Reliquias hundidas,
naufragios fantasmales,
y ciudades perdidas.
No son solo maravillas de
las aventuras de ficción.
Bajo la superficie del océano,
hay ruinas alguna vez
habitadas por personas
y naufragios cargados
con artefactos de otro tiempo.
Este es el dominio de la
arqueología subacuática, donde
los investigadores descubren y estudian
artefactos humanos colados en el mar.
No va a por la búsqueda del tesoro.
La arqueología subacuática
revela información importante
sobre climas y costas antiguos,
nos cuentan cómo navegaban
los humanos los mares,
y cómo era la vida hace milenios.
Entonces, ¿qué podemos encontrar?
A poca profundidad mezclados
con artículos de hoy en día,
hemos descubierto todo tipo
de objetos antiguos.
Esta zona contiene evidencia de cómo
pescaban nuestros antepasados,
cómo reparaban sus barcos,
cómo trataban la basura,
e incluso sus piratas condenados,
enterrados bajo la línea de la marea.
Y no es solo nuestra historia reciente.
Se encontraron huellas de 800 000 años
en la costa de Norfolk, Gran Bretaña.
En estas aguas poco profundas,
se vislumbran restos de ciudades
sumergidas desde el fondo del mar,
depositados allí por terremotos,
tsunamis,
y placas tectónicas.
En estas aguas poco profundas puede
hallarse casi toda ciudad sumergida
porque el nivel del mar ha cambiado poco
en los varios miles de años
que han existido civilizaciones
que construyeron ciudades.
Por ejemplo, en aguas poco profundas
de la costa italiana se encuentra Baia,
una ciudad costera romana de
más de 2000 años de antigüedad.
Allí, es posible nadar entre
las ruinas de las estructuras
construidas por grandes familias,
senadores y emperadores de Roma.
Y luego están los naufragios.
Conforme los barcos son muy viejos para
trabajar, se los suele abandonar cerca
de la costa, en lugares como estuarios,
ríos y bahías poco profundas.
Los arqueólogos los usan para ver
picos y caídas de un puerto,
y para obtener pistas sobre el arte
histórico de construir barcos.
En Roskilde en Dinamarca, por ejemplo,
cinco barcos hundidos deliberadamente
revelan cómo los vikingos hacían a mano
sus temibles barcos hace 1000 años.
Descendiendo un poco más,
llegamos a la zona donde se encuentran
las estructuras humanas más profundas,
como antiguas paredes y llaves del puerto.
También vemos más naufragios hundidos
por tormentas, guerras y colisiones.
Todavía hoy estamos excavando
muchos de estos restos,
como el barco de Barbanegra,
que revela secretos sobre la vida
del pirata del siglo XVIII.
Pero pasados los 15 m, hay naufragios
aún más profundos, mejor conservados,
como el naufragio de Anticitera,
que ocurrió en el siglo I a.C.
Cuando se descubrió, contenía estatuas,
carga de comercio,
y la computadora más antigua
que se conoce,
un dispositivo misterioso llamado
mecanismo de Anticitera
que seguía los cambios astronómicos
y los eclipses.
Hoy, le da a los arqueólogos
información vital
sobre el conocimiento que tenían
los antiguos griegos.
En esta zona también empezamos
a encontrar aviones y submarinos,
como los de las guerras mundiales.
A una profundidad de 60 m,
podemos encontrar algunos de los primeros
y más raros signos de la historia humana.
Hace más de 5000 años,
había tierra mucho más seca
porque los glaciares atrapaban mucha
del agua que ahora forma el mar.
Nuestros antepasados
se expandieron por estas tierras,
por eso en el fondo del mar,
encontramos sus tiendas,
herramientas de piedra,
y los huesos de los animales que cazaban.
Estos sitios muestran importantes patrones
de migración de nuestros antepasados,
métodos de caza,
y tecnologías.
En la zona más profunda,
ningún humano ha caminado nunca.
Esta zona ha estado sumergida desde mucho
antes de la evolución del ser humano.
Los únicos artefactos encontrados allí,
han venido desde arriba,
como los motores del
cohete Saturno V de la NASA a 4000 m,
y los naufragios más profundos.
El océano es como un gran
museo subacuático
que constantemente aporta
conocimiento sobre la humanidad.
Habiendo explorado solo una fracción,
seguramente vendrán
muchos descubrimientos en el futuro.