En la música, el final de la composición no se vuelve el punto focal de la composición. Si fuese así, los mejores directores serían los que tocan más rápido. Y habría compositores que solo escribirían una nota final. [risas] La gente iría a conciertos solo para escuchar un acorde estruendoso y ahí se acabaría [risas]. Pero, eso no se ve reflejado en nuestra educación ni en nuestra conducta diaria. Tenemos un sistema de ensenanza que da una impresión totalmente distinta. Todo está calificado y ponemos al niño dentro del pasillo de este sistema y lo llamamos con una clase de "ven, ven gatito" y ahora vas a kindergarten y eso es algo bueno porque cuando termines pasas a primer grado y desde ahí, ven, ven, y eso lleva a segundo grado y así en adelante. Y sales de primaria y entras a secundaria y sigue --algo grande va a llegar-- y entras a la universidad Y, dios mío, después a la escuela de posgrado Y cuando terminas tu posgrado sales a unirte al mundo. Y luego te metes en un enredo en una empresa vendiendo seguros y tienes que cumplir con tu cupo. Y lo vas a cumplir. Porque algo grande va a llegar. Ya viene, ya viene -- esa gran cosa-- el éxito por el cual trabajas. Y entonces te levantas un día con 40 años y dices, "Dios mío lo logre!" "Ya llegue!" Y no te sientes tan diferente de como siempre te sentiste. Y te sientes decepcionado y te sientes engañado. Y sí hubo un engaño. Un espantoso engaño. Te hicieron perderte todo Pensabamos en la vida como un trayecto como una peregrinación que tenia un serio propósito al final. Y el objetivo era llegar a esa meta. El éxito o lo que fuera... o de pronto al cielo después de morir. Pero nos olvidamos del punto de todo el camino. Se trataba de algo musical y debiste cantar o bailar mientras la música sonaba.