Se trata de un costado oculto
del mercado laboral.
Son las personas que necesitan trabajar
de manera ultra flexible,
si es que acaso trabajan.
Piensen, por ejemplo,
en alguien que tiene una enfermedad
recurrente pero impredecible,
o alguien que está a cargo de un adulto mayor,
o un padre con un niño que requiere cuidados.
Su disponibilidad de trabajo puede ser de
"Pocas horas al día.
Quizá pueda trabajar mañana,
pero aún no sé si podré y cuándo".
Y es extremadamente difícil
para estas personas
encontrar ese trabajo
que a menudo tanto necesitan.
Eso es una tragedia porque hay empleadores
que pueden usar grupos
muy flexible de gente local
reservados totalmente ad hoc
cuando esa persona quiere trabajar.
Imaginen que administran un café.
Es media mañana, el lugar se está llenando.
Se viene un mediodía agitado.
Si pudieran contar con dos trabajadores
adicionales por 90 minutos
a partir de la próxima hora
los tomarían, pero tienen que ser confiables,
y saber cómo funciona el negocio.
Tienen que estar disponibles a tarifas muy competitivas.
Tendrían que ser contratables en pocos minutos.
En realidad, ninguna agencia
de empleo quiere manejar ese tipo de cosas,
así que saldrán del paso con falta de personal.
Y no ocurre sólo con camareros, también
sucede con hoteleros, minoristas,
es cualquier persona que presta
servicios al público o a empresas.
Hay muchas organizaciones que pueden
usar estos grupos de personas muy flexibles,
quizá una vez que hayan sido capacitados.
En este nivel del mercado laboral,
lo que se necesita es un mercado de horas libres.
Y existen. Así es como funcionan.
En este ejemplo,
una distribuidora dijo:
tenemos un pedido urgente que sacar
del depósito mañana por la mañana.
Muéstrame los recursos disponibles.
Encontró 31 trabajadores.
Las personas de esta pantalla realmente
están disponible mañana en ese horario.
Todos están localizables
a tiempo para esta reserva.
Todos han definido los términos
bajo los cuales aceptan reservas.
Y esta reserva cumple con todos
los parámetros de cada individuo.
Al hacer la reserva se cumpliría
con todas las normas.
Claro, todos han sido entrenados
para trabajar en depósitos.
Se puede seleccionar tantos como se desee.
Pertenecen a varias agencias.
Se calcula la tarifa de cada persona
para esta reserva en particular.
Y se monitorea su confiabilidad.
Las personas de confiabilidad comprobada,
figurarán primeras.
Es probable que sean más caros.
En una vista alternativa de este grupo
de personas locales, muy flexibles,
esta es una compañía
de investigación de mercado,
y ha capacitado quizá a 25 personas locales
en hacer entrevistas de calle.
Y tienen una nueva campaña.
Quieren hacerla la próxima semana.
Y quieren ver cuántas
de las personas que capacitaron
están disponibles a cada hora
la semana entrante.
Luego decidirán cuándo hacer
las entrevistas de calle.
Pero, ¿puede hacerse algo más para
este sector del mercado laboral?
Porque en este momento hay muchas personas
que necesitan cualquier oportunidad que se presente.
Veamos el factor personal.
Pensemos en una mujer joven, de la base
de la pirámide económica,
tiene muy pocas posibilidades de conseguir empleo,
¿en qué actividad económica podría,
en teoría, participar?
Bueno, podría trabajar por horas
en un centro de llamadas,
como recepcionista, en el correo.
Quizá le interesaría brindar
servicios locales a su comunidad:
cuidar niños, hacer comisiones externas,
cuidar mascotas.
Podría tener pertenencias que quisiera comerciar
cuando no los necesite.
Podría tener un sofá en la habitación
de enfrente del que deshacerse.
Podría tener una bici, una consola
de videojuegos que usa a veces.
Quizá estén pensando, porque Uds.
son todos afines a la web,
sí, y estamos en la era
del consumo colaborativo,
así que podría hacer
todo eso en la Web.
Puede ir a Airbnb y publicar su sofá,
puede ir a TaskRabbit.com y decir:
"Quiero hacer entregas locales", y cosas así.
Son buenos sitios, pero creo que
podemos ir más lejos.
Y la clave es una filosofía que llamamos
mercados modernos para todos.
Los mercados han cambiado de manera
irreconocible en los últimos 20 años;
pero sólo para las organizaciones
de la cima de la economía.
Si eres un corredor de Wall Street,
das por sentado
que venderás tus activos financieros
en un sistema bursátil
que identifica las oportunidades más rentables
para ti en tiempo real,
y que opera en microsegundos
dentro de los márgenes que definiste.
analiza oferta, demanda y precios
y te dice por dónde viene
la próxima ola de oportunidades.
Gestiona el riesgo de la contraparte
de maneras muy sofisticadas.
Todo de modo extremadamente económico.
¿Qué hemos ganado en la base de la economía
en materia de mercados en los últimos 20 años?
Básicamente, avisos clasificados
con buen servicio de búsqueda.
Entonces, ¿por qué existe esta disparidad
entre estos mercados muy sofisticados
de la cima de la economía,
que distraen cada vez
más actividades y recursos
de la economía principal y los vuelcan
en este nivel enrarecido de intercambio
y qué queda para el resto de nosotros?
Un mercado moderno es más que un sitio web;
es una red de mercados interoperables,
mecanismos internos,
marcos regulatorios,
mecanismos de pago,
fuentes de liquidez, etc.
Cuando un corredor de Wall Street
llega al trabajo por la mañana
no hace una lista de todos los instrumentos
financieros derivados que quiere vender hoy
ni publica luego esa lista en varios sitios web
y espera entrar en contacto
con potenciales compradores,
ni empieza a negociar
los términos del intercambio.
En los albores de la tecnología
de los mercados modernos
las instituciones financieras elaboraron
maneras de apalancar su poder de compra,
sus procesos internos,
sus relaciones, sus redes
para dar forma a estos nuevos mercados
que crearían esta nueva actividad.
Les pidieron a los gobiernos
que apoyen marcos regulatorios
y en muchos casos lo lograron.
Pero en toda la economía,
hay estructuras que podrían
apalancar del mismo modo
una nueva generación de mercados
en beneficio de todos.
Y esas estructuras...
estoy hablando de mecanismos
como las pruebas de identidad,
el otorgamiento de licencias
que sabe qué puede hacer cada uno
en materia legal a cada momento,
los procesos de resolución de disputas
mediante canales oficiales.
Estos mecanismos,
estas estructuras
no están en manos de Craigslist,
Gumtree o Yahoo;
están controladas por el Estado.
Y los políticos responsables de las mismas
no están pensando, sugiero yo,
cómo usar esas estructuras
para sustentar toda una nueva
era de mercados.
Como el resto de la gente,
los políticos dan por sentado
que los mercados modernos
son del dominio exclusivo
de las organizaciones lo suficientemente
poderosas como para crearlas por su propia cuenta.
Supongamos que dejamos de darlas por sentado.
Supongamos que mañana por la mañana
el PM de Gran Bretaña o el presidente de EE.UU.,
o el líder de cualquier otra nación desarrollada,
despierta y dice: "Nunca podré crear
todos los empleos necesarios en el clima actual.
Tengo que centrar la atención en cualquier
oportunidad económica que pueda brindar a mis ciudadanos.
Por eso tienen que poder acceder
a mercados de última generación.
¿Cómo hacer que ocurra eso?"
Puedo ver algunos desmayos.
¿Los políticos en un gran proyecto informático
complejo y sofisticado?
Eso es un desastre en potencia.
No necesariamente.
Hay un precedente de servicios con componente tecnológica
iniciado por políticos en varios países
y que ha sido muy exitoso:
las loterías nacionales.
Analicemos el caso de Gran Bretaña.
Nuestro gobierno no diseñó
la lotería nacional
no fundó la lotería nacional,
ni opera la lotería nacional.
Votó la Ley de la Lotería Nacional
y esto es lo que ocurrió.
Esta ley define las características
de una lotería nacional.
Especifica ciertos beneficios
que sólo el Estado puede
otorgar a los operadores.
E impone algunas obligaciones
a esos operadores.
En materia de difusión
del juego de azar entre las masas
tuvo un éxito sin parangón.
Pero supongamos que nuestro objetivo
es brindar nueva actividad económica
a la base de la pirámide.
¿Podríamos usar el mismo modelo?
Creo que sí.
Imaginen que los políticos definen una estructura.
Llamémosla Mercados Electrónicos Nacionales, o MEN.
Piénsenlo como un servicio público regulado.
Está a la par del suministro de agua
o la red de carreteras.
Y hay una serie de mercados
bajo nivel de intercambio
que puede ser atendido por una persona
o una pequeña empresa.
Y el gobierno cuenta con ciertos beneficios
que puede otorgar a estos mercados.
Es gasto público destinado a estos mercados
para comprar servicios públicos a nivel local.
Se trata de interconectar estos mercados
directamente con los más altos canales oficiales.
Se trata de consagrar el papel del gobierno
como publicista de estos mercados.
Se trata de desregular
algunos sectores
para que pueda ingresar
la gente local.
Los viajes en taxi
pueden ser un ejemplo.
Y esos beneficios deberían acarrear
determinadas obligaciones
para los operadores,
siendo la clave, claro,
que los operadores paguen por todo,
incluso por la interconexión
con el sector público.
Imaginen que los operadores ganen dinero
generando un porcentaje del margen
en cada transacción.
Imaginen que hay un período de concesión
definido en quizá 15 años
en los que pueden quedarse
con estos beneficios y operar con ellos.
Imaginen que a los consorcios que pujan
para operarlos se les dice
que quien entre con el margen porcentual
más bajo de cada transacción
para financiar todo
cerrará el trato.
El gobierno entonces
sale de la estructura
que ahora queda en manos del consorcio.
Ellos o bien desatarán un montón
de oportunidades económicas
y obtendrán un porcentaje de ganancia
o bien todo estallará en mil pedazos
y será un duro golpe para los accionistas.
Esto no necesariamente debe
impactar al contribuyente.
Y no existirían restricciones
mercados alternativos.
Esta sería solo otra alternativa más
entre millones de foros de Internet.
Pero podría ser muy diferente,
porque tener acceso a esas
estructuras con respaldo estatal
podría incentivar a estos consorcios
a invertir seriamente en el servicio.
Porque obtendrían un montón
de pequeñas transacciones
para empezar a recuperar dinero.
Estamos hablando de sectores
como peluquería a domicilio,
alquiler de juguetes,
trabajos agrícolas,
alquiler de ropa e incluso
reparto de comida a domicilio,
servicios para turistas,
atención domiciliaria.
Sería un mundo de intercambios muy pequeños,
pero muy bien informados,
porque los mercados electrónicos
nacionales entregarán datos.
Esta es una persona local
que analiza incursionar
en el mercado del cuidado de niños.
Y podrían tener que financiar investigación
de antecedentes y capacitaciones
si quisieran entrar en ese mercado.
Tendrían que evaluar entrevistas
con padres locales
que quisieran un grupo
de cuidadores de niños.
¿Vale la pena?
¿Deberían mirar otros sectores?
¿Deberían mudarse a otra parte del país
donde faltaran cuidadores de niños?
Este tipo de datos puede tornarse una rutina.
Los inversores pueden usar estos datos.
Y si hay una falta de cuidadores
de niños en una parte del país
y nadie puede pagar la investigación
de antecedentes y la capacitación,
puede pagarla un inversor
y el sistema devolverle pequeñas sumas
por el aumento de ingresos de los individuos
durante quizá los siguientes dos años.
Este es un mundo de capitalismo atomizado.
Es el comercio pequeño,
de las personas comunes,
pero muy bien informado, seguro,
conveniente, económico e inmediato.
Algunas investigaciones sugieren
que podría generar
nueva actividad económica por unos
100 millones de libras al día
en un país del tamaño del Reino Unido.
¿Les suena improbable?
Eso decía mucha gente
de las transacciones automáticas
en los intercambios financieros
hace 20 años.
No subestimen el poder
de transformación
de los mercados
verdaderamente modernos.
Gracias.
(Aplausos)