"Historias del Mar" "Odisea del Erizo: Sexo entre Plancton" Seguro les parezco raro, todo cubierto de espinas, sin siquiera una cara. Pero adopté muchas formas en mi vida. Empecé al igual que Uds., como un diminuto huevo en un mundo acuoso. Mis padres nunca se conocieron. En una noche de luna antes de una tormenta, miles de erizos, almejas y corales liberaron billones de esperma y huevos al mar abierto. En algún lugar, el esperma de mi padre se encontró con el huevo de mi madre, y se fusionaron. Fertilización. En un instante me hice un embrión del tamaño de una mota de polvo. Después de unas horas a la deriva, me dividí en dos, luego en cuatro, luego en ocho células, tantas que perdí la cuenta. En menos de un día, desarrollé un intestino y un esqueleto. Me convertí en un cohete, un equinodermo. Floté en el mundo del plancton, buscando alguitas para comer. Durante semanas, me rodearon todo tipo de organismos, larvas de todo tipo. La mayoría son tan diferentes de su forma adulta que los biólogos sufren averiguando quiénes son. Traten de emparejar a estos jovenzuelos con sus padres. Esta larva veliger se convertirá en caracol. Esta larva zoea, en cangrejo. Esta plánula en medusa cnidaria. Algunos de mis compañeros son más fácil de imaginar jóvenes que grandes. Estas medusas bebés, melena de león ártica, ya se asemejan a sus hermosos pero mortales padres. Aquí en el plancton, hay más de una forma de pasar los genes a la siguiente generación. La mayoría de las medusas tienen estructuras especiales llamadas pólipos que simplemente dan bebés sin necesidad de sexo. Las salpas son similares. Cuando el alimento es abundante, simplemente se clonan en largas cadenas. Un plancton está lleno de sorpresas cuando de sexo se trata. Les presento a las hermafroditas. Estas medusas cónicas y quetognatos producen, almacenan y liberan tanto esperma como huevos. Se pueden fertilizar entre ellos o con otros. Cuando se está flotando en un vasto océano, con escaso control de quién se puede conocer, es útil jugar en ambos lados de la cancha. Sin embargo, la mayoría de las especies aquí, nunca se aparean ni forman ningún lazo duradero. Esa fue la estrategia de mis padres. Éramos tantos equinodermos, que solo me escondí mientras mis padres eran devorados. No todos los padres dejan la supervivencia de su cría a la suerte. Algunos tienen muchas menos crías y cuidan más de ellos, mantienen su precioso cargamento durante días, incluso meses. Este copépodo veloz carga sus huevos divinamente empaquetados durante días. Este crustáceo phronima lleva a sus bebés en el pecho, luego los coloca cuidadosamente en un barril gelatinoso. Pero el ganador es el calamar gonatus onyx. Abraza sus huevos en sus largos brazos durante 9 meses, el mismo tiempo de gestación de un infante humano. Con el tiempo todos los jovenzuelos tienen que buscar su camino en este mundo a la deriva. Algunos pasarán toda su vida en el plancton pero otros, como yo, circulamos. Unas pocas semanas después de nacer, decido asentarme y me metarmofoseo en un erizo reconocible. Ahora ya saben un poco de mi historia. Quizá sea una bola de espinas en cámara lenta, pero que no te engañe mi serena apariencia adulta. Yo fui un cohete. Yo fui un niño salvaje.