En la música, el final de
la composición no se vuelve
el punto focal de la composición.
Si fuese así, los mejores directores
serían los que tocan más rápido.
Y habría compositores
que solo escribirían una nota final.
[risas] La gente iría a conciertos
solo para escuchar un acorde estruendoso
y ahí se acabaría [risas].
Pero, eso no se ve
reflejado en nuestra educación
ni en nuestra conducta diaria.
Tenemos un sistema de ensenanza
que da una impresión totalmente distinta.
Todo está calificado y ponemos
al niño dentro del pasillo de este sistema
y lo llamamos con una clase de "ven, ven gatito"
y ahora vas a kindergarten y eso
es algo bueno porque cuando termines
pasas a primer grado y desde ahí, ven, ven,
y eso lleva a segundo grado y así en adelante.
Y sales de primaria y entras a secundaria
y sigue --algo grande va a llegar--
y entras a la universidad
Y, dios mío, después a la escuela de posgrado
Y cuando terminas tu posgrado
sales a unirte al mundo.
Y luego te metes en un enredo
en una empresa vendiendo seguros
y tienes que cumplir con tu cupo.
Y lo vas a cumplir.
Porque algo grande va a llegar.
Ya viene, ya viene -- esa gran cosa--
el éxito por el cual trabajas.
Y entonces te levantas un día
con 40 años
y dices, "Dios mío lo logre!"
"Ya llegue!"
Y no te sientes tan diferente
de como siempre te sentiste.
Y te sientes decepcionado y te sientes
engañado.
Y sí hubo un engaño.
Un espantoso engaño.
Te hicieron perderte todo
Pensabamos en la vida como un trayecto
como una peregrinación
que tenia un serio propósito al final.
Y el objetivo era llegar a esa meta.
El éxito o lo que fuera...
o de pronto al cielo después de morir.
Pero nos olvidamos del punto de todo el camino.
Se trataba de algo musical y debiste
cantar o bailar mientras la música sonaba.