Mucha gente considera la naturaleza
como algo lejano:
una excursión al trimestre con el colegio
al pueblo en verano, un documental;
o un problema: un vertido de petróleo
en la otra punta del mundo,
un incendio forestal,
el calentamiento global.
Pero esto es porque no han tenido
la oportunidad de estar en la naturaleza,
de vivirla de verdad.
Yo amo la naturaleza, es mi pasión.
Y por eso la quiero proteger
y dedico parte de mi tiempo a ello.
A mí me han dicho a veces,
¿pero cómo es que empiezas justo ahora,
que estás en primero de bachillerato,
con la de exámenes que tenemos,
y lo pillados que vamos?
Pues bueno, es que si lo miras así,
en segundo de bachillerato aún peor,
con la selectividad y después la universidad.
Nunca va a haber mejor momento
para empezar mejor que ahora.
Lo único que necesitamos muchas veces
es un pequeño empujón.
Y es ese empujón, ese paso,
lo que me hizo empezar con mi proyecto:
"Minireservas".
Siempre me ha interesado mucho
todo lo relacionado con la naturaleza.
Desde pequeña voy al campo con mi familia
y todos los años voy de campamentos.
Cuando estoy en la naturaleza
recuerdo que es parte de mí.
Me descansa y me siento libre.
Salir por la mañana de la tienda
de campaña y notar la humedad,
escuchar como canta un pinzón
y ver los primeros rayos de sol,
es una sensación que me recuerda que cuidar
de la naturaleza es algo esencial.
He participado en actividades medioambientales,
y durante 2 años en mi colegio
con unos compañeros,
creamos una asociación ecologista
para concienciar a los demás alumnos,
sobre cuidar del medio ambiente.
Pero además, hace un tiempo empecé
a leer y ver vídeos sobre gente
comprometida con el medio ambiente,
desde que tenía más o menos mi edad.
Gente como Severn Suziki, Simon Jackson
o Felix Finkbeiner,
que realmente me han inspirado
y me han servido de ejemplo
de lo que todos podemos hacer
sin importar la edad.
Ahí es cuando nace "Minireservas".
Un proyecto con el objetivo de crear
una red de pequeños espacios,
recuperados para la vida silvestre,
con la colaboración de grupos de gente.
Es decir, es un proyecto para la naturaleza,
pero también para las personas.
Conseguir que la gente se interese
y participe directamente
en la conservación de la naturaleza
de su entorno más cercano:
Las ciudades...
(Aplausos)
Puede que os preguntéis: ¿Para qué
necesitamos minireservas en las ciudades?
¿qué importancia pueden tener 5 m2
de vida silvestre en medio de una ciudad?
¿No es suficiente con las
grandes reservas naturales?
Pues, las reservas naturales, como el
Valle de Ordesa o las marismas de Doñana
tienen el objetivo de conservar
la fauna, flora y paisajes existentes
y realmente son de enorme importancia.
Pero, si nuestras ciudades siguen creciendo,
devorando terreno y llenándolo
todo de cemento y asfalto,
estos espacios se hacen insuficientes
y cada vez van a serlo más.
Son necesarios muchos más espacios
para la vida silvestre
y pueden estar en las ciudades,
porque cualquier rincón es importante.
Ahí es dónde está la necesidad
de "minireservas",
recuperamos espacios para que pueda
volver o aparezca la vida silvestre.
Llevar la naturaleza a las
ciudades, entre la gente,
para ir caminando por la calle
y poder verla en un montón de rincones.
Hay que reverdecer las ciudades.
(Aplausos)
Pero con esto de que son en la ciudades,
seguro que alguno se pregunta:
Bueno, a ver, ¿pero esto no es un parque?
Una diferencia es que en una minireserva
hay vida silvestre que en la ciudad
no tiene otros lugares en los que vivir.
En los parques y jardines, no se tiene en
cuenta si el momento de poder los árboles
coincide con la temporada
de cría de los pájaros
si una planta es autóctona o no,
o si es tan, tan extraña
que puede usarla el colibrí que solo
vive en una determinada isla del Caribe.
En una minireserva sí
que se tienen en cuenta.
Y ponemos unas u otras actividades
en función del espacio.
Plantar árboles, matorrales,
plantas aromáticas
y flores atractivas
para los insectos,
crear charcas para anfibios
y plantas acuáticas,
refugios para pequeños mamíferos,
comederos para pájaros en invierno,
cajas nido para aves insectívoras,
que en el medio natural
anidan en los troncos de los árboles.
Pero como en las ciudades talamos
los árboles secos o viejos y las ramas rotas,
no tienen lugares en los que vivir.
Y es que si lo pensamos un poco,
tener insectívoros en las ciudades,
es beneficioso para nosotros.
Al haber más insectívoras, reducimos
de forma natural,
plagas para las que ahora utilizamos
un montón de pesticidas.
De manera que quitamos venenos
de nuestras vidas
y creamos ecosistemas más complejos.
Y habría una segunda diferencia
con respecto a los parques:
¿Quién se ocupa y cuida de los parques?
Los jardineros o la empresa contratada
por el Ayuntamiento.
Y en una "minireserva",
lo que pretendemos justamente
es que sea la gente la que se interese,
se implique por la naturaleza.
Y como además ocupa un espacio de
como mínimo 1m2
podemos situarla muy cerca de nosotros:
Nuestra terraza, el jardín de casa,
un solar abandonado, el patio de nuestro colegio.
Y es que no podemos pretender poner
nuestra "minireserva" lejos de donde vivimos,
porque nos costará más y puede que acabemos
completamente desmotivados,
simplemente por la pereza que nos da ir.
Así que ponemos nuestra minireserva
todo lo cerca que podamos
y de esta manera empezamos a ver
la naturales como algo más cercano.
Y la vemos conociendo poco a poco,
y nos encariñamos con ella.
Y la cuidamos, porque solo se protege
lo que se conoce
y lo que forma parte de nosotros.
De esta manera, dejamos de ser los
espectadores para ser los protagonistas.
Y habría una tercera diferencia
con respecto a los parques:
Es un iniciativa nuestra, de los jóvenes.
que no depende de ninguna empresa,
de ningún partido, ni de ningún gobierno.
Una iniciativa con la que queremos
pasárnoslo bien.
Grupos de gente que queramos y
ponemos en práctica nuestras propias ideas.
De momento, hemos creado
una minireserva más en Zaragoza
para mostrar actividades a otros grupos
que quieran crear la suya.
Una asociación juvenil de tiempo libre
ya está buscando su espacio,
y estás interesados: un colegio,
una comunidad de vecinos y varios particulares.
Además, para conseguir una conexión
entre las minireservas,
con intercambio de actividades y
de experiencias concretas,
crearemos un apartada bajo el nombre de la red,
en el blog del proyecto.
Soy Esperanza Sancho, tengo quince años,
y mi pasión es conservar la naturaleza.
Quiero dar las gracias a mis padres
que me han enseñado a amarla.
Muchas gracias.
(Aplausos)