La vergonzosa represión policial de los manifestantes en Ferguson, Missouri, después de que la policía le disparara a Michael Brown, muestra hasta qué punto las avanzadas armas y equipos militares diseñados para la guerra, han logrado infiltrarse en los departamentos de policía de pequeñas ciudades de EE.UU. Aunque menos visible, lo mismo está ocurriendo con los equipos de vigilancia. La vigilancia masiva tipo NSA permite a los departamentos de policía locales recoger grandes cantidades de información confidencial sobre todos y cada uno de nosotros de una forma hasta ahora imposible. La información sobre la ubicación puede ser muy detallada. Si uno se mueve por EE.UU. en auto, se puede saber si va a un terapeuta, asiste a una reunión de Alcohólicos Anónimos, o si va o no a la iglesia. Y cuando esa información personal se junta esa información con la de todos los demás, el gobierno puede llegar a tener un retrato detallado de cómo interactúan sus ciudadanos en privado. Esta información era privada. Gracias a las tecnologías modernas el gobierno sabe demasiado sobre lo que ocurre a puertas cerradas. Y los departamentos de policía locales deciden sobre quién piensan que eres gracias a esta información. Una de las tecnologías claves que sirve para el rastreo masivo de la ubicación es el supuestamente inofensivo lector automático de matrículas. Si no han visto uno tal vez sea porque no sabían dónde mirar; están en todas partes. Montados sobre las vías o en los autos de policía, estos dispositivos capturan imágenes de todos los autos que pasan y convierten el número de la matrícula en textos leídos por máquinas para compararlos con la información de las listas negras de los autos más buscados presuntamente por cometer infracciones. Pero más que eso, y cada vez más, los departamentos de policía mantienen registros pero no solo de las personas que han cometido infracciones, sino de todas las matrículas, lo que resulta en una colección de grandes cantidades de datos sobre a dónde han ido los estadounidenses. ¿Sabían que esto estaba ocurriendo? Cuando Mike-Katz le pidió a su departamento de policía local información sobre los datos que el lector había recolectado sobre él esto fue lo que se le respondió: además de la fecha, la hora y el sitio, el departamento de policía tenía fotos que probaban a dónde iba y, con frecuencia, con quién andaba. En la segunda imagen de arriba se ve a Mike y a sus dos hijas bajándose de su auto, estacionado frente a su casa. El gobierno tiene cientos de fotos como esta sobre Mike y su vida diaria. Y si tienen auto en EE.UU. les apostaría a que tienen fotos como estas sobre nuestras actividades diarias. Mike no ha hecho nada malo. ¿Por qué es normal que el gobierno tenga toda esta información? La razón por la que ocurre es porque como los costos de almacenar esta información han caído en picada, los departamentos de policía simplemente la tienen guardada por si algún día llega a ser útil. La cuestión no es solo si un departamento de policía recoge toda esta información por su cuenta o si varios departamentos de policía lo hacen. Al mismo tiempo, el gobierno federal reúne todos estos conjuntos de datos personales, y luego los reúne en una gran base de datos con cientos de millones de entradas que muestran a dónde han ido los estadounidenses. Este documento de la Agencia Federal Antidrogas, que es una de las agencias más interesadas en esto, es una de muchas que revelaron la existencia de esta base de datos. Mientras tanto, en la ciudad de Nueva York, la policía tiene autos equipados con lectores de matrícula y pasan por las mezquitas para reunir información sobre los asistentes. El uso y abuso de esta tecnología no se limita a EE.UU. En el Reino Unido, el departamento de policía puso a John Kat, de 80 años, en una lista de sospechosos como participante en una docena de demostraciones políticas legales, ya que le gustaba sentarse en un banco y dibujar a los participantes. Los lectores de matrículas no son la única tecnología de rastreo masivo disponible para las agentes del orden público hoy en día. Por medio de una técnica conocida como "descarga de datos de antena" los agentes del orden público pueden averiguar quién ha usado una o más antenas de telefonía móvil en un momento dado, una técnica que revela la ubicación de decenas de miles e incluso cientos de miles de personas. Usando también un dispositivo conocido como StingRay, los agentes del orden público pueden enviar señales de rastreo dentro de las casas para identificar los teléfonos celulares que hay allí. Y si no conocen la casa de su objetivo, sabemos que esta tecnología la aplican a vecindarios enteros. Así como la policía en Ferguson posee armas y equipos militares de alta tecnología, así mismo los departamentos de policía en todo EE.UU. disponen de equipos de vigilancia altamente sofisticados. El hecho de que no los vean no quiere decir que no existan. La pregunta es: ¿Qué debemos hacer al respecto? Creo que esto es una seria amenaza para las libertades civiles. La historia ha demostrado que una vez que la policía dispone de cantidades masivas de datos, se abusa del rastreo del movimiento de la gente inocente ya sea para chantaje, por ventaja política, o quizás por simple curiosidad. Afortunadamente, hay medidas que podemos tomar. Los departamentos de policía locales responden ante los consejos municipales, que pueden aprobar leyes obligando a la policía a que se deshaga de los datos de las personas inocentes, permitiendo que el uso continuado de tecnologías sea solo el legítimo. Gracias. (Aplausos)