Pocas personas han influido en pensadores actuales y en el mundo como Platón. Un filósofo del siglo XX llegó incluso a describir a la filosofía occidental como notas al pie a la obra de Platón. Platón creó la primera universidad occidental y fue profesor de las mentes más grandes de la Antigua Grecia, incluyendo a Aristóteles. Pero, incluso, como uno de los fundadores de la filosofía, no era perfecto. Junto con sus grandes ideas, Platón tuvo algunas ideas que no resistieron el paso del tiempo. Este es un breve recorrido por algunas de sus mejores y peores ideas. Platón sostuvo que más allá de nuestro mundo imperfecto estaba el mundo inmutable perfecto de las formas. Las formas son versiones ideales de cosas y conceptos que vemos a nuestro alrededor. Sirven como una especie de manual de instrucciones para nuestro propio mundo. Flotando en el mundo de las formas está el árbol ideal, y el canal ideal de YouTube, e incluso la justicia ideal o el amor ideal. Nuestra propia realidad está compuesta por copias imperfectas de formas ideales. Platón sostenía que los filósofos debían esforzarse por contemplar y comprender esas formas perfectas para navegar mejor por nuestra realidad engañosa. Si bien puede parecer una tontería, la desconexión entre el mundo como aparece y la mayor verdad subyacente es uno de los problemas más acuciantes de la filosofía. Ha sido objeto de miles de páginas por parte de teólogos, filósofos, y guionistas por igual. Se plantea preguntas como ¿Debemos confiar en que los sentidos lleguen a la verdad o en nuestra propia razón? Para Platón, la respuesta es la razón. Es la única que nos da, al menos, el potencial para contemplar las formas. Pero la razón no siempre permea para el propio Platón. Cuando trató de situar a la humanidad entre los animales, nos agrupó con las aves. "Bípedos sin plumas", fue su designación oficial. Diógenes el Cínico, molesto por esta definición, irrumpió en la clase de Platón con un pollo desplumado, anunciando: "He aquí el hombre de Platón". Pero volvamos a algunas buenas ideas. Platón es uno de los primeros teóricos de la política en la historia, y con Aristóteles, se ve como uno de los fundadores de la ciencia política. Llegó a la conclusión de que gobernar no era diferente de cualquier otro arte, como alfarero o médico, y que solo quienes dominaran el arte estarían en condiciones de conducir. Gobernar era el arte de contemplar las formas. En su República, Platón imaginó una utopía donde la justicia es el objetivo final. La ciudad ideal de Platón buscaba un equilibrio armonioso entre sus partes y debía ser liderada por un rey filósofo. Milenios antes de su tiempo, Platón también razonó que las mujeres podían gobernar en ese modelo de ciudad. Por desgracia, Platón era incompatible con las mujeres y las comparaba con los niños. También creía que el útero de la mujer era un animal vivo que podría deambular por su cuerpo y causar enfermedades. Esta mala idea, también expuesta por otros contemporáneos de Platón, influyó tristemente durante cientos de años en la medicina europea. Por otra parte, pensó que la sociedad debía dividirse en tres grupos: productores, militares, y gobernantes, y que una gran mentira noble debía convencer a todos a seguir esta estructura. La mentira noble que propuso era que todos nacemos con el oro, la plata, o una mezcla de metal e hierro en nuestras almas, que determinan nuestros roles en la vida. Algunos pensadores han dado crédito a la idea de la mentira noble como prototipo de la propaganda del siglo XX, y el rey filósofo como fuente de inspiración para los dictadores que las usan. ¿Deberían unas ideas malas empañar el estatus de Platón como uno de los más grandes filósofos de la historia? ¡No! Platón dio a los líderes y pensadores que vinieron después un punto de partida. A través de los siglos, pudimos probar esas ideas mediante la escritura y la experiencia, y aceptamos algunas y rechazamos otras. Seguimos refinando, modificando, y editando sus ideas que se han vuelto pilares del mundo moderno.