Gracias.
Mi abuelo falleció en agosto de 2010.
Su muerte me afectó enormemente.
Comencé a entender
lo valiosa que es la vida
cuando me di cuenta de la verdadera
vulnerabilidad de los ancianos.
Con apenas 10 años,
la vulnerabilidad y soledad de las
personas mayores me dejó impresionado.
Ver a alguien a quien amas muchísimo
en un estado tan frágil y triste
me partió el corazón.
Quería marcar una diferencia
en la vida de los ancianos
en honor a mi abuelo.
Esto me motivó a comenzar como voluntario
en el hogar de ancianos de mi barrio.
Allí tuve la gran oportunidad
de establecer fuertes vínculos
con muchos residentes.
Lamentablemente, muchos
de mis viejos amigos se fueron.
En particular,
forjé una hermosa amistad con
una mujer adorable llamada Cynthia.
Desgraciadamente, yo era su única visita.
Entraba a su cuarto
todos los domingos a la tarde,
emocionado por zambullirme
en sus antepasados,
participar de un acalorado debate
sobre políticas sanitarias de Obama,
o simplemente escuchar historias
apasionantes de su infancia.
Era fácil pasar por alto
el laberinto de tubos
que recorrían su habitación
y su incapacidad de mover
la mayoría de su cuerpo,
porque cuando pude conocer
a la maravillosa mujer que habitaba
en aquella Cynthia de 77 años,
supe que había encontrado
una verdadera amiga.
El 7 de febrero de este año
Cynthia falleció,
pero su recuerdo
siempre vivirá en mi corazón.
Ella me hizo ver con claridad
que los ancianos han allanado el camino
hacia el éxito de mi generación,
y tienen tantas experiencias
de un valor incalculable
de las que todos podemos sacar provecho.
Mi experiencia en la residencia
me hizo abrir los ojos
sobre el aislamiento y la soledad
que tantas personas mayores enfrentan.
Pude ver en primera persona
la situación de los residentes de hogares:
tienen poca conexión
con el mundo exterior
y no tienen nada que esperar.
Quería cambiar esto.
Combinando mi pasión por escribir cartas
con mi deseo de retribuir a los ancianos,
fundé una organización
llamada Love for the Elderly.
En nuestro país hay tantas personas
mayores descuidadas, aisladas y olvidadas.
Los ancianos son un grupo
increíble de personas
y merecen ser valorados.
Es tan fundamental que demostremos
cariño y amor a los ancianos,
un conjunto de personas alucinantes
que tienen una sabiduría inmensa
de la que todos podemos aprender.
Aunque vivan en residencias de ancianos,
tal vez inmovilizados
o dependientes de medicamentos,
aun así son seres humanos,
y encima personas increíbles.
¿No te gustaría contar con alguien
que te apoye con amor,
cariño y comprensión,
durante la última
y más preciada etapa de la vida?
Precisamos tratar a las personas mayores
de la forma que merecen ser tratadas.
Desde diciembre de 2013,
vengo juntando cartas cariñosas,
escritas a mano por extraños
de todas partes del mundo,
que luego distribuyo
a diferentes residencias
por todo el país.
Estas cartas son simplemente
notas cortas y cariñosas,
repletas de palabras amorosas,
pensadas para que
quien las reciba se sienta amado,
y así luchar contra el aislamiento
y la soledad en las residencias.
Es muy importante asegurarnos
de que los ancianos sean valorados
y no se sientan solos.
Comencé está organización solo,
en la comodidad de mi sala
escribiendo mis propias cartas.
Rápidamente recibí el apoyo
de algunos amigos,
lo que me obligó a tener que aprender
sobre marcas y marketing,
optimización de buscadores,
(Risas)
y diseño de páginas web.
Hoy, Love for the Elderly creció
mucho más allá de lo que
jamás hubiera imaginado.
Personas del mundo entero
se unieron a mi proyecto
para tratar de difundir
el amor hacia los ancianos.
Al día de hoy,
he recibido más de 10 000 cartas
de 43 países de los seis continentes.
Es realmente reconfortante
ver el apoyo efusivo
que he recibido de diferentes
hogares de ancianos.
(Aplausos)
Esta es una respuesta que recibí
de un hogar en Cedar Rapids, Iowa,
llamado Prairie Hills Nursing Home:
"Recién terminamos de distribuir
la pila de cartas
que tu organización nos mandó y ¡guau!
¡Estamos impresionados!
Les dimos las cartas después de cenar,
¡y todos se fueron a dormir
con una sonrisa!
Las cartas son maravillosas,
¡son verdaderos regalos de amor y cariño!
Muchísimas gracias
por mandar estas cartas.
¡No tiene precio ver
las sonrisas en los rostros
de los ancianos al leer las cartas!"
Es tan reconfortante
recibir estas respuestas,
y continúan motivándome
para marcar una diferencia
en la vida de los ancianos.
Ya sea a través de mi organización,
o tan solo volviendo a conectarse
con ancianos de su entorno,
Uds. pueden generar un cambio
en la vida de las personas mayores.
El cariño es como una chispa:
una vez encendida,
se propaga descontroladamente.
Enciendan su chispa.
(Aplausos)
(Ovación)
Creo que todos tienen una tarjeta
atrás de sus credenciales.
Pueden tomar las tarjetas,
y junto con el bolígrafo
que recibieron cuando llegaron,
me gustaría muchísimo
que todos escriban
una carta para mi organización.
Las cartas son simplemente
notas cortas y cariñosas,
repletas de palabras amorosas,
pensadas para que
quien las reciba se sienta amado,
cuéntenles sobre Uds.,
un chiste o una adivinanza,
y asegúrense de que ellos sepan
que son valorados.
Diríjanse a ellos con un "Querido amigo",
o hasta un simple "¡Hola!".
Una persona puede marcar una diferencia
y todos deberían intentarlo.
Y vamos a intentarlo ahora mismo.
Bob Herzog: ¿Te das cuenta de
que una sala repleta de adultos
está haciendo lo que tú les has pedido?
(Risas)
¿Sabes lo genial que es esto?
¿Lo sabes, cierto?
(Risas)
Jacob Cramer: Muchas gracias a todos
por sus cartas para mi organización
y por ser un público maravilloso,
les agradezco mucho.
BH: ¿Qué les pareció?
¡Gracias amigo! Gracias.
(Aplausos)