Mujer comprometida, pionera de la web, ha conseguido hacer realidad sus sueños empresariales. Catherine Barba nos lleva al mundo digital y nos da las claves para emprender una vida de sueños y logros. (Música) (Aplausos) Es una curiosa coincidencia que esté hoy aquí con Uds., en Burdeos, para hablar de los sueños. Los sueños, a mí, me llevan directamente a la infancia, y mi infancia la pasé en Burdeos. Bueno, no toda mi infancia, pero sí las vacaciones. Mis padres nacieron aquí. Tenemos origen español, como quizás algunos de Uds. Nacieron en Burdeos y tuvieron la extraña idea de ir a trabajar a París. Por ello nací en París, desgraciadamente. Pero en vacaciones volvía a Burdeos. Qué buenos recuerdos. Recuerdos con la familia, con los primos, de vacaciones... Recuerdos de Navidad, recuerdos bastante felices porque en España se toca la guitarra, se canta... buenos recuerdos. Había una cosa que odiaba: era nochevieja, la fiesta de año nuevo, ya saben. Era la más pequeña de la familia. Todo el mundo se arreglaba para ir de cotillón. Todos se preparaban... y yo me quedaba en casa con mi abuela. Qué largas eran las noches en nochevieja. Yo tenía un sueño: el sueño de ser grande. Quería ser grande. Quería ser grande porque quería decidir. Quería decidir cuándo salir y cuándo no. Quería decidir, quería descubrir lo desconocido. Ese era el sueño de mi infancia. Uds. no sé qué soñaban en esa época cuando eran pequeños. ¿Cuáles eran sus sueños? Yo estaba ahí, en nochevieja, frente a la televisión, pensando: "¿Qué haré cuando sea mayor?" Quizá Uds. pensaban igual: ¿Viajaré? ¿Iré a Nueva York? ¿Seré una campeona? ¿Batiré récords? ¿Seré una mujer guapa? ¿Una actriz guapa y conocida? ¿Me casaré entonces con un príncipe? ¿Cambiaré el mundo? ¿Cantaré? ¿Quién quiere ser cantante? ¿Cantaré en el escenario o tomaré el micro para cosas o causas importantes? Seguro que soñaban con el amor. Soñar con el amor, con ser feliz, Crear una familia, amar, ser amado apasionadamente, locamente. Amar. Ese es un sueño de la infancia, por supuesto. Y entonces es cuando pienso y me digo: ¿Siguen Uds. conectados a esos sueños de la infancia? Cuando cierran los ojos... voy a hacer como Pierre. Todavía podemos hacer el ejercicio. ¿Se puede apagar un poco la luz? No se duerman, ¿eh? ¿Pueden cerrar los ojos y decirse otra vez: "Mi sueño, mi héroe de la infancia"? ¿Quién esa su héroe, su heroína? ¿Y por qué lo era? ¿Están todavía conectados a ese sueño actualmente o lo han olvidado? En todo caso, les confesaré algo. Puede que les parezca un poco inútil. Luces. Puede que les parezca un poco inútil al haber oído a nuestro nómada urbano, pero tenía una forma que me hacía soñar mucho. Era al ir en coche con mis padres ante los bellos edificios y barrios de París. Vivíamos en el extrarradio, no nos sobraba el dinero. Y cuando pasábamos por esos barrios, veía ventanas, pantallas extraordinarias. Tenía la impresión de que detrás la gente vivía una vida fantástica, de que todo era bello. Creía ver cuadros de gran valor. Eso me hacía soñar. Me decía: "Un día puede que vivas ahí". Y después dejé de ser niña, como Uds. Comencé algo un poco menos onírico: la vida activa. La vida activa. El trabajo. Yo no sé Uds. pero a menudo es el azar lo que hacemos en la vida. La gente con la que me he cruzado en el camino me ha llevado a Internet. Fue en el 96. Algunos dirán que tienen delante a un auténtico dinosaurio de la web. Ya hace 18 años que estoy en la web. La abuelita de la web. Empecé en Internet, y es cierto que de repente ha evolucionado esa e-cosa que nadie conocía pero que también prometía. Iba a cambiar el mundo. Y es cierto que se soñaba con Internet al principio. Yo he crecido con Internet. Y los sueños, los sueños de Internet, hay varios había muchos, pero también muchos fantasmas. Uno que era: "Con varios euros es fácil crear una empresa. Y se puede vender a la otra punta del mundo: clientes en Brasil, en India..." Claro. Se puede, pero no es fácil, ¿eh? También había una pesadilla entonces. Cuando se lo dije a mis padres, me dijeron: "¿Cómo? ¡Buen trabajo el que quieres hacer! Vamos a acabar todos tras una pantalla, ya nunca más habrá relaciones humanas. ¡Enhorabuena!" Pero no. Uds. que lo utilizan todos los días lo saben. Cuanto más Internet y más digital hay en la vida, más necesitamos volver a la realidad, más necesitamos las miradas, las sonrisas, las relaciones, los vínculos sociales. Esa es la paradoja de lo digital: necesitamos más de lo humano. En este camino que me ha llevado desde la infancia hasta hoy día he aprendido cosas extraordinarias que me han llevado a crecer más, a ir hacia mis sueños. He aprendido a ser curiosa. Se acuerdan: "Si te duermes, te mueres". He aprendido a ser curiosa porque todo cambia sin parar y si no lo sigues, si no tienes las antenas en alerta, te sientes excluido. La curiosidad. He aprendido también a ser simple. Ya saben, si algo no es simple, no funciona. He aprendido a innovar, a amar la innovación. Eso significa salir de mi zona de confort, hacer cosas que jamás hice. Y si lo hago mal, no pasa nada. Nos podemos equivocar. ¿Pasa algo si se equivocan? ¿Pasa algo si fracasan? En cualquier caso, he aprendido algo, y es que nada pasa jamás como lo habíamos planeado. Hay una realidad que viene y que acogemos. ¿Qué hacemos entonces con ella? ¿Qué hacen con la realidad que viven? Hoy día, ¿viven en relación a lo que deseaban? ¿En qué han pensado antes? ¿Están lejos, lejos? ¿Están en ello todavía? ¿Ya lo tienen? ¿Qué hacemos con nuestra realidad? Hacer. Eso es importante para mí y también para Uds. porque en todo lo que he llevado a cabo durante 18 años hay una cosa que me ha formado, que me ha hecho crecer: es emprender. Seguro que hay más emprendedores entre Uds. Crear una empresa, correr riesgos, atreverse, lanzarse hacia una aventura humana extraordinaria. Esto requiere un poco de inconsciencia, por supuesto. Requiere mucha energía. No son fáciles todos los días. Los emprendedores lo saben. Es difícil. Hay noches en las que pienso que no son los sueños que tenía. Pensaba en la tesorería, en la Seguridad Social, en los impuestos, en todos los gastos que aumentaban y en el ejercicio anual que no aumentaba. Veía a la gente que había confiado en mí, y me decía: "¿Qué voy a hacer para pagar sus sueldos?" Por las noches, en vez de tener sueños, tenía una bola en el estómago. Y en aquel entonces mi marido estaba igual porque también era empresario. Y encima teníamos un bebé. Magnífico, simple. Lo que les contaba. Requiere, evidentemente, tenacidad para emprender y, como les decía, mucha energía. Yo tengo un truco para guardar energías. Es una droga. Es legal. Tranquilos. Se llama "elixir del sueco". ¿Lo conocen? El elixir del sueco es una especie de frasco. Se compra en herbolarios. Es híper fuerte. Lo redescubrió un sueco, como su propio nombre indica. Una receta proveniente de la Edad Media hecha con 150 plantas. Una cuchara al día y da energía. Funciona. Mi marido me dice: "¡No más de una cuchara al día, por favor!" Tomo 20. Requiere de la energía de emprender, al igual que da mucha también. Requiere confianza en uno mismo. Yo me pregunto: ¿Qué hacen Uds. para aumentar esa confianza? Necesitamos hacerla crecer. Hay muchas cosas que nos hacen tambalear. Si lo pienso un momento, lo que ha aumentado mi autoconfianza son mis padres, para empezar. La mirada que han depositado en mí desde pequeñita. Me han apoyado. "Adelante, hazlo, aunque te equivoques te vamos a querer. No tengas miedo". Y eso me ha creado una especie de fuerza, de confianza para actuar. Y evalúo hasta qué punto, porque tengo una hija de 10 años, evalúo hasta qué punto mi mirada es importante. Esa bondad que le transmito en la mirada para animarla a actuar. Le digo: "Adelante, equivócate". Entonces llega a casa y dice: "5 de 20, ¿estás contenta? ¡Me he equivocado!" Bueno... no, pero equivócate, no pasa nada. Mido la responsabilidad que tenemos de mirarnos con bondad, sobre todo a los niños. Mido también la importancia de la gente con la que nos cruzamos. Lo que son hoy es por la gente que les ha traído hasta aquí. Yo he tenido suerte de encontrarme con gente que ha aumentado mi confianza. Mi primera jefa, Viviane, me confió responsabilidades que ni siquiera podía asumir. Salía de la Escuela de Comercio. Pero aceptó mi fracaso. Toleró mi fracaso. Y me hizo seguir aumentando la confianza. Después, Marc, un empresario francés que conocen bien. Me inspiró. Me dije: "¿Por qué no? Yo también voy a emprender. Quiero influir en los hechos. Quiero ser dueña de mi vida, ser libre". Eso me reconectaba a mi sueño. Hacer lo que quiero, ir hacia lo desconocido. Después vino Thierry. Él era un poco mi mentor. Es muy importante tener un mentor al emprender. Alguien que te oriente, que sea el espejo de tus acciones. Y yo he tenido todo eso. Lo he tenido y, finalmente, me ha llevado al espíritu empresarial. Me ha ayudado. Y, hasta hoy, he creado dos empresas. No son muy conocidas, ¿eh? Pero me han formado, me han hecho crecer. Mi sueño de la infancia era crecer. Y bueno... las he vendido. Así que no vivo muy lejos de la avenida de la que hablábamos antes. Al final me doy cuenta de que eso no es lo que cuenta. Lo que cuenta es lo que hacemos y lo que damos. Ya lo saben. Lo que damos y lo que hacemos. No hace falta hacer grandes cosas. No hay que hacer Google. Hay una frase de la madre Teresa que me gusta mucho. Dice: "Que nadie se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz". Es algo muy pequeño. Con la gente que se cruzan, decir algo amable, una mirada. Como ven, todo empieza por hacer, por dar. Y hoy día, mi sueño... invierto en empresas, ayudo a los emprendedores. Es algo que necesito hacer. Hoy día, mi sueño es que cada uno de Uds. dirija sus vida. No hace falta crear una empresa, sino emprender. Realizar proyectos, correr riesgos, no tener miedo. Y creo que esto lo hacemos si nos rodeamos de gente que nos mira con la bondad que tanto necesitamos. Juzgar mata. Hay que mirar con bondad y decir: No pasa nada si se fracasa. Así pues, mi sueño es que se rodeen de gente que les hagan bien. Toda la gente que les consuma, que les hunda, que les quite la energía. Todos los que les hagan dudar de Uds.: Fuera, fuera. Apaguen la televisión. Esa información nos quita energía, nos provoca miedo. Y eso quiere decir: "Find people who make you better". "Encuentren gente que les haga ser mejores". Así obtenemos confianza para crecer. Eso nos conecta de nuevo a nuestros sueños. Y nos da alegría, como hablábamos antes. Da alegría, y es importante que nosotros seamos pequeños elementos de alegría en nuestro día a día y que lo seamos ya. La vida es corta. Saben que pasa muy rápido. Más rápido que cuando éramos pequeños. Y a mí me gusta la idea de que seamos pequeños trozos de alegría los unos para los otros porque estoy convencida de algo, ya lo saben: "Al temer lo peor, lo hacemos realidad; al querer lo mejor, contribuimos". Gracias. (Aplausos)