Cuando abrí la Academia Mott Hall Bridges en 2010, mi objetivo era simple: abrir una escuela para cerrar una prisión. Para algunos, este era un objetivo audaz, porque nuestra escuela está en la sección Brownsville de Brooklyn, uno de los vecindarios más desatendidos y violentos de toda Nueva York. Como muchas escuelas urbanas con altos niveles de pobreza, enfrentamos numerosos desafíos, como encontrar maestros que pudieran empatizar con los complejos de una comunidad en desventaja, falta de fondos para tecnología, poca participación de padres y pandillas que reclutaban niños desde cuarto grado. Entonces aquí estaba, directora y fundadora de una escuela media pública estatal, y solo tenía 45 chicos para empezar. El 30 % tenía necesidades especiales. El 86 % tenía bajo nivel en inglés y matemáticas. Y el 100 % estaba viviendo por debajo del nivel de pobreza. Si los niños no están en las aulas, ¿cómo aprenderán? Y si no están aprendiendo, ¿dónde terminarán? Era evidente que al preguntar a un chico de 13 años, "Joven, ¿dónde te ves en cinco años?" Que respondiera: "No sé si viviré ese tiempo". O tener a una señorita que me diga que su meta en la vida era trabajar en un restaurante de comida rápida. Para mí, era inaceptable. Era evidente también que no tenían idea que había un horizonte de oportunidades que existía más allá de su vecindario. Llamamos a los estudiantes "escolares" porque son aprendices de la vida. Y las habilidades que aprenden hoy los prepararan para la universidad y carrera profesional. Elegí colores reales, púrpura y negro, porque quiero que recuerden que son descendientes de grandeza, y que a través de la educación, son futuros ingenieros, científicos, emprendedores, e incluso líderes que pueden y van a tomar las riendas del mundo. A la fecha, tenemos tres clases graduadas, al 98... (Aplausos) Un 98 % en relación de graduados. Son casi 200 niños, que ahora van a algunas de las escuelas más competitivas en Nueva York. (Aplausos) Era un frío día de enero cuando mi escolar, Vidal Chastanet, conoció a Brandon Stanton, fundador del popular blog "Humanos de Nueva York". Brandon compartió la historia de un joven de Brownsville que había presenciado violencia de primera mano, vio lanzar a un hombre desde un techo. Sin embargo, todavía puede ser influenciado por una directora que ha abierto una escuela que cree en los niños. Vidal encarna la historia de muchos niños sin privilegios que luchan por sobrevivir, por eso debemos hacer de la educación una prioridad. La publicación de Brandon creó una sensación mundial que tocó las vidas de millones. Como resultado se recaudaron USD 1,4 millones para que los escolares asistan a campamentos de escuelas y universidades, programas STEAM de verano, como también becas universitarias. Necesitan entender que cuando 200 jóvenes de Brownsville visitaron Harvard, entendieron que una universidad a su elección era una posibilidad real. Y que los obstáculos que se les habían impuesto por ser una comunidad en desventaja fueron reemplazados por propósito y esperanza. La revolución en la educación está ocurriendo en nuestras escuelas, con adultos que dan amor, estructura, soporte y conocimiento. Estas son las cosas que inspiran a los niños. Pero no es una tarea fácil. Y hay altas demandas dentro un sistema educativo que no es perfecto. Pero tengo un grupo dinámico de educadores que colaboran en equipo para formar el mejor plan de estudios. Toman tiempo aparte de la escuela, y vienen los fin de semana e incluso usan su propio dinero para dar recursos cuando no los tenemos. Y como directora, debo inspeccionar lo que espero. Me presento en las clases y hago observaciones para generar una retroalimentación, porque quiero que mis profesores sean tan exitosos como el nombre Academia Mott Hall Bridges. Y los atiendo todos los días, tienen mi número de teléfono, incluso mis escolares y los graduados... por lo cual recibo llamadas y mensajes de texto a las 3 de la mañana. (Risas) Pero estamos todos conectados para el éxito, y los líderes buenos hacen esto. El futuro del mañana se sienta en nuestras aulas. Y son nuestra responsabilidad. Eso significa que todos aquí, y los que miran por la pantalla. debemos creer en su brillantez, y recordarles al educarlos que hay de hecho poder en la educación. Gracias. (Aplausos)