Quiero ofrecerles un nuevo punto de vista. Suena pomposo, y lo es. Salí de Irlanda ayer por la mañana. Viajé de Dublín a Nueva York sola. Pero el diseño de un aeropuerto, un avión y una terminal ofrecen poca independencia si uno mide 105,5 cm de alto. Para los estadounidenses son 3 pies 5 pulgadas. Los trabajadores de la aerolínea me desplazaban en silla de ruedas. No necesito una silla de ruedas, pero el diseño de un aeropuerto y su falta de accesibilidad hacen que esa sea mi única manera de acceder. Con la maleta de mano a mis pies, me pasaron por el control de seguridad y pre-embarque para llegar a la puerta de embarque. Uso los servicios de accesibilidad en el aeropuerto porque la mayor parte de la terminal simplemente no está diseñada conmigo en mente. El control de seguridad, por ejemplo. No tengo la fuerza suficiente como para levantar mi maleta desde el suelo hasta la cinta transportadora. Estoy a su altura. Y quienes atienden ese espacio, por razones de seguridad, no pueden ayudarme y no puedo hacerlo sola. El diseño inhibe mi autonomía y mi independencia. Pero viajar con este tamaño, no es del todo malo. El espacio para las piernas en la clase turista para mí parece preferente. (Risas) A menudo olvido mi estatura. Pero el entorno físico y la sociedad me lo recuerdan. Usar un baño público es una experiencia insoportable. Entro en el cubículo, pero no llego a la cerradura de la puerta. Soy creativa y resistente. Busco alrededor si hay una papelera que pueda usar como escalera. ¿Es seguro? En realidad no. ¿Es higiénico y sanitario? Definitivamente no. Pero la alternativa es mucho peor. Si eso no funciona, uso mi teléfono. Eso me da de 12 a 18 cm adicionales, y trato de cerrar la puerta con el iPhone. Me imagino que no es lo que Jony Ive tenía en mente cuando diseñó el iPhone, pero funciona. La alternativa es acercarme a un extraño. Le pido mil disculpas, y que haga guardia en la puerta. Lo hace, y salgo agradecida pero absolutamente mortificada, y espero que no note que salí del baño sin lavarme las manos. Llevo el desinfectante de mano cada día porque el fregadero, dispensador de jabón, secador de manos y el espejo están todos fuera de mi alcance. El cuarto de baño accesible es una opción. En ese espacio, puedo alcanzar la cerradura de la puerta, el fregadero, el dispensador de jabón, el secador de manos y el espejo. Sin embargo, no puedo usar el inodoro. Está deliberadamente diseñado más alto para que los usuarios de silla de ruedas puedan trasladarse fácilmente. Es una innovación maravillosa y necesaria, pero si en diseño describimos un nuevo proyecto o idea como accesible, ¿qué significa eso? ¿A quién es accesible? ¿Y a qué necesidades no está respondiendo? El baño es un ejemplo de cómo el diseño impacta mi dignidad, pero el ambiente físico me afecta de manera mucho más informal también, algo tan simple como pedir un café. Lo admito, bebo demasiado café. Tomo latte descremado de vainilla, pero trato de alejarme del jarabe. La cafetería no está bien diseñada, por lo menos no para mí. Cola, estoy de pie al lado del gabinete de pastelería y el barista llama para el próximo pedido. "¡Siguiente, por favor!", grita. No puede verme. La persona a mi lado en la cola señala mi existencia y todo el mundo está avergonzado. Pido lo más rápidamente posible y avanzo para conseguir mi café. Ahora, piensen un segundo. ¿Dónde lo ponen? Alto y sin tapa. Llegar a recoger un café que he pagado es una experiencia increíblemente peligrosa. Pero el diseño también afecta la ropa que quiero usar. Quiero prendas que reflejen mi personalidad. Es difícil encontrar en la tienda de ropa para niños. Y a menudo la ropa de mujer requiere demasiados ajustes. Quiero zapatos acordes a mi madurez, profesionalidad y sofisticación. En cambio, ofrecen zapatillas de deporte con correas de velcro y zapatos con luz. No estoy totalmente en contra de la luz de los zapatos. (Risas) Pero el diseño también afecta a cosas tan sencillas como sentarse en una silla. No puedo pasar con gracia de estar de pie a estar sentada. Debido a los estándares de las alturas de diseño de las sillas, tengo que apoyarme en manos y rodillas solo para subir a la silla, y soy consciente de que podría volcar en cualquier momento. Pero si bien el diseño me impacta ya sea una silla, un cuarto de baño, una cafetería, o una prenda de vestir, confío y me beneficio de la bondad de los extraños. Pero no todo el mundo es tan agradable. Recuerdo mi baja estatura cuando un extraño me señala, me mira fijo, se ríe, me insulta, o me toma una foto. Esto me sucede casi a diario. El surgimiento de los medios sociales me ha dado una oportunidad; es una plataforma para tener una voz como un blogger y como activista, pero también me pone nerviosa convertirme en un meme o en una sensación viral, sin mi consentimiento. Así que ahora tomémonos un momento para dejar algo muy en claro. La palabra "enano" es un insulto. Viene de la época del circo Barnum y sus espectáculos de monstruos. La sociedad ha evolucionado. Y nuestro vocabulario debe evolucionar. El lenguaje es una herramienta poderosa. No solo nomina a nuestra sociedad, sino que le da forma. Estoy increíblemente orgullosa de mi estatura, de haber heredado la acondroplasia. Pero más orgullosa, de ser Sinéad. La acondroplasia es la forma más común de enanismo. La acondroplasia puede traducirse como "sin formación de cartílago". Tengo extremidades cortas y rasgos faciales acondroplásicos, mi frente y mi nariz. Mis brazos no se enderezan por completo, pero puedo lamer mi codo. No lo voy a demostrar. La acondroplasia se produce en uno de cada 20 000 nacimientos. El 80 % de las personas de baja estatura nacen de padres de talla media. Eso significa que cualquiera en esta sala podría tener un hijo con acondroplasia. Sin embargo, la heredé de mi papá. Me gustaría mostrarles una foto de mi familia. Mi madre tiene altura promedio, mi padre es de baja estatura, y yo soy la mayor de cinco hijos. Tengo tres hermanas y un hermano. Todos tienen altura media. Soy increíblemente afortunada de haber nacido en una familia que cultivó mi curiosidad y mi tenacidad, que me protegió de la maldad y de la ignorancia de los extraños y eso me armó con la resiliencia, la creatividad y la confianza que necesitaba para sobrevivir y manipular el ambiente físico y la sociedad. Si tuviera que identificar una razón de por qué tengo éxito, es porque fui y soy una niña amada, una niña amada llena de insolencia y sarcasmo, pero niña amada al fin. Para que tengan una idea de quién soy hoy, quería darles una nueva perspectiva. Quería desafiar la idea de que el diseño es solo una herramienta para crear función y belleza. El diseño afecta en gran medida a la vida de las personas, a todas las vidas. El diseño es una forma en la que podemos sentirnos incluidos en el mundo, pero también una manera en la que podemos defender la dignidad de una persona y sus derechos humanos. El diseño puede causar vulnerabilidad a un grupo cuyas necesidades no son consideradas. Así que hoy, quiero que replanteen sus puntos de vista. ¿Para quiénes no estamos diseñando? ¿Cómo podemos amplificar sus voces y sus experiencias? ¿Cuál es el siguiente paso? El diseño es un privilegio enorme, pero es una responsabilidad mayor. Quiero que abran los ojos. Muchas gracias. (Aplausos)