¿Cuánto pagarías por
un ramo de tulipanes?
¿Unos cuantos dólares?
¿100 dólares?
¿Qué les parece un millón?
Probablemente no.
Bueno, ¿cuánto pagarías por esta casa,
o parte de una página web que
vende artículos para mascotas?
En algún momento del pasado,
los tulipanes, los bienes raíces
y las acciones en pets.com
se vendían por mucho más de su valor.
En cada caso, el precio subió mucho
para luego desplomarse de repente.
Los economistas llaman
a esto una burbuja.
¿Qué ocurre exactamente
en el caso de una burbuja?
Bueno, empecemos con los
tulipanes para hacernos una idea.
En el siglo XVII, los Países Bajos
alcanzaron la edad de oro holandesa.
Alrededor de 1630, Ámsterdam llegó a ser
un importante puerto y centro comercial.
Los barcos holandeses importaban
enormes cantidades de especias de Asia
a Europa con fines comerciales.
Así que Ámsterdam estaba llena de ricos
comerciantes y operarios calificados,
que hacían gala de sus riquezas
viviendo en mansiones
rodeadas por jardines de flores.
Y había mucha demanda de
una flor en particular:
el tulipán.
El tulipán fue traído
a Europa en buques mercantes
que venían de Oriente.
Debido a esto, se
consideraba una flor exótica
y también difícil de cultivar,
ya que podían pasar años hasta
que floreciera un solo tulipán.
Durante la década de 1630,
el brote del virus del tulipán
hizo que estas selectas flores fueran aún
más hermosas cambiando su apariencia
y contrastando el color de sus pétalos
con el de unas rayas multicolores.
Un tulipán como este era
más raro que un tulipán común
y, como resultado, los precios
de estas flores empezaron a subir
y con ellos la popularidad del tulipán.
No pasó mucho tiempo
hasta que el tulipán se convirtiera
en una sensación nacional,
desatando la manía por los tulipanes.
Una manía se da cuando
los precios están al alza,
acompañados por la voluntad de p
agar grandes sumas de dinero
por algo mucho menos valioso
que su valor intrínseco.
Un ejemplo reciente de esta manía es
la de las puntocom de la década de 1990.
Las acciones para los nuevos
sitios web interesantes
eran como los tulipanes del siglo XVII.
Todo el mundo quería uno.
Cuanta más gente quería tulipanes,
mayor era el precio.
En un momento dado
un solo bulbo de tulipán
se vendía por más de 10 veces el salario
anual de un artesano profesional.
En el mercado de valores,
el precio de las acciones se basa en
la oferta y la demanda de los inversores.
Los precios de las
acciones tienden a subir
cuando parece que una empresa
ganará más en el futuro.
Así que los inversores
comprarán más acciones
y el precio subirá aún más
debido a la creciente demanda.
El resultado es un bucle
de retroalimentación,
donde los inversores quedan
atrapados en el proceso
y en última instancia los precios suben
muy por encima del valor intrínseco,
creando una burbuja.
Todo lo que hace falta
para que se acabe una manía
y estalle una burbuja
es la comprensión colectiva
de que el precio de la acción,
o del tulipán, es
muy superior a su valor.
Eso es lo que ocurrió con las dos manías.
De repente la demanda terminó.
Los precios bajaron
a mínimos asombrosos,
¡y pop!
estalló la burbuja
y se desplomó el mercado.
Hoy en día, los estudiosos
trabajan mucho e intensamente
para pronosticar
qué causa una burbuja
y cómo evitarlas.
La manía del tulipán
es una ejemplo claro
de los principios subyacentes
que afectan a una burbuja
y puede ayudarnos a entender
ejemplos más recientes
como la burbuja inmobiliaria
de finales de los años 2000.
La economía seguirá experimentado
auges y caídas.
Así que mientras esperamos
que empiece la próxima manía
y la próxima burbuja
esté a punto de estallar,
disfruten de un ramo de tulipanes
y del hecho de que no les
cueste un ojo de la cara.