[Maja Zawierzeniec: "Sueños fronterizos"]
"Leonora no es poeta,
es un poema que camina,
que de repente abre una sombrilla,
que se convierte en un pájaro,
que se convierte después en un pez,
y desaparece".
De esta manera se expresó
sobre Leonora Carrington,
artista mexicana
de proveniencia británica,
uno de sus amigos.
Leonora vivió
entre distintos mundos:
culturales, lingüísticos, mentales.
Y precisamente de ello
me gustaría platicar.
De las fronteras,
las fronteras y los sueños,
los sueños fronterizos,
y las fronteras de los sueños.
A lo largo de los últimos años
he podido visitar
más de 10 veces
los Estados Unidos Mexicanos.
Desde el 2001, cuando
realicé mi primer viaje,
México se volvió para mí
una especie de "patria mental".
Me siento allá muy bien
y percibo cierto tipo de magia
que no consigo sentir en Europa,
por bella que sea.
Adicionalmente, debido a mi trabajo,
y también a mi personalidad,
desde hace muchos años
me encuentro en distintas "fronteras":
del mundo académico y estudiantil,
del formal e informal,
de negocios y de cultura.
La frontera como tal
suele asociarse con algo negativo,
con hallarse al borde
de algo estresante y peligroso.
Sin embargo, la frontera
es también algo distinto:
cuando nos encontramos al borde
de una superficie,
esto puede permitirnos
"saltar" a alguna otra,
y conocer de esta forma
nuevos "territorios".
Cuando estamos rígidos y estables
sobre alguna superficie,
resulta complicado dar este salto.
Asimismo, opino que
sobrepasar las fronteras
es aún más provechoso en la vida personal
que en la profesional.
ya que nos permite apreciar
desde nuevos y poco comunes
puntos de vista
algunas situaciones,
y sentir menos miedo
si dejamos nuestra zona de confort.
Encontrarnos en la zona fronteriza,
permite cambiar de perspectiva.
Las fronteras pueden ser muy distintas:
físicas, lingüísticas,
culturales, intelectuales,
puede haber fronteras mentales.
Hablaré de ellas
en el contexto mexicano.
Cuando pensamos en México y la frontera,
imaginamos la franja fronteriza
entre México y Estados Unidos,
espacio que en los medios de
comunicación se suele presentar
como una zona peligrosísima,
destructiva, violenta.
Sin embargo, esta frontera
tiene otro rostro:
es una zona de un
riquísimo intercambio cultural,
social.
Es un lugar de simbiosis social:
existen muchas personas y familias
que a diario cruzan y enriquecen
esta frontera.
Además, muchos mexicanos
residentes en Polonia,
o polacos que han visitado México
me han comentado que,
pese a las distancias
geográficas y físicas
entre nuestros países,
compartimos muchos rasgos mentales.
Lo cual nos enseña
que las fronteras físicas
pueden resultar ilusorias.
En cuanto a las fronteras
lingüísticas y culturales,
sentimos, intuitivamente,
que cada lengua nueva
es una llave para conocer
una nueva cultura.
Pero yo creo que
una lengua es mucho más:
nos permite crear la realidad,
moldear el mundo que nos rodea.
Quisiera hablar sobre ello,
tomando como ejemplo la figura de Malinche.
Malinche, doña Marina, Malintzin
era compañera e intérprete
de Hernán Cortés,
que en el siglo XVI
conquistó México.
Siendo muy joven fue vendida
por su madre, tras la muerte
de su padre, a los mayas.
Ella misma provenía del grupo nahua.
Por todo ello, aprendió
otra importante lengua "mexicana".
Se encontraba entre varias esclavas
que le fueron regaladas a Cortés
a la llegada de lo que hoy es México.
Del primer traductor oficial
de Hernán Cortés,
aprendió el español.
Malinche suele considerarse
un tanto controvertida en México,
porque hay quienes
la consideran traidora.
A mi modo de ver,
teniendo en cuenta el contexto
socio-histórico en el que vivió,
no es una constatación correcta.
Además, se podría suponer
que gracias a ella
la conquista de México
se dio de forma menos sangrienta.
La figura de la Malinche,
una mujer que vivió en el siglo XVI,
nos enseña que una lengua no supone
solamente una "puerta a otra cultura",
sino que también da la posibilidad
de crear una realidad
y, por consiguiente,
participar de manera más activa
en la vida social.
En lo que a las fronteras intelectuales
se refiere,
me gustaría hablar de ellas
tomando como ejemplo
a Sor Juana Inés de la Cruz.
Sor Juana Inés de la Cruz fue
poeta mexicana del barroco.
Se hizo monja,
ya que este tipo de vida
un poco más que otros
contextos sociales
del México del siglo XVII,
permitía el estudio.
Y Sor Juana había sido una niña prodigio,
que desde la más tierna edad
ponía todo su empeño en el entendimiento,
aprendizaje y desarrollo personal.
Sor Juana Inés de la Cruz
decía que podemos aprender
en cualquier situación.
Fueron suyas también
las famosas palabras:
"Si Aristóteles hubiera guisado,
mucho más habría escrito".
Esta figura nos enseña
que las fronteras intelectuales
también se pueden sobrepasar.
Así llegamos a la última frontera,
y la más complicada:
la frontera mental, psíquica.
En este caso nuestra guía
será Rosario Castellanos,
escritora mexicana
que, entre otras cosas,
se ocupaba de la temática indígena.
Por otro lado, formó parte
del cuerpo diplomático de México,
siendo, entre otros,
embajadora de México en Israel.
En su obra teatral "El eterno femenino"
a un salón de belleza llega
un vendedor ambulante
que con regularidad le ofrece a la dueña
novedades tecnológicas.
Esta vez de trata de un dispositivo especial
para un secador de pelo,
grande, tradicional, bajo el cual
las clientas solían poner la cabeza.
¿Qué finalidad, tenía,
supuestamente, este invento?
Ocupar las cabezas,
literal y metafóricamente,
de las clientas.
Algunas visitan el salón
varias veces por semana.
Con sus cabezas bajo el secador
se aburren,
y como bien se sabe,
el aburrimiento
puede llevar a una actividad
muy peligrosa socialmente:
pensar.
Este nuevo y maravilloso invento
es probado en una clienta ideal:
una ingenua jovencita,
llena de esperanza,
que está a punto de casarse.
Y en este salón de belleza mexicano
sueña su sueño, socialmente aceptable,
en el que de una persona joven
y llena de energía
se convierte en una frustrada
y triste ama de casa.
El ejemplo de la obra
de Rosario Castellanos nos enseña
que se puede traspasar
las fronteras mentales,
y que la ironía es
una herramienta perfecta
para desmantelar los negativos
esquemas sociales
con los que muy a menudo crecemos.
En las fronteras culturales,
lingüísticas y mentales,
vivieron también tres mexicanas
no tan mexicanas,
tres pintoras surrealistas
de proveniencia europea
que creaban en México:
Alice Rahon, Remedios Varo
y Leonora Carrington.
Alice Rahon en sus cuadros
une el surrealismo francés
con el colorido mexicano.
Ella misma se presenta como Alicia
en el País de las Maravillas,
un personaje literario
que navegaba entre mundos distintos.
A la vez, en su pintura rinde homenaje
a la pintura de Frida Kahlo,
es este segundo cuadro
en el que presenta
su visión de la realidad mexicana.
Hacia el conocimiento, hacia lo desconocido
navega también Remedios Varo.
de procedencia española.
En su cuadro "Exploración
de las fuentes del río Orinoco"
presenta a una mujer joven
en un barquito
que navega hacia lo desconocido.
Se puede decir que
la misma Remedios Varo
se sentía consciente
de su vida y de encontrarse
en la frontera entre
mundos distintos,
lo cual puede comprobar
su autorretrato:
por un lado, vemos su rostro,
la conexión con el mundo real,
por el otro lado, la máscara,
que implica pertenecer
al mundo surrealista,
a un mundo distinto.
Y el último personaje,
muy interesante también:
Leonora Carrington,
de procedencia británica,
a la que se refería
la primera cita de esta charla.
Leonora Carrington
murió hace apenas dos años,
a los 94 años,
en la Ciudad de México.
En sus cuadros nos muestra
la conexión con el mundo de la magia,
con el mundo animal,
el mundo de la intuición.
A diario soy activista
de la Asociación Cultural Polaco-Mexicana
Bocian&Nopal,
cuya misión consiste en acercar
México a los polacos,
así como transmitir ciertas ideas,
que podemos aprender
de los mexicanos en general,
y de las mexicanas mencionadas.
Que la lengua es una llave
para conocer nuevas culturas
y para moldear y cambiar la realidad.
Que las fronteras intelectuales
se pueden sobrepasar,
que somos nosotros mismos
quienes nos limitamos,
que las fronteras mentales
y los "dispositivos" sociales
que nos pone la sociedad
en nuestros "secadores particulares"
se pueden combatir con ironía.
En la vida cotidiana,
si se dice que algo es surrealista,
se piensa que es irreal,
imposible de llevar a cabo.
Pero tal vez la libertad
y el traspasar las fronteras
puede ocurrir
cuando nos sentimos más cómodos y a gusto,
cuando sentimos que nada nos limita.
Esto ocurre cuando dormimos y soñamos.
Lawrence de Arabia dijo
que la gente sueña de muchas formas.
La mayoría de la gente
sueña bajo el amparo de la noche.
Despiertan y se dan cuenta
de que el sueño ya terminó.
Pero dijo que existen también
aquellas personas peligrosas
que sueñan con los ojos abiertos,
a la luz del día
y luchan por la realización de sus sueños.
La vida es sueño, soñemos con consciencia.
Gracias.
(Aplausos)