Tienen ante Uds. a una persona TED. Persona TED. TED como Trastorno Envolvente del Desarrollo. ¿Qué? ¿Envolvente? No se preocupen, no es contagioso. No es como el Tesoro Público que invade hasta sus casas. No, es algo mucho más sencillo. Es lo que popularmente conocemos como autismo. Es cierto que TED suena mejor. Autista, por desgracia, no suena tan bien. Yo siempre digo que la diferencia entre el TED y el autista es la misma que entre un sintecho y un vagabundo. Son iguales. Solo cambian las letras. (Aplausos) Dicho esto, se dice también que los autistas son personas que viven en una burbuja. Pero hay 500 000 personas autistas en Francia, así que somos muchos en la burbuja. Y les puedo asegurar que nos lo pasamos bien. Pasamos buenos momentos. Puede que incluso pasemos mejores momentos que el "Sr. Yo, Yo, Yo, Yo el presidente". (Aplausos) Él está solo en su burbuja. Completamente solo. (Risas) Y además, parece ser –-al menos eso dicen por ahí–- que el pobre está obligado a someterse a la prueba "del caviar". La prueba "del caviar" consiste en tener que engullir muchas veces al día una sustancia asquerosa que estalla entre los dientes en cuanto te la metes en la boca. Parece ser que le esperan otras pruebas a este hombrecillo. Al parecer, también será sometido a la prueba "del champán". El champán es una bebida fermentada y mis padres siempre me dijeron que no comiera alimentos mohosos o podridos. (Risas) Así que ya lo ven. Además, como persona TED que soy, no fumo. No necesariamente por razones filosóficas, sino simplemente porque ¿cómo quieren que compre tabaco? ¿Se compra por Internet? No sé, eso requiere competencia social. Así que ni alcohol, ni caviar, ni tabaco, ni ninguna otra sustancia. Como pueden constatar, ser autista es ecológico, económico... (Aplausos) eco- todo lo que Uds. quieran. De hecho, creo que el autismo debería estar reembolsado por la seguridad social. (Risas) (Aplausos) Dicho esto, dicho esto, no cuenten conmigo para asistir a una ceremonia de entrega de galardones, unos más brillantes que otros. A la misma hora, tengo clase de gramática de etíope antiguo y no me la puedo perder. De todas formas, no me gusta nada este tipo de teatro social. De hecho, les voy a contar un secreto. Tengo un buen amigo, un lingüista eminente que es ahora doctor en lingüística, y me preocupaba por él el día que tuvo que defender su tesis. Pensaba: "¿Cómo va a enfrentarse durante horas a un montón de preguntas más o menos traicioneras?" Esa misma tarde, recibí un email --me escribe por las tardes a la misma hora-- en el que decía: "La defensa de la tesis ha ido muy bien". --Eso no lo dudo-- "Pero lo insoportable fueron las copas de después". (Risas) Así que un servidor resolvió el problema de manera muy sencilla: nada de copas después de defender mi tesis. Y así, problema resuelto. Pero sepan que fue complicado. Todo empezó muy, muy, muy mal. Muy, muy mal. Verán, nací el mismo día y año que Britney Spears. (Risas) Al menos, la única ventaja que tiene esto es que al menos conozco a una celebridad de la que puedo hablar durante las cenas en sociedad de las que no me puedo librar. Algo es algo. Por otro lado, nací en el antiguo asilo psiquiátrico de Charenton. Conocida hace tiempo como "La casa real de Charenton", para los amantes de viejos libros. Pues yo nací allí. No hace falta decirles que no era famoso al principio. Mis padres, cuando me vieron, dijeron: "Nada más de hijos. ¡Se acabó!". (Risas) Después llegó la edad escolar. No hace falta decirles que fue una etapa muy difícil. Usando la expresión fetiche de mis profesores de entonces, no era capaz de aprender. Efectivamente, no sabía jugar al hula hula. De hecho, sigo sin saber. Tampoco tenía la capacidad necesaria para pasar de curso. Hacerme repetir curso no sé cuántas veces, tal vez 10, no habría bastado. Porque entiendan que para la educación nacional, hace falta saber jugar al hula hula antes de saber calcular las integrales triples. No al revés. (Risas) (Aplausos) Si Uds. saben calcular integrales triples, no tienen la capacidad de aprender. Además, si les llevan al psiquiatra, van a parecer locos de atar. Se merecerán que le den algunos cachetones. Es eso lo que me ocurrió durante años. Creo que me hice buen amigo de varios laboratorios. Sin duda, he contribuido a su salud. Y déjenme decirles que los psiquiatras de entonces eran extremadamente competentes. Sabían cómo vaciar tu cuenta bancaria en unos instantes. Además, usando la expresión fetiche, hace falta recordar que nunca se debe pagar con cheque, porque estarían firmando su derrota. Hace falta pagar en efectivo, lo que tiene sus ventajas, pero bueno, yo no las vi hasta más tarde. Así que los años pasaron, y en primaria me encontraba en dificultades porque me di cuenta de algo horrible. Me di cuenta de que mi profe de 2º de primaria era una ignorante. No sabía ni siquiera quién había sucedido a Ramsés II. Creo que tampoco sabía cuál era la capital de Belice: "Pero, ¿y eso qué es?" Así que los años pasaron. En el colegio, nadie quería sentarse a mi lado. Además, asistía a clase de manera más o menos asidua. Pero las cosas cambiaron cuando llegué a la secundaria. Curiosamente, aunque tardé en darme cuenta, algunos estudiantes querían sentarse a mi lado, sobre todo durante los exámenes de matemáticas. (Risas) Hay ecuaciones sociales que son difíciles de resolver. Pero así es la vida. El tiempo pasó y ahora soy prácticamente libre. Estudio por placer. Elijo mis cursos, cosa que está bien. Asistí a cursos de etíope antiguo durante un tiempo. Estos cursos tienen la garantía "compatibles con autistas". Estás solo con el profesor. (Risas) (Aplausos) Dicho sea de paso, el profesor tiene... un perfil parecido al nuestro. (Risas) Así que nos entendíamos muy, muy bien. También asistí, y espero volver a hacerlo este año, a cursos de avéstico antiguo. Ahí somos más, somos 3. Mis 2 compañeros se emocionan con discusiones sobre la formación del aoristo sigmático en sánscrito védico en relación con las formas avésticas. Yo les digo: "¡Dejen eso ya! Concéntrense en lo esencial. (Risas) Interésense por las cosas importantes de la vida. Por ejemplo, la transición entre la escritura sumeria y la acadia". (Risas) Pero así pasamos momentos agradables. (Risas) También hace falta recalcar algo. Hay quien dice, al menos en los artículos académicos, que el autismo está unido a problemas relacionales. Yo diría que no siempre. Por ejemplo, no tengo ningún problema relacional con mi suegra. (Risas) Y creo que podría ir aún más lejos, según mis pequeñas estadísticas no homologadas, el 99 % de la gente que tiene problemas relacionales con su suegra no son autistas. (Risas) Bueno, en el mundo laboral también hubo dificultades. Yo era un poco, digámoslo así, privilegiado. Tengo un título. Soy el que no pasó ninguna entrevista de trabajo, sin excepción. A primera hora de la tarde, hemos oído hablar de manera brillante de la gestión Aikido. Pero es más bien la gestión del fracaso. (Risas) También tengo una actitud extremadamente antideportiva. Bueno, dicho esto, ahora, después de unos años, tengo la suerte de trabajar para un jefe que no me critica por la ropa que llevo. Es ciego de nacimiento. (Risas) Es útil. También tengo tiempo libre para dedicarme a una de mis recientes pasiones, que he mantenido en secreto hasta hoy: colecciono botellas de agua pequeñas. Esta es una botella corsa. Hay que tratarla con cuidado. (Risas) Pero estoy muy orgulloso de mi pequeña colección. Por otro lado, desde hace algunos años, soy un saltimbanqui del autismo. Del mismo modo que hay gente viajera, hay autistas viajeros. Ahora, en vez de ser miembro del sindicato de farmacólogos, soy miembro del sindicato hotelero de Francia. Dentro de poco voy a pedir mi tarjeta de miembro para tener acceso a las zonas de estacionamiento reservadas a los autistas viajeros. Como bien saben, se habla a menudo de curar, de curar a los autistas. Si hablan con un especialista en autismo, "especialista" entre comillas, una de las palabras que más van a oír es "sufrimiento". "Ud. sufre". Así que, como dice uno de mis amigos con autismo: "El sufrimiento del autista, es una necesidad vital para el psiquiatra". Pues tiene razón. (Risas) Sin eso... (Aplausos) Pero para acallar ciertos rumores, es necesario precisar que he estudiado medicina. Dos horas. (Risas) Me confundí de clase y no me atreví a salir. Eso fue lo que pasó. Pero nos podemos reír de eso y la risa es bienvenida. Pero les puedo asegurar que muchos grandes profesionales con títulos rimbombantes han estudiado mucho menos de 2 horas acerca del autismo, a lo largo de todos los años que han estado en la universidad. Una pena. Así que hagamos una aplicación práctica, pensemos en las manzanas. Cuando un niño autista les dice: "¿Qué significa "caerse en las manzanas?" (fig: desmayarse) "Tomber dans les pommes" es "¡pum!", ¿no? O un portafolios, ¿qué es un portafolios para Uds.? Es un árbol. Algo tiene que ver con hojas. Es así que los niños autistas entienden el lenguaje. ¿Es eso un defecto que hay que corregir? Yo creo que es algo nimio comparado con el concepto de cartera que tienen ciertos políticos. (Risas) (Aplausos) Permítanme compartir con Uds. una estadística electoral: parece ser que el 99 % de los políticos con los que es imposible comunicarse no son autistas. (Aplausos) Desafortunadamente, para esto no existe ninguna terapia en la actualidad que parezca fructífera. ¿Qué hacemos entonces? Es un verdadero fastidio. Además, no me atrevo ni a decirlo, pero se rumorea en el pequeño mundo del autismo que los marselleses nos jugaron una mala pasada, una mala pasada. No han querido a Carlotti. Así que nos va a tocar a las otras personas con discapacidad... Bueno, ese es nuestro problema. En fin, me gustaría decirles algo. Se está hablando de la escolarización de niños autistas. Eso está muy bien. Hay que hacerlo. Pero tengo algo que decir. Conozco a muchos niños que no son autistas que necesitan integrarse en los colegios. Creo que los programas de integración vigentes para niños autistas en los colegios benefician primero a los otros niños, a todos los niños. Esto ha sido demostrado. Cuando hay un niño autista en el aula, todo el nivel del colegio y de la clase aumenta. Lo mismo ocurre en el mundo laboral. No sé si sabrán que, el verano pasado, SAP, la gran compañía informática alemana, anunció que iban a contratar a cientos de colaboradores con autismo. ¿Y qué han dicho los medios en Francia?: "Merkel quiere esclavizar incluso a los autistas". Que haya calma, significa simplemente que habrá gente con un buen trabajo y que recibirán un salario en función de sus competencias. Y si dentro de unos años los resultados de SAP son incluso mejores que ahora, volveremos a acusar a los alemanes de conspirar contra Francia. (Aplausos) Les cuento que me han colocado en frente un aparato llamado "timer". Suele estar disponible en establecimientos destinados a recibir a personas con autismo, --supuestamente estos establecimientos son lo peor de lo peor-- porque la gente con autismo no sabe cómo administrar su tiempo. Pero les puedo asegurar que normalmente es la gente sin autismo la que tiene dificultades para administrar su tiempo. Voy a pasar a mis 2 últimos puntos, si no les importa. Primero: dicen que los autistas viven en una burbuja. Conozco a muchas personas sin autismo que viven en burbujas muy espesas y con quienes ninguna comunicación es posible. Estar interesado en los decimales del número pi no es ni más estúpido ni más raro que acordarse de los resultados de los partidos de fútbol. (Risas) (Aplausos) Por otro lado, esto me recuerda --podríamos estar hablando durante horas-- que también sufro del síndrome Fidel Castro. Y me gustaría contarles una pequeña historia. Hace algunos años, vino a Francia un gran señor, el estadounidense Stephen Shore. Cuando era pequeño, los médicos de EE.UU. de la época, en los años 60 y 70, eran tan competentes en el autismo como los médicos franceses hoy en día. Esos médicos le dijeron a sus padres: "Algunos padres tienen un perro en casa. Uds. tendrán este hijo". Los años pasaron y el pequeño Stephen creció. Sí, los niños autistas se convierten en adultos autistas. A veces lo ignoramos, pero así son las cosas. Los años pasaron y ahora Stephen es profesor en la Universidad de Boston. Cuando vino a Francia, al final de la conferencia, alguien hizo la siguiente pregunta: "Sr. Shore, Ud. está casado. ¿Por qué no tiene hijos?" Y él respondió: "Mi esposa y yo hemos decidido no tener hijos porque había una posibilidad de que no fuera autista". (Risas) Gracias. (Aplausos)