¿Cómo podemos construir una sociedad
sin combustibles fósiles?
Este es un reto muy complejo,
y creo que los países en desarrollo
podrían tomar la iniciativa.
Soy consciente de que es
una afirmación polémica,
pero la realidad es que hay mucho
en juego en nuestros países
si dejamos que los combustibles fósiles
estén en el centro de nuestro desarrollo.
Podemos hacerlo de manera diferente.
Y es hora, es realmente el momento,
de desenmascarar el mito
de que un país tiene que elegir
entre desarrollo o calidad de vida,
protección del medio ambiente
y energías renovables.
Soy de Costa Rica, un país en desarrollo.
Somos casi cinco millones de personas
y vivimos en el centro de América,
así que es muy fácil recordar
el lugar donde vivimos.
Casi el 100 % de nuestra electricidad
proviene de fuentes renovables,
cinco de ellas.
(Aplausos)
La energía hidráulica, geotérmica,
eólica, solar, y la biomasa.
¿Sabían que el año pasado,
durante 299 días,
no usamos ningún combustible fósil
para generar electricidad?
Es un logro fantástico
y, sin embargo, esconde una paradoja,
y es que casi el 70 %
de todo nuestro consumo
de energía es petróleo.
¿Por qué?
Debido a nuestro sistema de transporte,
que es totalmente dependiente
de los combustibles fósiles,
como lo es en la mayoría de los países.
Si pensamos en la transición
energética como una maratón,
la pregunta es,
¿cómo podemos llegar a la meta?
¿cómo podemos "descarbonizar"
el resto de la economía?
Y podemos decir que
si no tenemos éxito,
es difícil ver quién lo hará.
Por eso es que quiero hablarles
de Costa Rica,
porque creo que somos un gran candidato
pionero sobre una visión de
desarrollo sin combustibles fósiles.
Si deben saber algo sobre nuestro país,
es que no tenemos ejército.
Así que vayamos a 1948.
Ese año, el país estaba saliendo
de una guerra civil.
Miles de costarricenses habían muerto,
y las familias se dividieron amargamente.
Y sin embargo, una idea sorprendente
se ganó los corazones y las mentes:
reiniciaríamos el país,
y la Segunda República
no tendría ejército.
Así que se abolió.
Y el presidente en ese momento,
José Figueres,
encontró una manera potente de romper
las paredes de la base militar.
Al año siguiente, 1949,
fijamos esa decisión de forma permanente
en la nueva constitución,
y por eso puedo contar esta
historia casi 70 años después.
Estoy muy agradecida.
Estoy agradecida de que hayan tomado
esa decisión antes de haber nacido,
porque me permitió a mí
y a millones de personas
vivir en un país muy estable.
Podrían pensar que fue buena suerte,
pero no lo fue.
Hubo un patrón de acciones deliberadas.
En los años 40, los costarricenses tenían
educación y atención médica gratuita.
Lo llamamos garantías sociales.
Al abolir el ejército,
pudimos convertir
el gasto militar en gasto social,
y eso supuso un impulso a la estabilidad.
En los años 50...
(Aplausos)
En los años 50, comenzamos
a invertir en energía hidroeléctrica,
y eso nos mantuvo lejos de la trampa
de usar combustibles fósiles
para generar electricidad,
que es con lo que el mundo
está luchando hoy día.
En los años 70 se invirtió
en los parques nacionales,
eso nos mantuvo alejados
de la lógica profundamente defectuosa
del crecimiento a cualquier precio
al que se aferran, especialmente
en el mundo en desarrollo.
En los años 90 fuimos pioneros
en pagos por servicios ambientales,
y eso nos ayudó a revertir
la deforestación
y aumentó el ecoturismo, que hoy
es un motor clave del crecimiento.
Por lo tanto, invertir
en protección ambiental
no perjudica nuestra economía.
Todo lo contrario.
Y eso no quiere decir
que seamos perfectos
y que no tengamos contradicciones.
Esa no es la idea.
La idea es que,
al tomar nuestras propias decisiones,
pudimos desarrollar resiliencia
frente a los problemas de desarrollo.
Además, si toman un país como el nuestro,
el PIB per cápita es de unos USD 11 000,
dependiendo de cómo se mida.
Pero de acuerdo con el
Índice de Progreso Social,
somos una excepción
cuando se trata de convertir
el PIB en progreso social.
La abolición del ejército,
la inversión en la naturaleza y la gente,
produjo algo muy potente también.
Dio forma a la narrativa,
la narrativa de un pequeño país
con grandes ideas,
y fue muy enriquecedor
crecer con esa narrativa.
Entonces la pregunta es:
¿cuál es la próxima gran idea
para esta generación?
Y creo que lo que viene a continuación
para esta generación es abandonar
los combustibles fósiles,
tal como lo hicimos con el ejército.
Los combustibles fósiles
propician el cambio climático.
Lo sabemos,
y sabemos lo vulnerables que somos
a los impactos del cambio climático.
Como país en desarrollo,
es en nuestro mejor interés
construir el desarrollo
sin combustibles fósiles
que puedan dañar a
las personas en primer lugar.
Porque,
¿por qué seguimos importando petróleo
para transporte
si podemos usar electricidad?
Recuerden,
este es el país
donde la electricidad proviene
del agua de nuestros ríos,
del calor de los volcanes,
de turbinas eólicas, paneles solares,
residuos biológicos.
Abolir los combustibles fósiles
es abolir nuestro sistema de transporte
para alimentar nuestros automóviles,
autobuses y trenes con electricidad
en lugar de energía sucia.
Y el transporte, han de saber,
es una cuestión existencial
para nosotros los costarricenses,
porque el modelo que tenemos
no nos está funcionando.
Hace daño a la gente,
perjudica a las empresas,
y daña nuestra salud.
Porque cuando fallan
las políticas y la infraestructura,
eso es lo que sucede a diario.
Dos horas por la mañana,
dos horas por la tarde.
No entiendo por qué tenemos
que aceptar esto como normal.
Es ofensivo
tener que perder el tiempo
así todos los días.
Y esta carretera es bastante buena
en comparación con lo
que se ve en otros países
donde el tránsito explota.
Los costarricenses lo llamamos "presa".
Presa significa "encarcelado".
Y las personas están
recurriendo a la violencia
en un país que, por otro lado,
es feliz y "pura vida".
Está sucediendo.
Así que hay mucho en juego.
Las buenas noticias
es que cuando hablamos
de transporte limpio
y de movilidad diferente,
no estamos hablando de una utopía lejana.
Estamos hablando de la movilidad
eléctrica que sucede hoy en día.
Para el año 2022, los autos
eléctricos y convencionales
se espera que tengan el mismo costo,
y las ciudades ya están usando
autobuses eléctricos.
Y estas criaturas tan "cool"
ahorran dinero,
y reducen la contaminación.
Así que si queremos deshacernos del
transporte a base de petróleo, podemos,
porque ahora tenemos opciones
que no teníamos antes.
Eso es muy emocionante.
Pero por supuesto,
a algunos incomoda esta idea,
y vendrán y dirán
que el mundo depende del petróleo
y también Costa Rica, sean realistas.
Eso es lo que dicen.
¿Saben cuál es la respuesta
a ese argumento?
Que en 1948 no dijimos que dado que
el mundo dependía de los ejércitos,
por eso íbamos a mantener
nuestro ejército, también.
No, tomamos una decisión muy valiente,
y esa decisión marcó la diferencia.
Es hora de que esta generación
sea valiente de nuevo
para abolir los combustibles fósiles.
Voy a dar tres razones por
las que tenemos que hacer esto.
Primero,
nuestro modelo de transporte
y urbanización no funciona;
hoy es el mejor momento para redefinir
el futuro urbano y la movilidad.
No queremos que las ciudades
se construyan para los autos.
Queremos ciudades para las personas
donde podamos caminar
y usar las bicicletas.
Y queremos que haya mucho
transporte público,
transporte público limpio y digno.
Porque si seguimos añadiendo
flotas de autos convencionales,
nuestras ciudades serán inhabitables.
En segundo lugar, tenemos que cambiar,
pero con un cambio incremental
no va a ser suficiente.
Necesitamos un cambio que transforme.
Y hay algunos proyectos
incrementales en mi país,
y yo soy la primera en celebrarlos.
Pero vamos, no nos engañemos.
No estamos hablando de tener
autos eléctricos bonitos aquí
y algunos autobuses eléctricos allá
mientras sigamos invirtiendo en
el mismo tipo de infraestructuras,
más autos, más carreteras, más petróleo.
Estamos hablando de
liberarnos del petróleo
y no se puede lograr eso
de manera incremental.
En tercer lugar, y ya saben esto,
el mundo está ávido de inspiración.
Anhela historias de éxito
para hacer frente a cuestiones complejas,
especialmente en los países en desarrollo.
Creo que Costa Rica puede ser
una inspiración para los demás,
como hicimos el año pasado,
cuando divulgamos
los días que tenemos sin usar
ningún combustible fósil
para generar toda la electricidad.
La noticia se difundió en todo el mundo.
También, y esto me
hace sentir muy orgullosa,
una mujer de Costa Rica, Christiana
Figueres, desempeñó un papel decisivo
en las negociaciones del acuerdo
sobre el clima de París.
Así que tenemos que proteger
ese legado y ser un ejemplo.
Entonces, ¿qué viene después?
La gente.
¿Cómo hacer que la gente
se apropie de esto?
¿Cómo hacer que la gente
crea que es posible
construir una sociedad
sin combustibles fósiles?
Se necesita mucho trabajo desde cero.
Por eso, en 2014,
creamos Costa Rica Limpia.
Y decimos "Limpia"
porque queremos potenciar
e inspirar a los ciudadanos.
Si los ciudadanos no se comprometen,
las decisiones de transporte
limpio no progresarán
y me refiero a las discusiones
técnicas interminables,
y a las avalanchas de cabildeo
por diversos intereses establecidos.
Querer ser un país verde
alimentado por energías renovables
ya es parte de nuestra historia.
No debemos dejar que nadie nos quite eso.
El año pasado, trajimos gente
de nuestros siete cantones
para hablar del cambio climático
en términos importantes para ellos,
y también trajimos este año
otro grupo de costarricenses
para hablar de las energías renovables.
¿Y saben qué?
Estas personas discrepan en casi todo
salvo en energías renovables
y en transporte y aire limpio.
Eso une a las personas.
Y la clave para una participación real
es ayudar a la gente
a no sentirse pequeña.
Las personas se sienten impotentes,
y están cansadas de no ser escuchadas.
Hacemos cosas concretas,
y traducimos problemas técnicos
a un lenguaje ciudadano
para mostrar que los ciudadanos
tienen un papel que desempeñar juntos.
Por primera vez, damos seguimiento
a las promesas que se hicieron
sobre el transporte limpio,
y los políticos saben
que tienen que cumplir,
pero el punto de inflexión se producirá
cuando formemos coaliciones,
los ciudadanos, las empresas,
los expertos del transporte público,
que hagan de la movilidad eléctrica
la nueva normalidad,
especialmente en un país en desarrollo.
Para las próximas elecciones
creo que todos los candidatos
tendrán que dar su postura
respecto a la supresión
de los combustibles fósiles.
Porque esta pregunta tiene que entrar
en nuestra política principal.
Y les digo, esto no es
una cuestión de política climática
o agenda ambiental.
Tiene que ver con el país que queremos
y las ciudades que tenemos
y las ciudades que queremos
y quién toma esa decisión.
Porque al final, tenemos que mostrar
que el desarrollo con energías renovables
es bueno para el pueblo,
para los costarricenses
que están vivos hoy en día
y sobre todo para aquellos
que aún no han nacido.
Este es nuestro Museo Nacional hoy.
Es luminoso y tranquilo,
y al verlo ahí
es realmente difícil creer
que eran cuarteles militares
a finales de la década de 1940.
Empezamos una nueva vida
sin un ejército en ese lugar,
y aquí es donde nuestra abolición
de combustibles fósiles
se dará a conocer algún día.
Y vamos a hacer historia de nuevo.
Gracias.
(Aplausos)