Una manada de ñus, un banco de peces, una bandada de pájaros. Muchos animales se reúnen en grandes grupos que son algunos de los espectáculos más maravillosos en el mundo natural. Pero ¿por qué se forman estos grupos? Las respuestas más comunes incluyen cosas como la búsqueda de seguridad en los números o la caza en grupos o reunirse para aparearse o reproducirse, y todas estas explicaciones, aunque a menudo verdaderas, hacen una gran suposición sobre el comportamiento animal, que los animales están en control de sus propias acciones, que están a cargo de sus cuerpos. Y que a menudo ese no es el caso. Esta es Artemia, un camarón de salmuera. Probablemente lo conocen mejor por mono del mar. Es pequeño y, por lo general vive solo, pero puede reunirse en estos grandes enjambres de color rojo en extensiones de metros, y que se forman debido a un parásito. Estos camarones están infectadas con una tenia. Una tenia es efectivamente un gusano largo, que vive en el intestino con los genitales en un extremo y una boca de gancho en el otro. Como periodista free lance, me compadezco. (Risas) La tenia drena los nutrientes del cuerpo de la Artemia, pero también hace otras cosas. Los castra, cambia su color de transparente a rojo brillante, los hace vivir más tiempo, y como el biólogo Rode Nicolas ha encontrado, los hace nadar en grupos. ¿Por qué? Debido a que la tenia, al igual que muchos otros parásitos, tiene un ciclo de vida complicado que involucra diferentes huéspedes. Los camarones son solo un paso en su viaje. Su destino final es este, el flamenco. Solo en un flamenco la tenia se puede reproducir, por lo que para llegar allí, manipula a sus anfitriones camarones en la formación de estas nubes de colores llamativos que son más fáciles de detectar para un flamenco y ser devorados y ese es el secreto del enjambre Artemia. No son sociables por su propia voluntad, sino debido a que están siendo controlados. No es la seguridad en los números. En realidad es exactamente lo contrario. La tenia secuestra sus cerebros y sus cuerpos, convirtiéndolos en vehículos que las lleve dentro de un flamenco. Aquí está otro ejemplo de una manipulación parasitaria. Se trata de un grillo suicida. Este grillo se tragó las larvas de un gusano gordiano, o gusano de crin. El gusano creció hasta el tamaño adulto dentro de ella, pero necesita entrar en el agua con el fin de aparearse y lo hace mediante la liberación de proteínas que confunden al cerebro del grillo haciendo que se comporte de forma errática. Cuando el grillo se acerca a un cuerpo de agua, como esta piscina, salta y se ahoga, y el gusano se escape del cadáver suicida. Los grillos son muy espaciosos. ¿Quién lo hubiera imaginado? La tenia y el gusano gordiano no están solos. Son parte de toda una cabalgata de parásitos que controlan la mente, de los hongos, los virus y los gusanos e insectos y más que todos se especializan en subvertir y reemplazar las voluntades de sus anfitriones. Ahora, me enteré de esta forma de vida a través de "La vida a prueba" de David Attenborough hace unos 20 años y más tarde a través de un libro maravilloso llamado "Parasite Rex" de mi amigo Carl Zimmer. Y he estado escribiendo acerca de estas criaturas desde entonces. Pocos temas en la biología me cautivan más. Es como si los parásitos hubiesen trastornado mi propio cerebro. Porque después de todo, ellos siempre son convincentes y son deliciosamente macabros. Cuando se escribe sobre los parásitos, el léxico se incrementa con frases como "devorado vivo" y "estalla de su cuerpo". (Risas) Pero hay más que eso. Soy un escritor y los colegas escritores en la audiencia sabrán que amamos las historias. Los parásitos nos invitan a resistirnos a la atracción de las historias obvias. Su mundo es de giros en la trama y de explicaciones inesperadas. ¿Por qué, por ejemplo, esta oruga empieza a golpear violentamente cuando otro insecto se acerca a ella y a esos capullos blancos que parece que les está haciendo guardia? ¿Es tal vez la protección de sus hermanos? No. Esta oruga fue atacada por una avispa parásita que puso huevos en su interior. Los huevos eclosionaron y las jóvenes avispas devoraron la oruga viva antes de estallar fuera de su cuerpo. ¿Ven lo que quiero decir? Ahora, la oruga no murió. Algunas de las avispas parecían haberse quedado y la controlan en defensa de sus hermanos que se metamorfosean en los adultos dentro de los capullos. Esta oruga es un zombi guardaespaldas que se golpea la cabeza en defensa de las crías de la criatura que la mataron. (Aplausos) Tenemos mucho para repasar. Solo tengo 13 minutos. (Risas) Ahora, algunos de Uds. probablemente arañan desesperadamente un poco de consuelo en la idea de que estas cosas son rarezas del mundo natural, que son extrañezas, y ese punto de vista es comprensible, porque por su naturaleza, los parásitos son bastante pequeños y pasan mucho de su tiempo dentro de los cuerpos de otras cosas. Son fáciles de pasar por alto, pero eso no quiere decir que no sean importantes. Hace unos años, un hombre llamado Kevin Lafferty llevó a un grupo de científicos dentro de tres estuarios de California y prácticamente pesaron y diseccionaron y grabaron todo lo que pudieron encontrar y lo que encontraron fue parásitos en abundancia extrema. Especialmente comunes fueron los trematodos, pequeños gusanos que se especializan en castrar a sus anfitriones como este desafortunado caracol. Ahora, un único trematodo es pequeño, microscópico, pero en conjunto pesaron tanto como todos los peces en los estuarios y tres a nueve veces más que todos los pájaros. ¿Y recuerdan el gusano gordiano que les mostré, el grillo? Un científico japonés llamado Takuya Sato encontró que en una sola corriente, estas cosas conducen tantos grillos y langostas al agua que los insectos ahogados constituyen alrededor del 60 % de la dieta de la trucha local. La manipulación no es una rareza. Es una parte crítica y común del mundo que nos rodea, y los científicos han descubierto ahora cientos de ejemplos de tales manipuladores, y más emocionante, están empezando a entender exactamente cómo estas criaturas controlan a sus huéspedes. Este es uno de mis ejemplos favoritos. Este es Ampulex compressa, la avispa esmeralda cucaracha, y es una verdad universalmente reconocida que una cucaracha avispa esmeralda en posesión de algunos huevos fertilizados necesita a una cucaracha. Cuando encuentra una, la apuñala con un aguijón que también es un órgano sensorial. Este descubrimiento salió hace tres semanas. Ella apuñala con un aguijón que es un órgano de los sentidos equipado con pequeñas protuberancias sensoriales que le permiten sentir la textura distintiva del cerebro de una cucaracha. Así como una persona enraíza ciegamente en una bolsa, ella encuentra el cerebro, y le inyecta un veneno en dos grupos muy específicos de neuronas. Los científicos israelíes Frederic Libersat y Ram Gal encontraron que el veneno es un arma química muy específica. No mata a la cucaracha, ni la seda. La cucaracha podría alejarse o volar o correr si lo decidiera, pero no lo hace, debido a que el veneno inhibe su motivación para caminar y solo eso. La avispa básicamente desmarca la casilla de escape-del-peligro en el sistema operativo de la cucaracha, lo que le permite llevar a su víctima indefensa de vuelta a su guarida por sus antenas como una persona que pasea un perro. Y una vez allí, pone un huevo en ella, el huevo eclosiona, devorándola viva, estalla fuera del cuerpo, ta ta ta, conocen el ejercicio. (Risas) (Aplausos) Ahora yo diría que, una vez picada, la cucaracha no es una cucaracha más. Es más bien una extensión de la avispa, al igual que el grillo era una extensión del gusano gordiano. Estos anfitriones no conseguirán sobrevivir o reproducirse. Ellos tienen tanto control sobre su propio destino como mi coche. Una vez que los parásitos entran, los anfitriones no tienen voz. Ahora los seres humanos, por supuesto, no son ajenos a la manipulación. Tomamos drogas para cambiar la química de nuestro cerebro y para cambiar nuestro estado de ánimo, y ¿qué son los argumentos o la publicidad o las grandes ideas si no un intento de influir en la mente de otra persona? Pero nuestros intentos de hacer esto son crudos y torpes en comparación a la especificidad de grano fino de los parásitos. Don Draper solo desea que él fuera tan elegante y preciso como la avispa esmeralda cucaracha. Ahora, creo que esto es parte de lo que hace a los parásitos tan siniestros y tan convincentes. Damos tanto valor a nuestro libre albedrío y nuestra independencia que la posibilidad de perder esas cualidades por fuerzas invisibles sustenta muchos de nuestros temores sociales más profundos. Distopías orwellianas y cábalas sombrías y supervillanos que controlan la mente, estos son los tropos que llenan nuestra ficción más oscura, pero en la naturaleza, ocurre todo el tiempo. Lo que me lleva a una evidente e inquietante pregunta: ¿Hay oscuros parásitos siniestros influyendo en nuestro comportamiento sin que sepamos de ellos, además de la NSA? Si hay alguno... (Risas) (Aplausos) Tengo un punto rojo en la frente, ¿cierto? (Risas) Si los hay, este es un buen candidato para ello. Este es el Toxoplasma gondii, o Toxo, para abreviar, porque la criatura terrorífica siempre merece un apodo lindo. Toxo infecta a los mamíferos, a una amplia variedad de mamíferos, pero solo puede reproducirse sexualmente en un gato. Y los científicos como Joanne Webster han demostrado que si Toxo entra en una rata o un ratón, este se convierte en un misil roedor en busca de gatos. Si la rata infectada huele el olor delicioso de la orina de gato, corre hacia la fuente del olor en lugar de la dirección apropiada de alejarse. El gato se come la rata. Toxo tiene relaciones sexuales. Es el cuento clásico de la Comer, Rezar, Amar. (Risas) (Aplausos) Uds. son personas generosas, caritativas. Hola, Elizabeth, me encantó tu charla. ¿Cómo controla el parásito a su huésped de esta manera? En realidad no lo sabemos. Sabemos que Toxo libera una enzima que produce dopamina, una sustancia involucrada en la recompensa y la motivación. Sabemos que se dirige a ciertas partes del cerebro de un roedor, incluyendo aquellos involucrados en la excitación sexual. Pero ¿cómo las piezas del rompecabezas encajan entre sí, no está claro de momento. Lo que está claro es que esta cosa es una sola célula. No tiene sistema nervioso. No tiene consciencia. Ni siquiera tiene un cuerpo. Pero ¿está manipulando un mamífero? Somos mamíferos. Somos más inteligentes que una simple rata, seguro, pero nuestros cerebros tienen la misma estructura básica, los mismos tipos de células, las mismas sustancias químicas que circulan en sus cuerpos y los mismos parásitos. Las estimaciones varían mucho, pero algunos datos sugieren que una de cada tres personas en todo el mundo tienen Toxo en sus cerebros. Ahora normalmente, esto no conduce a ninguna enfermedad manifiesta. El parásito se mantiene en un estado latente durante un largo período. Pero hay alguna evidencia de que las personas que son portadoras tienen una puntuación ligeramente diferente en cuestionarios de personalidad que las demás personas, que tienen un riesgo ligeramente más alto de accidentes de tráfico, y hay alguna evidencia de que las personas con esquizofrenia son más propensas a ser infectadas. Ahora, creo que esta evidencia aún no es concluyente, e incluso entre Toxo investigadores, las opiniones están divididas en cuanto a si el parásito está influyendo verdaderamente nuestro comportamiento. Pero dada la naturaleza generalizada de esas manipulaciones, sería completamente inverosímil que los seres humanos seamos la única especie que no se vean afectados de forma similar. Y creo que esta capacidad de trastornar constantemente nuestra forma de pensar acerca del mundo hace increíbles a los parásitos. Constantemente nos invitan a soslayar al mundo natural y a preguntar si los comportamientos que estamos viendo, son simples y obvios o desconcertantes y enigmáticos, si no son el resultado de los individuos actuando a través de su propia voluntad pero debido a que se están sujetos al control de algo más. Y aunque esa idea puede ser inquietante y aunque los hábitos de los parásitos pueden ser muy espantosos, creo que la capacidad de sorprendernos los hace tan maravillosos y tan carismáticos como cualquier panda o mariposa o delfín. Al final de "El Origen de las Especies", Charles Darwin escribe acerca de la grandeza de la vida, y de infinidad de formas muy bellas y de lo más maravillosas y me gusta pensar que podría fácilmente haber estado hablando sobre una tenia que hace que al camarón sociable o una avispa que se lleva a las cucarachas para pasear. Pero tal vez, eso es solo una conversación de parásito. Gracias. (Aplausos)