Este es Anna Hazare,
Anna Hazare bien puede ser
el activista digital
más vanguardista del mundo actual.
Y no lo notaríamos a simple vista.
Hazare tiene 77 años, es un activista
indio anticorrupción y pro justicia social.
En el 2011, él estaba
haciendo una gran campaña
para abordar la corrupción
cotidiana en India,
un tema que a las élites indias
les encanta ignorar.
Como parte de esta campaña,
usó las tácticas tradicionales
como todo buen organizador gandhiano.
En la huelga de hambre
se dio cuenta de que con su hambre
quizá en la actualidad,
en el siglo XXI,
una huelga de hambre
no sería suficiente.
Así que empezó a jugar
con el activismo móvil.
Lo primero que hizo
fue decirle a la gente:
"Bueno, ¿por qué no me mandan
un mensaje de texto si apoyan
mi campaña anticorrupción?"
Le dio a la gente un código breve
y se sumaron unas 80 000 personas.
Bien, eso es bastante respetable.
Pero luego decidió:
"Cambiemos un poco la táctica".
Dijo: "¿Por qué no me dejan
una llamada perdida?"
Quienes viven en el Sur Global
sabrán que las llamadas perdidas
son una parte crucial de
la cultura móvil global.
Veo gente que asiente.
Las personas dejan llamadas
perdidas todo el tiempo:
Si llegan tarde a una reunión
y quieren avisar que están en camino
dejan una llamada perdida.
Si salen con alguien
y quieren decirle "te extraño"
le dejan una llamada perdida.
Un consejo sentimental,
en algunas culturas,
si uno quiere agradar a la contraparte,
llama y cuelga.
(Risas)
¿Por qué la gente deja llamadas perdidas?
La razón, claro, es que
tratan de evitar los costos
asociados con las llamadas
y los mensajes de texto.
Cuando Hazare le pidió a la gente
que le dejara llamadas perdidas,
a ver, acierten,
¿cuántas personas creen que llamaron?
35 millones.
Fue una de las acciones coordinadas
más grandes en la historia de la humanidad.
Notable.
Esto refleja la fortaleza extraordinaria
de la clase media india emergente
y el poder que les da el móvil.
Y Hazare lo usó,
terminó teniendo una lista
extensísima de números telefónicos
y la usó para desplegar
el poder real de la gente en el terreno
para convocar a cientos de miles
de personas a las calles de Delhi,
para posicionarse a nivel nacional
ante la corrupción cotidiana en India.
Es una historia realmente sorprendente.
En esta foto tengo 12 años.
Espero que vean el parecido.
También era activista,
he sido activista toda mi vida.
Tuve una infancia muy divertida
en la que vagaba por el mundo
conociendo líderes mundiales
y ganadores del Nobel
que hablaban de la deuda
del Tercer Mundo,
como se le llamaba entonces,
y de la desmilitarización.
Yo era un niño muy, muy serio.
(Risas)
Y, en ese entonces,
a principio de los 90,
tuve una herramienta
técnica de vanguardia:
El fax.
El fax fue la herramienta
de mi activismo.
En ese momento era la mejor manera
de llevar un mensaje a muchas personas
al mismo tiempo.
Les mostraré un ejemplo
de mis campañas de fax.
En vísperas de la Guerra del Golfo
organicé una campaña mundial
para inundar el hotel,
el Intercontinental de Ginebra,
donde se reunían
James Baker y Tarek Aziz
en vísperas de la guerra,
pensé que si los
atiborrábamos de faxes
frenaríamos la guerra.
Bueno, como era de esperar,
esa campaña fue totalmente infructuosa.
Hubo muchas razones para ello,
pero sin dudas una máquina de fax
en Ginebra, era una restricción
al ancho de banda
en términos de mandar
mensajes a mucha gente.
Seguí hasta descubrir
mejores herramientas.
Cofundé Avaaz, que usa Internet
para movilizar gente
y ahora tiene casi
40 millones de miembros,
y dirijo Purpose, que da
albergue a este tipo
de movimientos con base
en la tecnología.
Entonces, ¿cuál es
la moraleja de esta historia?
La moraleja de esta historia,
¿es que el fax eclipsó al móvil?
¿Es otra historia de tecnodeterminismo?
Bueno, yo diría que, en realidad,
es más que eso.
Yo diría que en los últimos 20 años,
cambió algo más fundamental
que solo la tecnología.
Diría que ha habido
un cambio fundamental
en el equilibrio de poder
en el mundo.
Si uno le pregunta a cualquier activista
cómo entender el mundo,
dirá: "Mira dónde está el poder,
quién lo tiene,
cómo está cambiando".
Y creo que todos sentimos que
algo grande está ocurriendo.
Por eso Henry Timms y yo,
—Henry es un compañero
creador del movimiento—,
hablábamos un día
y empezamos a pensar:
¿Cómo podemos darle sentido
a este nuevo mundo?
¿Cómo podemos describirlo y darle
un marco que lo haga más útil?
Porque nos dimos cuenta de que muchas
de las lecciones aprendidas
en los movimientos
en realidad tenían validez
en todo el mundo
en muchos sectores
de nuestra sociedad.
Por eso les quiero presentar
este marco conceptual:
El viejo poder en
contraposición del nuevo poder.
Quiero contarles qué es
el nuevo poder hoy.
El nuevo poder es el despliegue
de participación de masas
y coordinación de pares
—estos son los 2 elementos clave—
para crear cambio y cambiar resultados.
Estamos rodeados de nuevo poder.
Este es Beppe Grillo
un blogger populista italiano
que, con un aparato político mínimo
y algunas herramientas en línea,
obtuvo más del 25 % de los votos
en las recientes elecciones italianas.
Esto es Airbnb,
que en solo unos años
ha irrumpido tajantemente
en la industria hotelera
sin poseer ni un metro
cuadrado de propiedades.
Esto es Kickstarter,
que sabemos a recaudado
USD 1000 millones
de más de 5 millones de personas.
Ahora estamos familiarizados
con estos modelos.
Pero sorprenden los puntos en común,
las características estructurales
de estos nuevos modelos
y cómo se diferencian del viejo poder.
Miremos esto un poco más.
El viejo poder es como una divisa.
El nuevo poder es como una corriente.
El viejo poder lo tienen unos pocos.
El nuevo poder no,
lo construyen muchos.
En el viejo poder solo se consume,
en el nuevo poder se colabora.
Y uno puede distinguir
unas características
ya sea en los medios,
la política o la educación.
Hemos hablado un poco sobre
qué es el nuevo poder.
Por un momento hablemos
de qué "no" es el nuevo poder.
El nuevo poder no son
sus páginas de Facebook.
Les aseguro que tener una
estrategia de medios sociales
puede garantizarles la misma descarga
que solían tener en tiempos de la radio.
Pregúntenle al dictador
sirio Bashar al-Assad,
les aseguro que su página de Facebook
no adoptó el poder de la participación.
El nuevo poder no es
inherentemente positivo.
De hecho, no tenemos
un argumento normativo,
hay muchas cosas buenas
en el nuevo poder,
pero puede producir malos resultados.
Más participación,
más coordinación de pares,
a veces distorsiona los resultados
y hay algunas cosas
como, por ejemplo,
en la profesión médica
donde queremos que el
nuevo poder llegue lejos.
Tercero, el nuevo poder
no es el vencedor inevitable.
De hecho, como era de esperar,
conforme avanzan estos
modelos de nuevo poder,
se ve un retroceso masivo
de las fuerzas del viejo poder.
Basta con mirar esta
lucha épica muy interesante
que ocurre actualmente,
entre Edward Snowden y la NSA.
Notarán que solo una de las
2 personas de la diapositiva
está en el exilio.
Entonces, no está para nada claro
que el nuevo poder será
el vencedor inevitable.
Dicho esto, tengan algo en mente:
Estamos en el comienzo de
una curva muy pronunciada.
Están pensando en algunos de estos
modelos de nuevo poder, ¿no?
Fueron la idea de alguien
en algún garage hace pocos años,
y ahora están revolucionando
industrias enteras.
Y lo interesante del nuevo poder
es como se autoalimenta.
Una vez que uno experimenta
un nuevo poder,
uno tiende a esperar
y desear más de eso.
Digamos que uno usa una
plataforma de préstamos uno-a-uno
como Lending Tree o Prosper,
uno se da cuenta de que
no necesita al banco,
¿quién quiere al banco, no?
Así, esa experiencia tiende
a envalentonarlo a uno
a querer participar más
en más aspectos de la vida.
Y esto da lugar
a un conjunto de valores.
Hablamos de modelos
creados por el nuevo poder,
los Airbnbs, los Kickstarters.
¿Y qué decir de los valores?
Esto es un bosquejo temprano
del aspecto de los valores
del nuevo poder.
El nuevo poder premia la
transparencia sobre todo lo demás.
Es casi una creencia religiosa
en la transparencia,
una creencia que dice que
si uno arroja luz sobre algo,
será mejor.
Recordemos que en el siglo XX
esto no fue así en absoluto.
La gente pensaba que los caballeros
debían sentarse a puertas cerradas
y hacer acuerdos confortables.
El nuevo poder valora la
gobernanza en red, informal.
Los partidarios del nuevo poder
no inventarían hoy la ONU,
para mejor o para peor.
El nuevo poder valora la participación,
y el nuevo poder tiene
que ver con lo casero.
De hecho, lo interesante
del nuevo poder
es que evita algo de
la profesionalización
y la especialización que estuvo
de moda en el siglo XX.
Lo interesante de estos
valores y modelos del nuevo poder
es lo que significan
para las organizaciones.
Pasamos tiempo pensando
cómo delimitar las organizaciones
en dos-por-dos y, en esencia,
miramos los valores del nuevo poder
y los modelos del nuevo poder
y vemos dónde se ubican
las diferentes personas.
Empezamos el análisis en EE.UU.,
y les mostraré algunos
hallazgos interesantes.
El primero es Apple.
En este marco, describimos a Apple
como una compañía del viejo poder.
Por una cuestión de ideología,
la ideología que gobierna a Apple
del diseñador de producto
perfeccionista de Cupertino.
Se trata de algo perfecto,
hermoso, que baja a nosotros
ya perfecto.
Y no valora, como compañía,
la transparencia.
De hecho, es muy reservada.
Pero Apple es una de las compañías
más exitosas del mundo.
Esto muestra que aún se puede
perseguir con éxito una
estrategia de viejo poder.
Uno puede argumentar que hay
vulnerabilidades reales en el modelo.
Creo que otra comparación interesante
es la campaña de Obama
en comparación con
la presidencia de Obama.
(Aplausos)
Me gusta el presidente Obama,
pero él hizo campaña
con el nuevo poder, ¿no?
Le dijo a la gente
somos lo que Uds.
estaban esperando.
Usó financiamiento colectivo
para sostener una campaña.
Pero cuando llegó al poder,
gobernó más o menos como
todos los otros presidentes.
Es una tendencia muy interesante,
cuando el nuevo poder llega al poder,
¿qué ocurre?
Este es un marco que deberían observar
y pensar dónde se ubica su propia
organización.
Y pensar dónde debería estar
en 5 o 10 años.
¿Qué hacen si son del viejo poder?
En el viejo poder están allí pensando
eso no nos ocurrirá a nosotros.
Basta ver la irrupción de Wikipedia
para Encyclopædia Britannica.
Les diré que es una lectura muy triste.
Pero si son del viejo poder,
es lo más importante ocuparse uno mismo
antes de que otros lo hagan por uno,
antes de ser ocupados.
Imaginen que un grupo de
sus más grandes escépticos
acampan en el corazón de su organización
y hacen las preguntas más difíciles
y pueden ver todo el interior
de su organización.
Y les preguntan,
¿les gusta lo que ven?
¿debería cambiar el modelo?
¿Y si son del nuevo poder?
¿El nuevo poder está
en la cresta de la ola?
Yo diría que no.
Diría que hay verdaderos desafíos
al nuevo el poder
en esta fase incipiente.
Sigamos con el ejemplo de
Occupy Wall Street por un momento.
Occupy fue un ejemplo increíble
de nuevo poder,
el ejemplo más puro del nuevo poder.
Y, sin embargo, no logró consolidarse.
La energía que creó
fue grande en la fase de meme,
pero estaban tan inmersos
en la participación,
que nunca hicieron nada.
De hecho, ese modelo
significa que el desafío
del nuevo poder es
¿cómo usar el poder institucional
sin estar institucionalizado?
En el otro extremo del espectro está Uber.
Uber es un ejemplo increíble
de modelo de nuevo poder
altamente escalable.
Esa red es cada vez más y más densa
actualmente.
Pero lo más interesante de Uber
es que no adoptó valores
del nuevo poder.
Esta es una cita reciente
del director general de Uber:
Dice: "Cuando nos deshagamos del tipo
del auto", habla del conductor,
"Uber será más barata".
Pero los modelos del
nuevo poder viven y mueren
gracias a la fortaleza de sus redes.
Depende de si los conductores
y los consumidores
usuarios del servicio
creen realmente en él.
Porque no son un ejercicio
de perfeccionismo vertical,
dependen de la red.
Por eso, el desafío,
y era de esperar,
es que los conductores de Uber
ahora se agremiaron.
Es extraordinario.
Los conductores de Uber
recurren a Uber.
Y el desafío de Uber,
no es una situación fácil para ellos,
es que están atrapados en una
superestructura más amplia
que es en realidad el viejo poder.
Han recaudado más de USD 1000
millones en los mercados de capitales.
Esos mercados esperan
un retorno financiero,
y la forma de obtener
retorno financiero
es exprimiendo cada vez más
a los usuarios y conductores
para obtener cada vez más valor
para darle ese valor a los inversores.
Por eso para mí la gran pregunta
sobre el futuro del nuevo poder es:
¿Resurgirá ese viejo poder?
Las nuevas élites del
nuevo poder se volverán
viejo poder y exprimirán?
¿O el nuevo poder contraatacará?
¿El próximo Uber
será copropiedad
de sus conductores?
Creo que esta será una pregunta
estructural interesante.
Finalmente, piensen en el nuevo poder
como algo más que solo
una entidad que escala las cosas
y nos hace vivir experiencias
de consumo levemente mejores.
Mi llamado a la acción
para el nuevo poder
es a no aislarse.
Hoy en el mundo tenemos
grandes problemas estructurales
que podrían beneficiarse enormemente
de la participación de masas
y de la coordinación de pares
que estos actores del nuevo poder
conocen muy bien cómo generar.
Y necesitamos mucho que
transformen su energía y poder
en lo que los economistas
podrían llamar
problemas de bien público,
que a menudo excede los mercados
en los que puede encontrarse
fácilmente inversores.
Y creo que si podemos hacerlo,
podemos cambiar las bases
no solo del sentido de autonomía
y poder del ser humano,
porque creo que eso es lo más
maravilloso del nuevo poder,
que la gente sienta más poder,
sino que podríamos cambiar
la forma de relacionarnos con otros
y de relacionarnos con
la autoridad y las instituciones.
Y, para mí, vale absolutamente
la pena intentarlo.
Muchas gracias.
(Aplausos)