(Música) Mi tema es el éxito, por eso la gente a veces me llama orador motivacional. Pero quiero que sepan que no soy un orador motivacional. No puedo estar a la altura de esos requisitos. Y no podría motivar a nadie. Mis empleados realmente me llaman orador desmotivante. Lo que trato de ser es un orador informativo. Salí y reuní información sobre el éxito, y estoy aquí para transmitirlo. Mi historia comenzó en un avión hace más de diez años. Iba camino a la conferencia de TED en California, y en el asiento de al lado había una adolescente, que provenía de una familia muy pobre que quería tener su lugar en el mundo. Y cuando dejé de teclear en mi equipo, me hizo preguntas, y de la nada, me preguntó: "¿Es Ud. una persona de éxito?" Le dije: "No, no lo soy". Terry Fox, mi héroe, tiene mucho éxito. Perdió una pierna por cáncer, y luego corrió miles de km y recaudó millones para la investigación del cáncer. O Bill Gates, un hombre con avión propio que no tiene que estar sentado al lado de un chica que le hace preguntas. (Risas) Pero luego le hablé de algunas cosas que había hecho. Me encanta la comunicación, y he ganado muchos premios de marketing. Me encanta correr, y todavía a veces ganó en mi grupo de edad, de viejitos de más de 60. Mi maratón más rápido es de dos horas y 43 minutos corriendo 42 km. He corrido más de 50 maratones, en los 7 continentes. Esta es una carrera que hice con mi esposa, el Camino Inca a Machu Picchu en Perú. Y para calificarme para los siete continentes, tuvimos que correr un maratón en la Antártida. Pero cuando llegamos allí, no era tan bonito y tranquilo como se ve aquí. Las olas eran tan altas que no pudimos llegar a la orilla. Así navegamos 320 km hacia el sur donde el mar estaba en calma y corrimos todo el maratón de 42 km en el barco. 422 vueltas alrededor de la cubierta de la pequeña embarcación. Mi esposa y yo también hemos escalado dos de las siete cumbres, las montañas más altas de cada continente. Subimos el Aconcagua, la montaña más alta del continente americano, y el Kilimanjaro, la montaña más alta de África. Para ser honesto, vomité en el camino a la cima del Kilimanjaro, Tuve mal de altura. Mi esposa no empatizó conmigo; se adelantó y dio una vuelta por la cumbre, mientras yo todavía luchaba por llegar. A pesar de ello, seguimos juntos ya desde más de 35 años. Yo diría que eso es un éxito en estos días. Así que le dije a la chica, "Bueno, creo que he tenido algo de éxito". Y entonces ella dijo: "Bueno, y ¿eres millonario?" Ahora, yo no sabía qué decir, porque cuando crecí, era de mala educación hablar de dinero. Pero pensé que sería mejor ser honesto, y le dije: "Sí. Soy millonario. Pero yo no sé cómo sucedió. Nunca fui tras el dinero, eso no es tan importante para mí". Ella dijo: "Tal vez no para Ud., pero sí para mí. No quiero ser pobre toda mi vida. Quiero lograr algo, pero nunca sucederá". Le dije: "Bueno, ¿por qué no?" Ella dijo: "Bueno, no soy muy inteligente. No voy bien en la escuela". Le dije: "¿Y qué? Yo no soy inteligente. Apenas pasé la escuela secundaria. Yo no tenía absolutamente nada a mi favor. Nunca me votaron como el más popular, ni tuve probabilidades de éxito. Empecé una nueva categoría: Mayor probabilidad de fracasar. Pero al final, lo hice bien. Así que si yo pude hacerlo, tú también puedes". Y entonces ella me hizo la gran pregunta: "¿Qué es lo que realmente lleva al éxito?" Le dije: "Por Dios, lo siento. No lo sé. Supongo que de alguna manera lo hice, pero no sé cómo". Bajé del avión y fui a la Conferencia TED, y estaba en una sala llena de gente extraordinariamente exitosa en muchos campos: negocios, ciencia, artes, salud, tecnología, medio ambiente... cuando me dije: ¿Por qué no les pregunto qué les ayudó a tener éxito, y averiguar lo que realmente conduce al éxito? Así que estaba emocionado de salir y hablar con estas grandes personas, cuando empecé a dudar. Quiero decir, ¿por qué la gente querrá hablar conmigo? No soy un periodista famoso. Ni siquiera periodista. Así que estaba dispuesto a detener el proyecto antes de comenzar, cuando vi que venía hacia mí Ben Cohen, el famoso cofundador de la compañía de helados Ben y Jerry. Pensé, ahora o nunca. Me abrí paso con mis propias dudas, me puse ante él y dije: "Ben, estoy trabajando en este proyecto. Ni siquiera sé qué preguntarle, pero ¿podría decirme qué le ayudó a tener éxito?" Él dijo: "Sí, claro, vamos. Vamos a tomar un café". Y entre café y helado, Ben me contó su historia. Ahora más de 10 años después, he entrevistado a más de 500 personas de éxito cara a cara, y he recogido miles de otras historias de éxito. Quería encontrar los factores comunes para el éxito en todos los campos así que entrevisté a gente de carreras que van de la A a la Z. Estas son solo las carreras entrevistadas que comienzan con la letra A, y en muchos casos más de una persona. Entrevisté a seis contadores de éxito, cinco auditores, cinco astronautas que habían estado en el espacio, cuatro actores ganadores del premio de la Academia al mejor actor, tres de los más celebres astrofísicos del mundo, seis de los principales arquitectos del mundo y, oh sí, y cuatro ganadores del Premio Nobel. Sí, ya sé que no comienza con A, pero es bastante impresionante. Y quiero decir dar un sincero agradecimiento a todas las grandes personas que he entrevistado en estos años. Esta es realmente su historia. Yo soy solo el mensajero. El trabajo realmente grande fue tomar todas esas entrevistas y analizarlas, palabra por palabra, línea por línea, y ordenarlas por todos los factores que decían que les ayudaron a tener éxito. Y entonces se comienzan a vislumbrar los grandes factores que son comunes para el éxito de la mayoría de la gente. En total, analicé y clasifiqué millones de palabras. ¿Saben la cantidad de trabajo que supone? Eso es todo lo que hago, día y noche, clasificar y analizar. Les digo que, si alguna vez se me cruza esa niña del avión... En realidad, si me pasa, le daré las gracias. Porque nunca me he divertido tanto y conocido a tanta gente interesante. Y ahora puedo responder a su pregunta. Descubrí los ocho rasgos exitosos que la gente tiene en común, o los ocho para ser grandes: Ama lo que haces; trabaja muy duro; céntrate en una cosa, no en todo; sigue poniéndote al límite; propón buenas ideas; intenta ser cada día mejor y hacer mejor lo que haces; ofrece a los demás valor, porque el éxito no se trata solo de mí, mí, mí; y persiste porque no hay éxito de la noche a la mañana. ¿Por qué seleccioné estos? Porque al sumar todos los comentarios de las entrevistas, más personas mencionaron esas ocho cosas, más que cualquier otra. Los ocho rasgos son realmente el núcleo del éxito, su fundamento, y luego además desarrollamos habilidades específicas que necesitamos para nuestro campo o carrera en particular. Las habilidades técnicas, capacidad de análisis, habilidades sociales, habilidades creativas... muchas habilidades que podemos añadir, dependiendo de nuestro campo. Pero no importa en qué campo estemos, estos ocho rasgos estarán en el centro de nuestro éxito. (Aplausos)