El mayor cálculo renal registrado
pesaba más de 1 kg
y tenía 17 cm de diámetro.
No es que el paciente se tragara
una piedra del tamaño de un coco.
Los cálculos renales
se forman dentro del cuerpo
pero, desgraciadamente,
duele mucho cuando salen.
Un cálculo renal es
una masa dura de cristales
que puede formarse en los riñones,
en los uréteres, la vejiga o la uretra.
La orina contiene compuestos
formados por calcio, sodio,
potasio, oxalato, ácido úrico y fosfato.
Si los niveles de estas partículas
son demasiado altos,
o si la orina se vuelve
demasiado ácida o básica,
las partículas pueden
agruparse y cristalizar.
Si no se hace algo al respecto,
los cristales crecerán poco a poco
durante semanas, meses, o incluso años,
formando una piedra detectable.
El oxalato de calcio es
el tipo de cristal más común
en formarse de este modo,
y representa casi un 80 %
de los cálculos renales.
Hay cálculos renales menos comunes
de fosfato de calcio o ácido úrico,
un tipo de piedra ligeramente diferente
compuesta por los minerales magnesio,
fosfato de amonio o estruvita
y que puede ser causada
por una infección bacteriana.
E incluso piedras más raras
pueden ser resultado
de trastornos genéticos
o ciertos medicamentos.
Un cálculo renal puede pasar
desapercibido hasta que se mueve.
Cuando un cálculo viaja
a través del riñón y hacia el uréter,
sus bordes afilados arañan
las paredes del tracto urinario.
Terminaciones nerviosas
incrustadas en este tejido
transmiten señales de dolor insoportables
a través del sistema nervioso.
Y los arañazos pueden causar
que aparezca sangre en la orina.
Esto puede ser acompañado
por síntomas de náuseas, vómitos
y una sensación de ardor al orinar.
Si un cálculo se hace lo bastante grande
para bloquear el flujo de la orina
puede causar una infección o reflujo
y dañar los propios riñones.
Pero la mayoría de cálculos renales
no llegan a ser tan graves
o a requerir siquiera
un tratamiento invasivo.
Las masas de menos
de cinco milímetros de diámetro,
por lo general, saldrán
del organismo ellas solas.
Normalmente un médico solo recomendará
beber grandes cantidades de agua
para ayudar a acelerar el proceso.
Y tal vez tomar algunos analgésicos.
Si la piedra es un poco mayor,
medicamentos como los alfabloqueadores
pueden ayudar relajando
los músculos del uréter
de forma que sea más fácil
que la piedra pase por él.
Otro medicamento
llamado citrato de potasio
puede ayudar a disolver los cálculos
generando una orina menos ácida.
Para piedras medianas
de hasta unos diez milímetros,
una opción es pulverizarlas
mediante ondas sonoras.
La litotricia extracorporal
por ondas de choque
usa pulsaciones de alta intensidad
de energía ultrasónica concentrada
que apuntan directamente a la piedra.
Las pulsaciones causan vibraciones
en el interior de la piedra
y pequeñas burbujas la golpean.
Estas fuerzas combinadas rompen
la piedra en pedacitos pequeños
que puede salir del cuerpo más fácilmente.
Pero quebrar una piedra
con sonido no funciona tan bien
cuando es demasiado grande.
Así que a veces son necesarios
tratamientos más invasivos.
Un tubo rígido llamado férula
puede colocarse en el uréter
para expandirlo.
Fibras ópticas pueden lanzar
pulsaciones láser para romper la piedra.
Los cálculos también pueden
extirparse quirúrgicamente
mediante una incisión
en la espalda o la ingle del paciente.
¿Y qué tal evitar los cálculos renales
desde el principio, simplemente?
A las personas propensas a ellos,
su médico puede recomendarles
beber mucha agua
que diluye el oxalato de calcio
y otros compuestos
que acaban convirtiéndose
en dolorosas piedras.
Alimentos como las papas fritas,
las espinacas, el ruibarbo
y las remolachas son altas en oxalato,
así que los médicos pueden
aconsejar limitar su consumo.
Aunque el calcio suele aparecer
en los cálculos renales
el calcio de alimentos y bebidas
puede ser beneficioso,
uniéndose al oxalato
en el tracto digestivo
antes de que pueda ser absorbido
y llegar a los riñones.
Si acabas teniendo
un cálculo renal, no estás solo.
Los datos sugieren que las
tasas están aumentando,
pero seguramente ese récord mundial
no se superará pronto.