inversiones en recursos en la primera infancia. Afirmaba que esa inversión hace que un niño se convierta en un adulto más independiente, más productivo, más saludable, y que esa inversión también haría que disminuyese la desigualdad social. Yo pensaba: "oye, ¿cuál será esa inversión tan revolucionaria?" Y el profesor Heckman siguió hablando de la formación de capital humano, de las relaciones de econometría. Hasta que lo interrumpí y le dije, "Profesor Heckman, ¿y el amor?" Y él dijo: "¿Cómo que el amor? ¡Estoy hablando de amor desde el principio!" Y eso me aclaró mucho las ideas para las próximas entrevistas que vendrían por delante, con psicólogos, neurocientíficos, neurólogos, investigadores, médicos, pedagogos, profesores, asistentes sociales. Que nos formamos a través de nuestras relaciones de amor. Las relaciones que tenemos con nuestra madre, padre, con nuestras hermanos, abuelos, con nuestros profesores. E incluso con la naturaleza, con nuestros juegos, con las historias que nos cuentan. Entonces, me di cuenta de que el medio somos nosotros. Y si nos formamos a través de esas personas, nuestra película tenía que hablar de eso. Soy madre de tres hijos, y aún así, descubrí cosas muy importantes mientras rodaba la película. Cosas que fueron determinantes para su ejecución. El bebé, al nacer, tiene una capacidad de aprendizaje que es mayor que en cualquier otro momento de su vida. Y lejos de ser una hoja en blanco, el bebé ya nace lleno de conocimiento. Él es capaz de construir su propio conocimiento, de explorar el mundo como un científico. En realidad, los bebés son los grandes innovadores del mundo. Y lo primero que él innova cuando nace, es de la persona que lo cuida. En el caso de la madre, por ejemplo, ella se transforma e innova. Una, dos, tres, cuatro, mil veces, a partir de la relación que tiene con su hijo. Sentí que ya tenía información suficiente para escribir un guion. Entonces, con un pequeño equipo muy involucrado en el tema y decidida a escuchar al otro con mucho entusiasmo, seguimos el viaje. Visitamos nueve países y cuatro continentes. Y en cada casa, en cada familia que visitábamos, nos recibían con mucho afecto. Ellos no nos conocían, pero, aun así, nos mostraron lo que para ellos era lo más preciado, lo más íntimo. En Argentina, conocimos a Natalia. Cuando entramos, su apartamento era muy oscuro y le preguntamos si podíamos abrir las cortinas. Dijo que sí, y fuimos abriéndolas, y detrás de cada cortina que abríamos, había una pared, que no dejaba entrar ninguna luz. Empezamos a filmar y nos dijo que empezó a trabajar de noche para poder estar con sus hijos durante el día, porque estaban muy tristes al pasar tanto tiempo sin ella. Mientras yo trataba de entender que si trabaja de noche y está con ellos durante el día, ¿cuándo duerme? Entonces, vi allí mientras jugaba con su hijo, en el suelo, toda la luz que ese apartamento necesitaba. En Canadá, conocimos a Bruke. Cuando abrió la puerta, estaba con la escoba en la mano, y detrás de él había una pila de ropa para doblar. Él es un hombre que dejó el empleo de sus sueños, para cuidar de sus hijos. En el parque, las madres lo aislaban. Lo vi hablando con calma, respetuosamente, con el hijo que se había portado mal, y luego cambiando, naturalmente el pañal de su otro hijo. Entonces, le pregunté: "¿por qué tomaste esta decision?" Él me miró, "Bueno, para cada bebé que nace, alguien tiene que hacer eso. ¿Por qué yo no?" Y pensé: "Es verdad, ¿por qué no él?" En Kenia, en la favela más grande de África, conocimos a Beatriz. Ella perdió a sus progenitores de muy jóven y la criaron padres voluntarios. Ypara poder devolver lo que recibió a la comunidad, ahora, también cuida niños huérfanos Conmovida, nos contó que un día un niño se giró hacia ella y le dijo, "tía Beatriz, yo antes tenía hambre, pero ahora juego contigo y me siento muy bien. ¿Eres mi familia?" Ella dijo, "soy tu madre, ven conmigo". Y con la película, me di cuenta de que la mirada de una madre a su hijo, la mirada de un padre para un hijo, de una cuidador para un niño, tiene un poder enorme, tiene un potencia cósmica. Y es través de esa mirada que los niños reciben las ganas de vivir. Así de grande. Y cuando llegue a la edad adulta, es en esa profunda conexión en la que encuentra su casa, que busca su fuerza. Nuestro viaje continuaba, encontramos diferentes culturas, diferentes religiones, diferentes clases sociales pero lo que vimos fue una humanidad unida por el mismo sueño, el sueño de que esa criatura fuese escuchada, el sueño de que sea libre para encontrar su propio deseo. Tanto Gisele Bündchen como Simone, madre de 12 hijos, lo que ellas desean es lo mismo, escucharlos. Pero también fuimos a muchos sitios, donde el sueño no tiene ni casa ni calle donde realizarse. En la India conocimos a Sita. Tiene tres hijos, el más pequeño enfermó. Tuvo que pedir un préstamo para una transfusión de sangre. Y ahora, trabaja subiendo y bajando en un edificio en construcción con un cubo de cemento en la cabeza. Gana 4 dólares por hacerlo. ¿Quién cuida de sus hijos mientras ella está trabajando? Su hija mayor, Kiran. Kiran tiene seis años. Y ahí veo una reflexión, si no cuidamos de quienes cuidan a las criaturas, ellas quedan descuidadas. Y si pienso que estoy haciendo mi parte porque estoy cuidando bien a mi hijo, cuando él crezca, es en ese mundo descuidado donde él va a tener que vivir. Me di cuenta de que estábamos haciendo una película sobre mis hijos, sobre sus hijos, sobre los hijos de todos nosotros. Cuando acabamos el rodaje, teníamos 400 horas de material, y una película de hora y media para editar. Fueron elecciones muy difíciles. En cada elección que hicimos, incluso en escenas de dos segundos, ellas estaban reflejando ese mundo totalmente nuevo que queríamos construir. En el 62% de las escenas en las que los niños están jugando, están jugando con juguetes que no fueron comprados. Juegan con sus amigos, con sus padres, con sus familiares, con los objetos de la casa, con la naturaleza. y en otras escenas donde están jugando con juguetes comprados, el precio medio del juguete es de 80 centavos de dólar. Para buscar igualdad de género en las relaciones de cuidado de los niños, el cambio de pañales, darles un baño, llevarlos a dormir, mostramos el 50% de las escenas de madres con hijos y el 50% de padres con hijos. Porque tanto el niño como la niña entienden si la relación del adulto que convive con ellos es de dominación y sumisión o si es una relación de compañerismo. En el 92% de las escenas mostramos escenas del día a día comunes a los niños. porque es en lo cotidiano donde vive lo extraordinario. Tengo un proverbio indígena que dice: "Los viejos son los dueños de la historia, los adultos son los dueños de la aldea, y la criatura es la dueña del mundo". No existe un mejor momento para encontrar nuevos rasgos culturales de empatía, colaboración, compañerismo, libertad, creatividad que en la infancia. Si ese momento es tan importante para toda la humanidad futura, la infancia no debería de ser solo responsabilidad de los padres. Necesitamos un pueblo para cuidar de una criatura. Hace diez años, cuando yo, Ana Lúcia Villela, y Marcos Nisti fundamos Maria Farinha, queriendo hacer películas que ayudasen, de alguna manera, a mejorar el mundo, nunca imaginamos el impacto que tendrían nuestras películas. "El cominezo de la vida", se puede ver gratis en internet, doblada y subtitulada en varios idiomas. Ya fue mostrada en una sala llena en la ONU. Y también la vieron las plantadoras de melones, en una pequeña ciudad de Mossoró. Y las reacciónes que las personas están teniendo en Brasil, Kenia, India, Albania, Estados Unidos, son de una profundidad y claridad que va mucho más allá de la película. Y eso me produce la sensación que he tenido desde el principio, que la película siempre existió, estaba oculta para que, ahora la descubra todo el mundo. Todas las criaturas están impregnadas de riqueza, en su cuerpo y en su alma. Aún si no tienen la oportunidad de transformar esas riquezas en vida, aún así, ellas existen. (Video) (Inglés) Una de las cosas que sabemos es que los bebés son las mejores máquinas de aprendizaje del universo. (Inglés) Serán los innovadores originales del mundo. (Inglés) Cada segundo, el cerebro hace de 700 a 1000 conexiones nuevas. (Italiano) Cada recién nacido es una sorpresa para la humanidad. Me siento en el cielo cuando aplaude. (Inglés) ¿Cómo se siente ser humano? Esta vida, ¿qué significa? (Español) Niño: ¿Te sientes mejor? Mujer: ¡Me siento mejor! ¡Sí! ¡Gracias! (Inglés) Si no escuchas a las criaturas, las perderás. Yo quiero que sepan que tienen voz y que les estoy prestando atención, y escuchando lo que están diciendo. Ah, yo quería ser una madre más presente, quería poder escucharlos. (Inglés) Solo les importa si estoy presente. (Inglés) Son todos esos pequeños detalles que se suman al amor. (Inglés) Ese amor es una parte importante de la economía que no está totalmente reconocido por la sociedad. (Inglés) Mis amistades no entienden porqué dejé de trabajar para cuidarlos y se preguntan, "¿por qué harías eso?" Estás educando a la humanidad. ¿Cómo podemos imaginar un mundo de paz, de colaboración, de dicha, en el que no se tiene en cuenta el comienzo de la vida? (Inglés) Me quieren tanto que casi no me ven los defectos. (Inglés) Si ponemos atención al comienzo de la historia, podemos cambiarla por entero. (Aplausos) Espero que el comienzo de la vida sea un lugar de encuentro, un lugar en el que se reúnan nuestras infinitas fuerzas vitales para que juntos podamos conquistar el mismo sueño que es dar sentido, no a la escenificación de la vida sino a la propia vida. Y que comencemos a darles libertad para que los niños puedan ser ellos mismos. Gracias. (Aplausos)