Este es un jardín de niños
que diseñamos en 2007.
Lo diseñamos circular.
Es una especie de
circulación sin fin en el techo.
Si son padres,
sabrán que a los niños
les encanta correr en círculos.
Así es como se ve la azotea.
¿Y por qué lo diseñamos así?
El director de este jardín de niños dijo:
"No. No quiero que tenga un barandal".
Yo decía: "Es imposible".
Pero él insistía: "¿Qué tal si ponemos
una red pegada a la orilla del techo,
que atrape a los niños que se caigan?".
(Risas)
Yo decía "Es imposible".
Y claro, el oficial del gobierno dijo:
"¡Claro que debe tener un barandal!".
Pero pudimos aplicar esa idea
alrededor de los árboles.
Hay tres árboles que salen.
Se nos permitió usar
esta cuerda como un barandal.
Desde luego, la cuerda no tiene
nada que ver con ellos.
Ellos caen en la red.
Y llegan más...
y más...
y más.
(Risas)
Hasta 40 niños
alrededor de un árbol.
El chico de la rama
ama tanto el árbol
que se lo está comiendo.
(Risas)
Y a la hora de un evento
se sientan en la orilla.
Se ve muy simpático desde abajo.
Monitos en un zoológico.
(Risas)
¡Hora de comer!
(Risas y aplausos)
E hicimos el techo lo más bajo posible,
porque queríamos ver
a los niños en el techo,
no solo debajo de él.
Y si el techo es muy alto,
solo se puede ver su lado inferior.
Y este espacio para lavarse los pies
--hay muchos tipos de llaves de agua--.
Con los tubos flexibles
puede uno salpicar a sus amigos,
y la regadera,
y la de adelante es bastante normal.
Pero si se fijan,
el niño no se está lavando las botas,
las está llenando de agua.
(Risas)
Este jardín de niños está completamente
abierto la mayor parte del año.
Y no hay una división
entre dentro y fuera.
Esto significa básicamente
que esta arquitectura es un tejado.
Tampoco los salones están separados,
así que no hay barrera acústica.
Si dejan a muchos niños juntos
en una caja silenciosa,
algunos se ponen muy nerviosos.
Pero en este jardín de niños
no hay razón para que estén nerviosos,
porque no hay límites.
El director dice:
"Si el niño en la esquina
no quiere estar en el salón,
lo dejamos ir.
Acabará por regresar,
porque estamos en un círculo".
(Risas)
Pero el punto es
que, en ocasiones así,
los niños siempre buscan
algún lugar para esconderse.
Aquí simplemente van y vienen.
Es un proceso natural.
Segundo: consideramos
que el ruido es importante.
Sabemos que los niños
duermen mejor cuando hay ruido.
No pueden dormir en un lugar silencioso.
Y en este kínder,
los niños tienen
muy buena concentración en clase.
Sabemos que la humanidad
creció en la jungla, con ruido.
Ellos necesitan ruido.
Podemos hablar con los amigos
en un bar con mucho ruido.
No hay razón para estar en silencio.
¿Y saben? En nuestros días
tratamos de tener todo bajo control.
Es completamente abierto.
Y deben de saber que
uno puede esquiar a -20° en inverno,
y en verano puede nadar.
La arena está a 50°.
También deben saber
que están hechos a prueba de agua.
No se disuelven con la lluvia.
Entonces los niños deberían estar afuera.
Así es como deberíamos tratarlos.
Así es como se dividen los salones.
Se supone que iban
a ayudar a sus maestros.
No lo hacen.
(Risas)
Yo no lo metí ahí.
Un salón.
Y un lavabo.
Se llaman el uno al otro
alrededor de la fuente.
Siempre hay algunos árboles en el salón.
Un mono pescando
a otro mono desde arriba.
(Risas)
Monos.
(Risas)
Cada salón tiene
por lo menos un tragaluz.
Por aquí pasa Santa Claus
cuando viene en Navidad.
Este es el edificio anexo,
justo al lado de este
ovalado jardín de niños.
El edificio tiene solo cinco metros
de alto con siete niveles.
Desde luego, el tejado es muy bajo.
Hay que tener en cuenta la seguridad.
Así que pusimos a nuestros niños,
una hija y un hijo.
Trataron de entrar.
Él se pegó en la cabeza.
Está bien. Su cráneo es bien duro.
Él es resiliente. Es mi hijo.
(Risas)
Y quiere ver si es seguro saltar.
Y vemos más niños.
Los terribles embotellamientos
de Tokio, como saben.
(Risas)
La conductora de enfrente
tiene que aprender a conducir.
En estos días,
los niños necesitan
una ligera dosis de peligro.
En ocasiones así
ellos aprenden a ayudarse unos a otros.
Estamos perdiendo este tipo
de oportunidades actualmente.
Este plano muestra
los movimientos de un niño
entre las 9:10 y las 9:30.
La circunferencia de este edificio
es de 183 metros,
así que no es precisamente pequeño.
Y este niño recorrió
6000 metros en la mañana.
Pero aún falta lo mejor.
Los niños en este kínder recorren
en promedio 4000 metros.
Estos niños tienen muchas
mejores capacidades atléticas
que los niños de otros jardines de niños.
El director dice:
"Aquí no los entrenamos.
Solo los dejamos subirse al techo.
Como las ovejas".
(Risas)
Siguen corriendo.
(Risas)
El punto es
que no hay que controlarlos,
ni sobreprotegerlos.
A veces necesitan caerse,
lastimarse un poco.
Con eso aprenderán
cómo vivir en este mundo.
Creo que la arquitectura es capaz
de cambiar este mundo
y la vida de las personas.
Este fue un intento de cambiar
la vida de los niños.
Muchas gracias.
(Aplausos)