Hola a todos.
Como estudiante graduada
de la Universidad de Stanford
y ahora también psicóloga
e investigadora científica,
siempre me ha impresionado
la belleza del campus,
el sol que baña el campus todos los días
y los asombrosos académicos
que nos rodean.
Pero, también me ha preocupado
otro hecho.
A menudo veo que los estudiantes
están tristes, ansiosos;
hay mucho estrés.
En mi primer año de posgrado,
hubo tres suicidios en el campus.
En respuesta a esto, mi colega Carole
Pertofsky, jefa de Promoción de la Salud,
y yo abrimos una clase
de Ciencia de la Felicidad
con la esperanza de aumentar
el bienestar de algún modo.
Un día, uno de los estudiantes se acercó
a Carole después de clase y le dijo,
"Tengo que dejar la clase.
Esta clase va en contra
de todo lo que he aprendido. "
Carole le preguntó: "¿Qué quieres decir?"
Él dijo: "Mis padres me dijeron
que debía tener mucho éxito".
y cuando les pregunté,
"¿Cómo puedo tener mucho éxito?"
Ellos me dijeron, 'Debes trabajar
muy, muy duro'".
Cuando el estudiante regresó y preguntó:
"¿Cómo puedo saber cuándo
estoy trabajando lo suficiente?"
Sus padres dijeron:
"Cuando estés sufriendo."
(Risas)
Puede parecer muy alarmante,
sin embargo, todos hemos creído
esta idea errónea hasta cierto punto.
Existe la creencia errada
de que para tener éxito en la vida
debemos sacrificar o al menos
posponer nuestra felicidad.
En particular, existe esta idea
de que uno no puede
tener éxito sin estrés
y seguramente estén de acuerdo
conmigo en que existe esa creencia.
Mi campo de investigación es la ciencia
de la felicidad, del bienestar,
de la plenitud y de la resiliencia.
Cuanto más profundizo en la literatura,
más veo que estamos equivocados.
Si bien, no podemos controlar
la cantidad de estrés que nos llega,
no podemos controlar la presión
que recibimos,
ya sea en el ámbito profesional
o en el personal,
todos enfrentamos
factores estresantes en la vida.
Todos los hemos sufrido
y seguiremos haciéndolo.
No hay mucho que podamos hacer
al respecto.
Sin embargo, hay algo que podemos
controlar y es nuestro estado mental.
He trabajado con las personas, quizá,
más estresadas de nuestra sociedad:
Los veteranos traumatizados
de Irak y Afganistán.
Estos jóvenes, como seguramente saben,
viven en un estado constante
de lucha o huida.
Es como si esa respuesta ante el estrés
no hubiese sido desactivada.
Como consecuencia, no pueden dormir.
Tienen pesadillas,
si es que pueden dormir.
Durante el día tienen flashbacks.
Pueden estar conduciendo en la autopista
y tener un flashback
al recordar de nuevo en combate.
Tienen dificultades
en sus relaciones con otras personas
y les cuesta conservar un empleo
y mucho más ir a la escuela.
Algo que vemos es la literatura es
que la terapia y las intervenciones
farmacéuticas que se les ofrecen
no funcionan en muchos casos
y en muchos otros,
los veteranos no las aceptan
debido a los efectos secundarios
o a los tratamientos en sí.
Así que lo que intentamos
hacer fue algo completamente nuevo
y así fue como nos metimos
en este tema TEDx sobre "Lo nuevo",
aunque es también muy antiguo.
De hecho, es algo que están haciendo
ahora mismo: respirar.
La respiración es la única función
automática que pueden controlar.
Es más difícil controlar, por ejemplo,
el ritmo cardíaco,
pero la respiración
es algo que pueden controlar
a su propia voluntad, si así lo desean.
Cuando inhalan,
su ritmo cardíaco aumenta
y cuando exhalan, disminuye.
Al inhalar, uno se siente energizado
y al exhalar, uno se relaja.
Si respiran más profundamente,
si desaceleran su respiración,
y en particular,
si exhalan de manera prolongada,
su ritmo cardíaco disminuye,
su presión arterial disminuye
y aprovechan así
el sistema nervioso parasimpático.
Lo contrario de lucha o huida:
el sistema de reposo y digestión,
que calma todo su sistema.
Otro dato interesante sobre la respiración
es lo estrechamente vinculada
que está a nuestras emociones.
Probablemente han notado que los días
cuando se sienten muy ansiosos,
su respiración es muy corta y superficial.
Lo mismo sucede
cuando están muy enojados.
Si se fijan en alguien que sea muy feliz,
como los niños que corren en el jardín,
pueden ver cuán profundo respiran,
prácticamente pueden ver
cómo se les mueve el abdomen.
Otros buenos ejemplos
son el llanto y la risa.
Esas son algunas maneras muy obvias
en las que nuestra respiración
está vinculada a nuestras emociones.
Un psicólogo llamado Pierfilippo
realizó un estudio muy interesante.
Para observar este fenómeno, invitó
a algunos participantes al laboratorio
y les pidió que evocaran
ciertas emociones;
emociones como la felicidad,
la tristeza y así sucesivamente.
Observó cuán profundo respiraban,
observó la duración de su respiración
para determinar si había
un cierto patrón de respiración
que correspondiese a cada emoción.
Para su sorpresa, descubrió
que había una huella única
de cada una de las emociones
en el patrón de respiración.
Pero, lo más interesante
del estudio, fue la segunda parte,
en la que invitó
a diferentes personas al laboratorio
y solo les instruyó que respiraran
según cada emoción.
Los patrones de respiración que notó
en la primera parte del estudio,
les instruyó a los participantes
que los hicieran,
Y después de eso, les preguntó,
"¿Cómo se sienten?"
Seguro pueden imaginar
lo que descubrió.
Descubrió que empezaron
a sentir las emociones
que correspondían
al patrón de respiración.
Esto es realmente revolucionario.
Todos hemos tenido emociones intensas
y sabemos lo desafiante que es
salirnos de esas emociones.
Pueden decir: "Relájate, relájate"
o "No estés tan enojado, cálmate".
Es muy desafiante
cuando la emoción es intensa.
Es peor aún
cuando alguien más se nos acerca
y cree que está siendo útil
al decirnos que nos calmemos.
(Risas)
Invitamos a algunos veteranos
al laboratorio
y la mitad de ellos participó en un
programa de respiración de una semana
llamado Sudarshan Kriya,
o Meditación SKY para abreviar.
En este programa de una semana,
vinieron un par de horas al día
y aprendieron una serie
de técnicas de respiración
y al final de esa semana,
sus niveles de ansiedad
habían disminuido a niveles subclínicos.
Podían dormir de nuevo.
Después de esa semana queríamos ver,
"¿Cuánto tiempo duraba este efecto?"
Así que, los analizamos un mes después.
Descubrimos que los beneficios
habían perdurado, todavía dormían.
Todavía se sentían bien.
Los examinamos, de nuevo, un año después
y los beneficios también perduraban,
lo que sugiere una mejora permanente.
De hecho, hay una documental
que se hizo sobre este estudio
llamado "Libera tu mente"
donde se pueden seguir las vidas
de dos de los veteranos
y las transformaciones
que sucedieron en sus vidas.
Uno de ellos dijo,
"Gracias por devolverme la vida."
Ahora se ha convertido en instructor
y enseña a otros veteranos.
El hecho de poder usar la respiración
para influir en el estado de ánimo
significa que tenemos una herramienta
sin importar a qué nos enfrentemos,
para calmarnos,
sólo tenemos que recurrir a ella.
Algunos de Uds. pueden tener
viajes estresantes.
Quizá no les guste estar en el auto,
les genera ansiedad
o a veces enojo hacia la gente.
Jake estaba, quizá,
en uno de los viajes más estresantes
que puedan imaginar.
Era el oficial del Cuerpo de Marines
a cargo del último vehículo
en un convoy en Afganistán.
Los demás autos atravesaron
a salvo delante de él.
Pero su vehículo pasó, por desgracia
por encima de un IED,
un artefacto explosivo improvisado.
Hubo una explosión grandísima.
Cuando el polvo se había asentado,
miró hacia abajo
y vio sus piernas fracturadas
por debajo de las rodillas.
En ese momento, recordó
una técnica de respiración
que había aprendido en el libro "En
combate" del teniente coronel Grossman
para jóvenes oficiales.
Era una técnica de respiración
con la que uno inhala 4 segundos,
retiene 4 segundos,
exhala 4 segundos,
retiene 4 segundos,
como una respiración cuadrada.
En ese momento, se acordó de ella
y comenzó a respirar de esta manera.
Gracias a eso, tuvo la suficiente lucidez
para examinar a sus hombres,
asegurarse que estuviesen bien.
Tuvo la suficiente lucidez
para dar órdenes pidiendo ayuda.
Tuvo la suficiente lucidez
para hacerse un torniquete en las piernas,
y sólo entonces,
cuando había cumplido con su deber,
cuando se había ocupado
de todo, se recostó
y fue ahí cuando se desmayó.
Luego, supo que si no hubiera tenido
la suficiente lucidez,
habría caído en coma
o se habría desangrado hasta la muerte.
Jake asistió a mi boda, es mi amigo.
Él usa unas prótesis
y le duele mucho estar de pié.
Sin embargo, en mi boda lo vi bailar.
Si Jake pudo tener la lucidez
suficiente, gracias a la respiración,
nosotros también podemos.
Es uno de los mejores secretos que hay
y realmente espero que se lo lleven a casa
porque realmente creo que
es una idea que vale la pena compartir.
Gracias.
(Aplausos)