Hola.
¿Les ha pasado alguna vez?
¿Todos empezamos así?
Es como en la escuela,
cuando tenemos un examen
y tenemos que elegir
la respuesta correcta.
¿Elegimos A, B o C?
Tiene que ser una respuesta
y todos van a elegir solo una,
pero no todas las respuestas
serán correctas.
Es bastante sencillo,
es la forma en que mucha gente
aprende a dar un examen.
Esto es lo común para la mayoría
de nosotros, o todos nosotros.
Pero un día nos sentamos
frente a un examen
y había otra opción:
"Ninguna de las anteriores"
o algo por el estilo.
Por primera vez podíamos decir,
"La respuesta no está aquí".
No tenemos que elegir
una opción determinada,
nuestra opción ahora podía ser
que no había una respuesta correcta.
Así que la respuesta puede ser D.
¿En serio?
Se nos había dicho una y otra vez
que había una forma de hacer las cosas
y que siempre hay una respuesta correcta.
Y recuerden que, como en la secundaria,
siempre es preferible A, B o C
antes de prestar atención a D.
Me gusta decirle a la gente
que "D" no representa al "Diablo",
solo para que quede claro.
(Risas)
Piénsenlo de esta forma: ¿Qué pasaría
si sintieran que están en otro mundo,
al que no pertenecemos,
y la única forma en que pensamos
que vamos a sobrevivir es integrándonos?
Tiene sentido que uno se sienta extraño,
ansioso e invisible.
Estamos de acuerdo en que nos sentimos
mejor cuando somos nosotros mismos
y somos aceptados de esa forma.
Cuando era más joven, veía todo
en términos de blanco o negro:
algo era correcto o incorrecto,
era de este modo o de aquel modo,
no había grises,
no había lugar para la duda.
No había cuestionamientos al respecto.
Las opciones "D" de la vida
tienen una historia, tienen un rostro,
tienen logros y desafíos también.
Entonces, ¿cuál es mi historia?
Hace años, estaba en una iglesia católica,
rezando el Credo junto a todos.
El Credo, para quienes no lo saben,
es una forma de profesar
tu creencia en algo.
En ese preciso instante, estaba diciendo,
"Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de lo visible y lo invisible".
Y entonces, de repente,
mi cabeza, mi cerebro
dijo con toda confianza,
y sorprendentemente,
"No, no lo creo".
Después de recitar ese verso
y todos los siguientes,
empecé a analizarlo
y a hacer una lista mental,
"No, no lo creo", a todo.
Hasta ese entonces, había estado
repitiendo lo que decía todo el mundo.
Pensé que tenía que hacer eso,
como cuando tenemos que memorizar algo,
repetirlo una y otra vez sin cuestionarlo.
Entonces, D terminó siendo mi respuesta.
D, en mi caso, era la opción "Ateísmo".
Definamos al ateísmo.
Según el diccionario Merriam-Webster,
la primera definición es la más arcaica,
es decir, "impiedad", "malicia", etc.
Sin embargo, la definición actual es,
"no creer en la existencia de una deidad".
No hay deidades.
Permítanme explicarlo así:
existe "arriba",
donde la mayoría de nosotros
ubica a un Dios,
un lugar feliz, un Paraíso.
Si existe un "arriba", hay un "abajo".
"Abajo" es donde la gente ubica
a un Diablo, un lugar malo, demonios.
Entonces, ¿dónde quedan los ateos?
Justo aquí, sin Dios y sin Diablo,
simplemente rodeados del resto
de los seres humanos.
Entonces, ¿los ateos no tenemos nada?
No, nos tenemos a nosotros mismos,
incluso a todos Uds.
Eso no quiere decir que no analizamos
las cuestiones de la vida,
lo que digo es que tenemos
que hacernos cargo de nuestros errores.
Puedo decir convenientemente,
"El Diablo me hizo hacer eso".
(Risas)
o "Es el plan o la voluntad de Dios".
Como no tengo una respuesta,
no existe una respuesta.
Todo se resume a quién soy
y cómo elijo responder
ante una determinada situación.
Quiero ser bueno.
Creo que todos queremos ser buenos.
Queremos ser respetados y apreciados,
pero la vida es dura.
Cometemos errores,
la gente resulta lastimada,
incluso la gente que es amada.
Mi ateísmo no cambia nada de eso.
Me equivoco, cometo errores
y, ciertamente, no lo sé todo.
De hecho, recientemente
cometí un par de errores
--más que un par--
y lastimé a alguien que amo.
También lastimé a otros amigos
y a otra gente en mi vida.
Y tengo que hacerme cargo de eso yo mismo
porque no tengo nadie más
a quien recurrir.
Entonces me hice cargo, lo solucioné.
Hoy simplemente quiero recordarles
que no importa en qué creemos,
debemos entender que no todos
pensamos de la misma forma.
Y solo porque creemos
o pensamos diferente,
no quiere decir que somos diferentes.
Nuestro grupo participó
en el programa Adopt-a-Highway,
este es un comedor benéfico,
estas son las cosas que hacemos.
A veces simplemente nos divertimos.
Ser ateo en el "Cinturón Bíblico",
a menudo es difícil para nosotros
recordarle a la gente que nosotros
también somos personas
y que estamos aquí.
Como dije, somos más
que lo que la gente piensa.
Hay un ateo en nuestras familias.
Probablemente trabajamos con un ateo.
Estamos en todos lados
y somos iguales al resto.
Y me gustaría decirles que
no les pido que modifiquen
su mundo por mí,
sino que se den cuenta de que yo estoy
en este mundo con Uds.
Gracias.
(Aplausos)