*El Arte ...* *... en cuestión* Un hombre ... ...entre las rocas... ...en las afueras de la ciudad. Un cuadro de Giovanni Bellini. ¿Un héroe buscando la inspiración en un bello paisaje? Mucho mejor que esto: el campeón absoluto de la vida sencilla y de la armonía con la naturaleza... ... san Francisco de Asís ... ... ¡en un paisaje donde se percibe lo fantástico! Dos soles iluminan la escena: uno en la dirección hacia donde mira el Santo el otro, en el fondo y las palmas de sus manos sangran. Estas últimas nos recuerdan un milagro que los predecesores de Bellini no dudan en representar de manera espectacular : criaturas celestes, rayos de luz, heridas abiertas. Entonces ¿por qué esta discreción? Han transcurrido 250 años desde la muerte de san Francisco el cuadro inmensamente lujoso ha pasado entre las manos de varios ediles de Venecia ...entre los cuales un riquísimo banquero negociante: ¿de veras creerán en la pobreza pregonada por san Francisco? Bellini, pintor y erudito del Renacimiento, ¿sería reticente hacia los milagros ...que perturban el orden propio de la naturaleza? O más bien, ¿san Francisco sirve de pretexto para pintar un magnífico paisaje? *Bellini - San Francisco en el desierto* *¿Más bien un paisaje que un milagro?* Parte 1. *El milagro natural* Volver natural el milagro, ¿eso será el deseo de Bellini? En primer plano, está el lugar sagrado del santo, retirado en la montaña,... ...cerca de una gruta amueblada. En segundo plano, un paisaje de campiña separado por un relieve escarpado y una barrera vegetal. Y, detrás de un río, la civilización urbana: una ciudad... ...y edificios posados en las cumbres de las colinas, bajo de un cielo sereno. Solidamente plantado en su sayal, el santo está al mismo tiempo en el mundo y fuera del mundo, fijando la mirada en una misteriosa fuente de luz. ¿Será el sol de otoño? Dado que está boquiabierto o cantando Dado este conejo desorientado fuera de la madriguera ese bastón y esas sandalias, abandonados detrás de él o ese follaje iluminado de frente... aunque los muros a lo lejos se quedan en la sombra... ...uno pensaría en un evento más fortuito. ¿Será la aparición del ángel, del Serafín, a san Francisco? Según la leyenda, se hubiera hecho de día en plena noche, para gran sorpresa de los pastores aledaños. Eso podría explicar por qué duerme la ciudad: ¡en ella no se ve ni una alma! Pero aquí, ninguna huella física del Serafín: la luminosidad podría provenir de un cometa, y la del segundo plano, del sol. La osadía del pintor va aún más lejos. Lo esencial del milagro, eran estos cinco estigmas, las mismas heridas que las infligidas a Cristo en la cruz que san Francisco recibía arrodillado. Pero aquí, el santo está de pie y los estigmas han sido pintados tan superficialmente sobre el pie izquierdo que se han borrado. ¡Y son de una sangre humana! Pero, las primeras biografías [del santo] evocan la carne metamorfoseada en clavos [parduscos]... ...y una herida en el flanco, la que distinguía a Cristo de los otros crucificados... ...no está representada en el cuadro. La estigmatización hasta se vuelve metafórica: los rayos de la luz y los rayos de la perspectiva que atraviesan al santo los brazos abiertos... ...evocan una crucifixión virtual sobre este crucifijo, pintado a la orilla del cuadro. He aquí el recuerdo del milagro, pero no necesariamente el milagro mismo. El verdadero tema del cuadro es la comunión del santo con la naturaleza. ¿Cómo un paisaje tranquilo le puede quitar el protagonismo a una intervención divina? Parte 2. ¿La Naturaleza versus la ciudad? No existe ningún río ni ciudad cerca del verdadero Monte Alverno, lugar habitual de retiro del santo. Por lo que este paisaje no es la naturaleza l, ¡sino una ficción inventada por Bellini! Esta ciudad representa la vida pasada de Francisco: La vida de un "júnior" arrogante, proveniente de una familia de mercaderes de telas. La vida también de una nueva burguesía que hace la prosperidad de las ciudades italianas gracias al comercio y a las finanzas y que se preocupa por su salvación. Una vida a la cual da la espalda san Francisco: renuncia a sus bienes; en el cuadro, el puente que lleva a la ciudad está simbólicamente cortado cada nudo de su sayal representa un voto: pobreza... castidad... obediencia... ...que, por lo visto, el santo pone en práctica: - Modesta jarra en vez de comida - Campana portátil en vez de iglesia - Un libro y un pergamino como única ocupación intelectual... - Una garza como símbolo de fidelidad hacia la Iglesia... ...o de la pasada vida de lujuria y el asno como transporte y símbolo de servidumbre. Pero la ciudad tampoco está diabolizada: - el burro recuerda que Jesús volvió a Jerusalén. - y el pastor recuerda que hay que predicar donde están las "ovejas extraviadas". San Francisco les ofrece un modelo a seguir: el de la gratitud La mirada está dirigida hacia la luz: como el pájaro, parece cantar un himno destinado al Creador... ...y su cuerpo hace eco a la inclinación del laurel. Pero esta naturaleza tampoco es un jardín de Eden ...ya que el trabajo manual responde al don providencial de la naturaleza: - la gruta se vuelve un habitat - la vid, una pérgola -una falla natural se transforma en jardín - la fuente, una grifo. En lugar de imitar a Cristo en su sacrificio sobre la cruz,... ...Bellini propone la vía moderada de la oración y de la caridad. Una capilla... ...o un cuadro religioso... ...son un medio para el rico de ejercer la caridad... ...para tener la esperanza de ganarse el paraíso. Y en la época del cuadro, los franciscanos introducen los Montes de Piedad en Italia para prestar a los más pobres. La pobreza de san Francisco se transformó en una * economía de la donación* que contribuye al poderío de los franciscanos. Controlan centenares de edificios en el centro de las ciudades y ya dieron dos Papas a la Iglesia. Por lo tanto, ¿estará Bellini únicamente al servicio del pensamiento franciscano? Parte 3. La religión de la naturaleza Bellini no inventó el paisaje sagrado. Tradicionalmente, es un fondo liso que denota la pertenencia del *santo personaje* a *otro espacio* que el del espectador. Pero desde el principio del siglo XV, el interés por el paisaje se refuerza en el arte tanto italiano como francés. Como lo atestigua esta biografía de san Antonio: Mientras que la mayoría de los episodios adoptan un cielo dorado o un ambiente de iglesia los episodios donde el santo en el desierto es puesto a prueba de las tentaciones terrenales se convierten en auténticos paisajes. Como en el desierto de san Francisco: tenemos un verdadero cielo degradado azul, amarillo y blanco. Y gracias al punto de observación elevado, la mirada puede otear un territorio en su profundidad. En la misma época, los pintores flamencos van aún más lejos en la imbricación de lo sagrado y de lo profano: Van Eyck representa a la Virgen directamente frente al comanditario del cuadro, el Canciller Rolin. Gracias al paisaje en segundo plano, este político compara la imagen idealizada de su territorio ...a una ciudad ideal... ...de la cual la Virgen sería la reina. A pesar de estas almenas que la separan del mundo profano, ¡casi está instrumentalizada por el poder político! ¿Cómo evitar que el paisaje destruya la *separación necesaria* entre profano y sagrado? Para evitar este escollo, Bellini propone tres soluciones a este problema. Primera solución: recurrir a un pavimento y a sólidas balaustradas, para aislar al Cristo resucitado, del común de los mortales... ...o a la Virgen y a los mártires, del mundo terrestre con sus ermitaños y centauros. Como en esta transfiguración donde una grieta y una valla de madera nos aíslan del monte donde ocurre el milagro... ...aquí, sólo los accidentes del terreno bastan para mantenernos alejados. Es más, la variedad y la precisión de los detalles hacen olvidar su carácter ficticio: en verdad creemos ver las bellezas de la naturaleza. Una naturaleza tan agradable que hasta parece bondadosa, y tan bondadosa que pensamos que ha sido creada *para nosotros* por un autor divino. Segunda solución: identificar a *los santos personajes*. Más que usar la tradicional aureola... Bellini confiere a san Francisco una actitud misteriosa. Se debe al contraste entre: una *presencia física* extremadamente fuerte y nítida... ...que se destaca sobre un soporte de roca clara... ...y una *actitud de éxtasis*: está a la vez *frente a nosotros y sin embargo su atención está en otra parte*. Tercera solución: la luz. Bellini pinta sobreponiendo capas muy finas: que crean efectos de transparencia,... Pero también la impresión de luminiscencia de algunas superficies, como la piedra: las capas claras profundas iluminan la superficie. El san Francisco de Bellini aparece finalmente como uno de los sutiles ancestros de lo "fantástico":... dentro de una naturaleza ordinaria, la actitud de un personaje, una atmósfera luminosa, unos detalles extraños sugieren la presencia de lo sobrenatural. Próximo episodio: *el Joven Caballero* de Carpaccio *Las promesas de un joven caballero* * Más información en: www.canal-educatif.fr Escrito y realizado por: Producido por. Consejero científico: Esta película existe gracias al apoyo de mecenas (¿Usted, por qué no?) y del Ministerio de la Cultura Voz off: Montaje y videografismo: Postproducción y grabación sonora: Selección de música Música Créditos fotográficos Agradecimientos Traducción subtítulos: Elisabeth Ramírez Una película CED