(Video) Locutor: Hay un gran sendero de
destrucción aquí en la ciudad
que arranca árboles del suelo,
destroza ventanas,
arranca los techos de las viviendas...
Caitria O'Neill: Esa era yo
ante nuestra casa en Monson,
Massachusetts el pasado mes de junio.
Después de que un tornado EF3
desgarrara nuestro pueblo
y se llevara parte de nuestro tejado,
decidí quedarme en Massachusetts,
en lugar de proseguir con la maestría
por lo que tuve que mudarme
de casa esa misma tarde.
Morgan O'Neill: El primero de junio
no éramos expertas en desastres
pero el 3 de junio, empezamos a fingirlo.
Esta experiencia cambió nuestras vidas,
y ahora tratamos
de cambiar la experiencia.
CO: En Massachusetts no
ocurren tornados,
y yo estaba de pie en el jardín,
cuando apareció uno sobre la colina.
Después de que un poste pasó volando,
mi familia y yo corrimos al sótano.
Los árboles golpeaban contra la casa,
la ventanas explotaban,
Cuando, por fin,
salimos por la puerta trasera,
los transformadores eléctricos ardían.
MO: Yo estaba aquí en Boston
Soy estudiante
de doctorado en el MIT,
Estudio ciencias atmosféricas.
De hecho, más raro aún --
Estaba en el museo de ciencias,
cuando llegó el tornado,
jugando con la simulación de tornados --
(Risas)
no escuché su llamada.
Caitria me llama, oigo el noticiero,
y empiezo a seguir el radar por Internet
para llamar a la familia cuando se formara
otra súper célula en el área.
Conduje en la noche con hielo y baterías.
Vivimos frente a una iglesia histórica
que había perdido su icónico
campanario en la tormenta.
Se volvió un punto de encuentro
de la noche a la mañana.
El ayuntamiento y la policía también
habían sufrido impactos directos,
así que la gente que quería ayudar
o informarse, iba a la iglesia.
CO: Escuchamos que la iglesia tenía
comida caliente y fuimos.
Pero, al llegar, encontramos problemas.
Había dos hombres sudorosos
con sierras eléctricas
en medio de la iglesia, pero nadie sabía
a dónde enviarlos,
porque nadie sabía aún la
magnitud de los daños.
Los vimos frustrarse y marcharse
al encuentro de a quién ayudar.
MO: Y empezamos a organizar. ¿Por que?
Era necesario.
Ubicamos al pastor Bob, y ofrecimos dar
infraestructura a la respuesta.
Y entonces, con solo dos portátiles
y una air card,
construimos una máquina de recuperación.
(Aplausos)
CO: Eso era un tornado, y
todo el mundo está yendo a la iglesia
para donar y ofrecerse
voluntario.
MO: Todos están donando ropa.
Deberíamos hacer inventario
de los donativos.
CO: Y una línea directa.
¿Puedes crear un nº de Voz de Google?
MO: Y hay que decirle a la gente
qué no debe traer.
Crearé una cuenta de Facebook.
¿Puedes imprimir octavillas?
CO: Sí, pero ni siquiera sabemos qué
hogares aceptan la ayuda.
Necesitamos captar y enviar voluntarios.
MO: Hay que decirle a la gente qué
no traer.
Hay un camión de noticias.
Se lo diré.
CO: ¿Vio mi número en el noticiero?
¡No necesitamos más refrigeradores!
(Juntas) MO: ¿El seguro no lo cubre?
CO: ¿en una hora llegan los jugos?
Juntas: ¡Tráiganme Post-It!
(Risas)
CO: Y entonces, la comunidad
se dio cuenta de que teníamos respuestas.
MO: Puedo donar tres calentadores de agua,
pero tendrán que recogerlos.
CO: Mi auto está en mi sala.
MO: Mis boy scouts quisieran
reconstruir 12 buzones.
CO: Mi cachorro está perdido
y el seguro no cubre chimeneas.
MO: Mi congregación requiere de casa
y comida por una semana
mientras reparamos casas.
CO: Ud. me envió a ese lugar en
Washington Street ayer,
y estoy lleno de hiedra venenosa.
(Risas)
Nuestros días estaban llenos
de estas cosas.
Hubo que aprender a responder rápido
y a resolver problemas en menos
de un minuto;
de lo contrario, surgía otra cosa
más urgente,
y el problema no se resolvía.
MO: Nuestra autoridad no provenía de
una junta de consejo
o del director de gestión de emergencias
o de United Way.
Solo empezamos a responder
preguntas y tomar decisiones
porque alguien -- quien fuera --
tenía que hacerlo.
¿Y por qué no yo?
Soy organizadora de campañas.
Soy buena en Facebook.
Y tengo una doble.
(Risas)
CO: El tema es que si ocurre una
inundación, un incendio o un huracán.
tú, o alguien como tú
se arremangará y empezará
a organizar las cosas.
El otro tema es que es difícil.
MO: En el suelo, después de otro
día hábil de 17 horas,
Caitria y yo vaciábamos
los bolsillos.
y tratábamos de contextualizar
docenas de papelitos --
trozos de información, que
había que recordar y emparejar
para ayudar a alguien.
Después de otro día, y de una ducha
en el refugio,
vimos que no tendría que ser
tan difícil.
CO: En un país como el nuestro, donde
respiramos Wi-Fi,
aprovechar la tecnología para una rápida
recuperación debería ser evidente.
Sistemas como los que
creábamos sobre la marcha
podrían existir previamente.
Y si algún miembro de la comunidad
estuviera en posición de organizar
en cualquier área, después de
cada desastre.
estas herramientas deberían existir.
MO: Así que decidimos crearlas:
una "recuperación prefabricada", que
pudiera desplegarse tras un desastre
por cualquier organizador local.
CO: Decidí quedarme en mi país, y
abandonar mi maestría en Moscú
y trabajar tiempo completo y
volverlo realidad.
Durante el último año,
nos volvimos expertas en recuperación
de desastres impulsada por la comunidad.
Y hemos observado tres
problemas principales
con cómo funcionan
las cosas actualmente.
MO: Las herramientas.
Las grandes organizaciones de ayuda son
excepcionales en traer muchos recursos
tras un desastre,
pero con frecuencia, cumplen misiones muy
específicas y después se van.
Así, los residentes deben vérselas
con miles de voluntarios espontáneos
miles de donaciones,
y todo sin entrenamiento ni herramientas.
Así que utilizan Post-It, excel o
facebook.
Pero ninguna de esas herramientas
permiten valorar información urgente
entre todas las fotos y buenos deseos.
CO: La coordinación.
El alivio de desastres es como
una campaña electoral a la inversa.
En una campaña electoral
se empieza sin atención
y sin capacidad para transformarla
en acción.
Ambas aumentan gradualmente.
hasta un punto de movilización máxima
el día de las elecciones.
En los desastres se comienza
con toda la atención
y nada de capacidad.
Y solo se tienen unos siete días
para captar el 50 % de las
búsquedas por Internet que se harán
para ofrecer ayuda en la zona.
Después, ocurre algún evento deportivo,
y solo quedan los recursos que hayas
conseguido hasta entonces
para cubrir los siguientes cinco años
de necesidades.
Ésta es la diapositiva del de Katrina.
Esta es la curva del de Joplin.
Y ésta la de los tornados
de Dallas en abril,
donde desplegamos el software.
Aquí hay una brecha.
Los hogares afectados tienen que esperar
la visita del asegurador
antes de poder aceptar ayuda para
reconstruir sus casas.
Y, en Dallas, solo se tienen unos
cuatro días de interés.
MO: Datos
Los datos no son per se atractivos
pero aceleran la recuperación de
una zona.
la FEMA y el estado cubren hasta el
85 % del costo
de un desastre federal declarado.
Así la ciudad debe cubrir
el 15 % restante del costo.
Ese gasto puede ser enorme,
pero si la ciudad movilizara X voluntarios
durante Y número de horas,
el valor monetario de dicho trabajo se
reembolsa a la ciudad.
Pero, ¿quién sabe eso?
Traten de imaginar el sentimiento
de angustia
que genera el enviar 2000 voluntarios
y no poder probarlo.
CO: Éstos son tres problemas con una
solución común.
Si pudiéramos dar las herramientas
adecuadas en el momento justo
a quienes, inevitablemente
darán la cara,
y comienzan a reconstruir sus
comunidades,
podemos crear nuevos estándares
de alivio de desastres.
MO: Necesitamos herramientas de captación,
bases de datos de donaciones,
reportes de necesidades, acceso remoto
de voluntarios,
todo en un sitio web fácil de usar.
CO: Y necesitábamos ayuda.
Alvin, ingeniero de software y
cofundador, creó estas herramientas.
Chris y Bill han ofrecido su tiempo
para el uso en operaciones y asociaciones.
Y hemos estado viajando a zonas de desaste
desde el enero pasado,
configurando software, entrenando
residentes.
y dando derechos de licencia de software
a zonas que se preparan para desastres.
MO: Un primer lanzamiento,
tras los tornados de Dallas,
el pasado abril.
Fuimos a una ciudad con un sitio
web estático y obsoleto
y un facebook frenético, que trataba
de estructurar su respuesta
y lanzamos la plataforma.
La atención llegó en los primeros
cuatro días,
pero, cuando acabó el
ciclo de noticias,
cuando llegan las necesidades,
pero tenían estos recursos enormes de
lo que había donado la gente
y podían cumplir con las necesidades
de los residentes.
CO: Funciona, pero podría ser mejor.
La preparación es clave
para la recuperación.
porque hace más seguras y resilientes
a las ciudades.
Imaginen tener estos sistemas listos
para la acción
antes de un desastre.
Y eso es en lo que trabajamos.
Llevamos el software, de modo
que las personas los esperen
y sepan utilizarlo
y pueda ser cargado antes de tiempo
con la micro información que impulsa
la recuperación.
MO: y no tiene mucha ciencia.
Estas herramientas son obvias
y la gente las desea.
En nuestra ciudad entrenamos a
seis residentes.
para manejar estas herramientas web,
porque Caitria y yo vivimos aquí
en Boston.
Se pusieron a ello de inmediato
y ahora son fuerzas naturales.
Hay más de tres grupos de voluntarios
trabajando casi a diario,
desde el 1 de junio del año pasado,
para que los residentes consigan lo que
necesitan y puedan ir a casa.
Tienen líneas directas,
hojas de cálculo y datos.
CO: Y eso marca la diferencia.
El primero de junio de este año fue el
primer aniversario del tornado de Monson,
y nuestra comunidad nunca estuvo tan
conectada y capacitada.
Hemos visto la misma transformación en
Texas y Alabama.
Porque no hace falta que Harvard o MIT
vengan a arreglar todo tras un desastre;
Se precisa de un residente local.
Sin importar cuán buena sea una
organización de ayuda,
eventualmente tienen que regresar.
Pero si les das herramientas
a los residentes,
si les enseñas lo que pueden hacer
para recuperarse,
se vuelven expertos.
(Aplausos)