Mi trabajo consiste en diseñar,
construir y estudiar
robots que se comunican con la gente.
Pero esta historia
no empieza con la robótica
empieza con la animación.
Cuando vi por primera vez
"Luxo Jr." de Pixar
Estaba asombrado por cuanta emoción
pusieron en algo
tan trivial como una lámpara de escritorio.
Me refiero a, mírenlos, al final de la película,
realmente sienten algo
por las dos piezas de muebles.
(Risas)
Y dije, tengo que aprender cómo hacer esto.
Así que tomé una muy mala
decisión de carrera.
Y así es como estaba mi mamá cuando la tomé.
(Risas)
Dejé un cómodo trabajo de tecnología
en Israel
en una compañía de software muy agradable
y me mude a Nueva York
para estudiar animación.
Y ahí viví
en un edificio de apartamentos que se derrumbaba
en Harlem con compañeros de cuarto.
No estoy usando esta frase metafóricamente,
el techo de verdad se derrumbó un día
en nuestra sala.
Cada vez que hacían esas noticias
sobre violaciones de construcción en Nueva York,
hacían el reporte en frente de nuestro edificio.
Como una especie de telón de fondo
para mostrar qué tan mal están las cosas.
De cualquier forma, durante el día iba a la escuela y en la noche
me sentaba y dibujaba cuadro por cuadro
animación a lápiz.
Y aprendí dos lecciones sorprendentes...
uno de ellas fue que
cuando quieres despertar emociones,
no importa tanto cómo algo luce,
todo está en el movimiento, en el momento
de cómo se mueve.
Y la segunda, fue algo
que uno de nuestros profesores nos dijo.
Él hizo a la comadreja en La Era de Hielo.
Y él dijo:
"Como animador no eres un director,
eres un actor".
Así que si quieres encontrar
el movimiento adecuado para un personaje,
no pienses en eso,
ve y usa tu cuerpo para encontrarlo...
párate frente a un espejo, actúa
frente a una cámara, lo que necesites.
Y luego ponlo en tu personaje.
Un año más tarde me encontraba
en el MIT
en el grupo de vida robótica,
fue uno de los primeros grupos
investigando las relaciones
entre humanos y robots.
Y todavía tenía este sueño de hacer
una material, real lámpara Luxo Jr.
Pero descubrí que los robots
no se movían en absoluto
de esta forma maravillosa
a la que estaba acostumbrado
en mis estudios de animación.
En cambio, eran todos...
¿Cómo debo decirlo?, eran del todo robóticos.
(Risas)
Y pensé, qué pasaría si tomo
todo lo que aprendí en la escuela de animación,
y usará eso para diseñar
mi lámpara de escritorio robótica.
Así que fui y diseñe cuadro por cuadro
para tratar hacer este robot
tan elegante y atractivo como fuera posible.
Y aquí cuando ven
a el robot interactuando conmigo
en un escritorio.
En realidad estoy rediseñando el robot
así que...
sin que lo sepa él mismo,
esta cavando
su propia tumba ayudándome.
(Risas)
Quería que fuese menos
una estructura mecánica
dándome luz,
y más una especie de útil, tranquila aprendiz
que está siempre ahí cuando la necesitas
y realmente no interfiere.
Y cuando, por ejemplo,
estoy buscando una batería
que no puedo encontrar,
de una manera sutil,
me mostrará dónde está la batería.
Pueden ver mi confusión aquí.
No soy un actor.
Y quiero que noten cómo la misma
estructura mecánica
puede en un momento dado,
solo por la forma en que se mueve
parecer gentil y cariñosa,
y en otro caso,
parecer violenta y conflictiva.
Y es la misma estructura,
solo el movimiento es diferente.
Actor: "¿Quieres saber algo?
Bueno, ¿Quieres saber algo?
¡Ya estaba muerto!
¡Ahí tirado, "ojos vidriosos"!
(Risas)
Pero, moverse con gracia solo es un bloque de construcción de toda esta estructura
llamada interacción humano-robot.
En ese momento estaba haciendo mi doctorado,
Estaba trabajando
en la labor de equipo humano-robot;
equipos de humanos y robots trabajando juntos.
Estudiaba la ingeniería,
la psicología, la filosofía del trabajo en equipo.
Y al mismo tiempo me encontré
en mi propia situación de trabajo en equipo
con un buen amigo mío
que incluso está aquí.
Y en esa situación fácilmente
podemos imaginar robots
en un futuro próximo
estando ahí con nosotros.
Fue tras un Seder de Pascua.
Estábamos doblando
un montón de sillas plegables,
y me sorprendió lo rápido
que encontramos nuestro propio ritmo.
Todos hicieron su parte.
No tuvimos que dividir nuestras tareas.
No tuvimos que comunicarnos verbalmente
sobre esto.
Simplemente sucedió.
Y pensé,
seres humanos y robots
no se parecen en nada a esto.
Cuando seres humanos y robots interactuan,
es mucho más como un juego de ajedrez.
El humano hace una cosa,
el robot analiza lo que hizo el humano,
entonces el robot decide
qué hacer a continuación,
lo planea y lo hace.
Y entonces el humano espera,
hasta que sea su turno otra vez.
Así que, es mucho más como un juego de ajedrez
y eso tiene sentido porque el ajedrez es genial
para los matemáticos
y científicos de la computación.
Todo es cuestión de análisis de información,
toma de decisiones y planificación.
Pero yo quería que mi robot
fuera menos un jugador de ajedrez,
y más como un hacedor
que solo hace click y trabaja en equipo.
Así que hice mi segunda terrible
elección de carrera:
Decidí estudiar actuación durante un semestre.
Dejé el doctorado. Fui a clases de actuación.
De hecho participé en una obra,
Espero que no haya
ningún vídeo de eso por ahí todavía.
Y conseguí todos los libros
que pude encontrar acerca de la actuación,
entre ellos uno del siglo XIX
que conseguí de la biblioteca.
Y realmente me sorprendí porque mi nombre
era el segundo nombre en la lista...
el nombre anterior era de 1889. (Risas)
Y este libro estuvo esperando
durante 100 años
para ser redescubierto para la robótica.
Y este libro muestra a los actores
como mover cada músculo en el cuerpo
para coincidir con cada tipo de emoción
que quieran expresar.
Pero la verdadera revelación fue
cuando aprendí acerca del método de actuación.
Se hizo muy popular en el Siglo XX.
Y el método de actuación decía, no tienes
que programar cada músculo de tu cuerpo.
En vez de eso tienes que usar tu cuerpo
para encontrar el movimiento adecuado.
Tienes que usar tu memoria de sensorial
para reconstruir las emociones
y pensar con tu cuerpo
para encontrar la expresión correcta.
Improvisa, enfrenta a tu compañero de escena.
Y esto llegó al mismo tiempo
que estaba leyendo sobre esta tendencia
en psicología cognitiva llamada
cognición corporal.
Que también habla sobre las mismas ideas.
Usamos nuestros cuerpos para pensar,
no solo pensamos con nuestros cerebros
y usamos nuestros cuerpos para movernos
sino que nuestros cuerpos
se retroalimentan de nuestros cerebros
para generar la forma en que nos comportamos.
Y fue como un rayo.
Regresé a mi oficina.
Escribí este artículo,
que realmente nunca publiqué
llamado "Clases de actuación
para la Inteligencia Artificial."
E incluso me tomé otro mes
para hacer lo que entonces fue
la primera obra de teatro
con un humano y un robot actuando juntos.
Eso fue lo que vieron antes con los actores.
Y pensé:
¿Cómo podemos hacer
un modelo de inteligencia artificial?
computadora, modelo computacional,
que muestre algunas de estas ideas
de improvisación,
de tomar riesgos, de arriesgarse,
incluso de cometer errores.
Tal vez pueda servir
para mejorar compañeros de equipo robóticos.
Así que trabajé durante mucho tiempo
en estos modelos
y los implementé en una serie de robots.
Aquí pueden ver un muy temprano ejemplo
con los robots tratando de usar esta
inteligencia artificial corporal,
para tratar de coincidir con mis movimientos
lo más parecido posible,
algo así como un juego.
Echemos un vistazo a esto.
Pueden ver cuando lo desestabilizó, lo engañe.
Y es un poco de lo que pueden ver
que hacen los actores
cuando intentan reflejarse uno en el otro
para encontrar la correcta sincronía entre ellos.
Y entonces, hice otro experimento,
y conseguí gente de la calle para que utilizaran
la lámpara de escritorio robótica,
y probaran esta idea
de inteligencia artificial corporal.
Así que, en realidad usé dos tipos de cerebros
para el mismo robot.
El robot es la misma lámpara que vieron,
y le coloque dos cerebros.
Para la mitad de las personas,
puse un cerebro
que es una especie del tradicional,
cerebro robótico calculado.
Espera su turno, analiza todo, planea.
Llamémoslo el cerebro calculado.
El otro tiene más de actor de teatro,
el cerebro que se arriesga.
Llamémoslo el cerebro aventurero.
A veces actúa sin saber
todo lo que tiene que saber.
A veces comete errores y los corrige.
Y los puse hacer esta muy tediosa tarea
que tomó casi 20 minutos
y tenían que trabajar juntos.
De alguna manera simulando
un trabajo de fábrica
de hacer de forma repetitiva lo mismo.
Y lo que descubrí fue que las personas
en verdad amaban
a el robot aventurero.
Y pensaron que era más inteligente,
más comprometido,
un mejor miembro del equipo
que contribuyó más al éxito del equipo.
Incluso lo llamaron 'él' y 'ella',
mientras que las personas
con el cerebro calculado lo llamaron 'eso'.
Y nadie lo llamó 'él' o 'ella'.
Cuando hablaron de ello
después de la tarea
con el cerebro aventurero,
dijeron: "Al final, fuimos buenos amigos
y chocamos las manos mentalmente".
Lo que sea que eso signifique.
(Risas) Suena doloroso.
Mientras que las personas
con el cerebro calculado
dijeron que éste
era como un aprendiz perezoso.
Solo hizo lo que debía hacer y nada más.
Que es casi lo que la gente espera
que los robots hagan,
por lo que me sorprendió
que la gente tuviera mayores expectativas
de los robots, de lo que cualquiera en robótica
pensaría que los robots deberían hacer.
Y en cierto modo, pensé, tal vez es hora...
al igual que el método de actuación
cambió la forma
en que la gente pensaba de la actuación
en el siglo XIX,
de pasar de una muy calculada,
planeada, forma de comportarse,
a una más intuitiva, arriesgada,
corporal forma de comportarse.
Quizá sea hora de que los robots
tengan el mismo tipo de revolución.
Unos años más tarde,
me encontraba en mi siguiente
trabajo de investigación en Georgia Tech, en Atlanta,
y estaba trabajando en un grupo que
lidiaba con músicos robots.
Y pensé, música, es el lugar perfecto
para observar el trabajo en equipo,
coordinación,
sincronización, improvisación...
y solo teníamos este robot tocando marimba.
Marimba, para todos los que como yo
no sepan
es este enorme, xilófono de madera.
Y, cuando miraba esto,
había visto otros trabajos
en improvisación humano-robot...
sí, hay otros trabajos
en improvisación humano-robot...
y también eran un poco como
un juego de ajedrez.
El humano jugaba,
el robot analizaba lo que se tocaba,
improvisaba su propia parte.
Esto es a lo que los músicos llaman
una interacción de llamada y respuesta,
y también se ajusta muy bien,
a los robots y la inteligencia artificial.
Pero pensé, si utilizo las mismas ideas
que usé antes
en la obra de teatro
y en los estudios de trabajo en equipo,
quizá pueda hacer
que los robots toquen juntos
como una banda.
Todos tocando,
nadie se detiene por un momento.
Y así que, intenté hacer las mismas cosas,
esta vez con música,
donde el robot no sabe realmente
lo que se va a tocar.
Solo como que mueve su cuerpo
y utiliza algunas oportunidades para tocar.
Y hace lo que me enseñó mi maestra de jazz
cuando yo tenía 17 años.
Decía, cuando improvisas,
a veces no sabes lo que estás haciendo
y lo sigues haciendo.
Así que intente hacer un robot
que en realidad
no sabe lo que está haciendo,
pero lo sigue haciendo.
Vamos ver a unos segundos
de esta actuación.
Donde el robot escucha al músico humano
e improvisa.
Y luego, miren cómo el músico humano también
responde a lo que el robot está haciendo
y aprende
de su comportamiento.
Y en algún momento incluso
puede ser sorprendido con lo que hace el robot.
(Música)
(Aplausos)
Ser músico, no es solo hacer notas,
de otra manera nadie iría a ver un show en vivo.
Los músicos también
se comunican con sus cuerpos,
con otros miembros de la banda,
con el público,
usan sus cuerpos para expresar la música.
Y pensé, ya tenemos un músico robot
en el escenario,
¿por qué no hacer que sea un músico completo?
Y empecé a diseñar
una cabeza expresiva socialmente
para el robot.
La cabeza en realidad no toca la marimba,
solo expresa cómo es la música.
Estos son algunos bocetos en servilleta
de un bar en Atlanta,
que estaba peligrosamente situado
exactamente a la mitad
entre mi laboratorio y mi casa. (Risas)
Así que pasé, diría que en promedio,
de tres a cuatro horas al día ahí.
Creo. (Risas)
Y volví a mis herramientas de animación
y traté de averiguar
no solo cómo se vería un músico robot,
sino sobre todo
cómo se movería un músico robot.
Algo para demostrar que no le gusta
lo que la otra persona está tocando...
y tal vez para mostrar cualquier ritmo
que esté sintiendo
en el momento.
Así que terminamos consiguiendo el dinero
para construir este robot, lo que fue muy bueno.
Voy a mostrarles ahora
el mismo tipo de ejecución,
esta vez con una cabeza expresiva socialmente.
Y fíjense...
cómo el robot nos muestra
el ritmo que está adquiriendo de los humanos.
También le estamos dando al humano la sensación
de que el robot sabe lo que está haciendo.
Y también cómo cambia la forma
en que se mueve
tan pronto como comienza su propio solo.
(Música)
Ahora me mira para asegurarse
de que estoy escuchando.
(Música)
Y ahora, mira el acorde final de la pieza otra vez,
y esta vez el robot se comunica con su cuerpo
cuando está ocupado haciendo sus propias cosas.
Y cuando ésta listo
coordina el acorde final conmigo.
(Música)
(Aplausos)
Gracias. Espero que vean cuanto esto no...
qué tanto esta parte del cuerpo
que no toca el instrumento
ayuda con la interpretación musical.
Estamos en Atlanta,
así que obviamente algún rapero
entrará en nuestro laboratorio
en algún momento.
Y entró este rapero
y realizó una pequeña actuación con el robot.
Y aquí pueden ver al robot
básicamente respondiendo al ritmo y...
observen dos cosas.
Una, qué tan irresistible es
unirse con el robot mientras
éste mueve su cabeza.
y como que quieren mover su cabeza
cuando la mueve.
Y segundo, aunque el rapero
está realmente centrado en su iPhone,
tan pronto como el robot se voltea hacia él,
éste voltea también.
Así que aunque
esta solo en la periferia de su visión.
solo en la esquina de su ojo, es muy poderoso.
Y la razón es que no podemos ignorar
cosas físicas moviéndose en nuestro entorno.
Estamos conectados para eso.
Así que si tienen un problema
quizás con sus compañeros
que miran demasiado el iPhone
o demasiado a su smartphone,
tal vez quieran tener ahí un robot
para llamar su atención. (Risas)
(Música)
(Aplausos)
Solo para presentarles al último robot
con el que hemos trabajado
que surgió de algo
sorprendente que encontramos:
En algún momento a la gente ya no le importaba
que el robot fuera tan inteligente,
y que pudiera improvisar y escuchar,
y que hiciera todas estas cosas de Inteligencia
corporal que he pasado años desarrollando.
A ellos realmente les gustaba que el robot
disfrutara la música. (Risas)
Y no dijeron que el robot
se movía con la música,
dijeron que el robot disfrutaba la música.
Y pensamos, ¿por qué no tomamos esta idea?
y diseñé un nuevo artículo.
Esta vez no era una lámpara de escritorio;
era una base de altavoces.
Era una de esas cosas en las que
conectas tu smartphone.
Y pensé, qué pasaría
si su base de altavoces
no solo reprodujera la música
si no que la disfrutara también. (Risas)
Y de nueva cuenta,
aquí están algunas pruebas de animación
desde una etapa temprana. (Risas)
Y así es como lucía el producto final.
(Música "Drop It Like It's Hot")
Mucho movimiento de cabeza.
(Aplausos)
Mucho movimiento
de cabeza en el público,
así que aún podemos ver,
que los robots influencian a la gente.
Y no es solo diversión y juegos.
Creo que una de las razones
por lo que me importan tanto
los robots que utilizan
su cuerpo para comunicarse
y usan su cuerpo para moverse.
voy a contarles un secreto que nosotros
los especialistas en robótica escondemos...
es que cada uno de ustedes
va a vivir con un robot
en algún momento de su vida.
En algún lugar en su futuro
va a existir un robot en su vida.
Y si no es en la suya,
entonces en la vida de sus hijos.
Y quiero que estos robots sean...
sean más fluidos, más cautivadores,
con más gracia.
de lo que actualmente parecen ser.
Y por eso creo que tal vez los robots
necesitan ser menos
como jugadores de ajedrez
y más como actores en escena
y más como músicos.
Tal vez deberían
poder arriesgarse e improvisar.
Y tal vez deberían ser capaces de anticipar
lo que estás apunto de hacer.
Y tal vez necesiten poder cometer errores
y corregirlos,
porque al final somos humanos.
Y tal vez al igual que los humanos,
los robots son un poco menos que perfectos
son solo perfectos para nosotros.
Gracias.
(Aplausos)