Quiero retroceder con Uds. al invierno de 1993. Mi marido y yo vivimos en Boston. Recién casados, y al comienzo de nuestras prometedoras carreras en negocios. Trabajamos todo el día. No teníamos tiempo para divertirnos, y como ambiciosos mochileros, quisimos ir a la naturaleza. Y por fin ¡Aleluya!, nos escapamos un largo fin de semana de viaje de mochila en las White Mountains de New Hampshire. Estábamos encantados por la noción de sinuosidad dentro de este maravilloso lugar congelado, aspirando el olor de los pinos, sintiendo el ¡crunch, crunch, crunch! de la nieve al pisarla, y acurrucándonos cerca del fuego por la noche. Y para preparar este viaje, compramos todos los aparatos para un camping de invierno que nuestros bolsillos podían permitirse. Y ahí estábamos, en este precioso, espectacular paraje inviernal con 36 kg de peso en nuestra espalda. (Risas) Ahora bien, nuestras soñadas vacaciones en un viaje de mochileros - probablemente el único que íbamos a hacer ese año - se volvió una pesadilla. Teníamos rozaduras en los hombros, heridas en los pies, las capas empapadas de sudor. Estábamos seducidos por el atractivo del más, y no sólo teníamos más en nuestras espaldas, podríais decir que éramos mochileros de "encima más". Así que después de un montón de viajes así, cogimos todo lo que aprendimos, y mi marido y yo fundamos una empresa de actividades al aire libre con la idea básica de que, cuando se refiere a conectar al aire libre, el equipo menos es más. Habíamos encontrado la clave de la diversión y la libertad al aire libre, y era simple: viaja ligero. Hablemos entonces de la cultura del más. Cuando pensamos en la palabra 'más', pensamos en más dinero, más sexo, más amigos, más respeto, más éxito, más poder, ¿verdad? Y ¿de dónde viene toda esta fascinación del más? Del aumento del capitalismo industrial a finales del siglo XX. Los productos producidos en masa estaban disponibles para todos, productos que mejoraban y aumentaban el estándar de vida. De repente, teníamos más libertad, más educación, más salud, mayores salarios y más democracia. Pero hablemos de algunas cosas que también vinieron con todo eso. De repente, ocupamos nuestros días desde la mañana hasta la noche sin tiempo para respirar, y teníamos muchas alternativas. Como sociedad, estábamos consumidos por el consumos de las cosas. Ahora, díganme, ¿para qué necesitamos 24 sabores de salsa ranchera? (Risas) ¿Hay alguna duda de lo que esta obsesión con el más nos ha traído a nivel global? Gente, estamos engullendo el planeta, y al parecer no nos lo pasamos muy bien mientras lo hacemos. El capitalismo es una cosa buena, pero ha perdido su camino, al igual que nosotros. Estoy atraída por el más. Conozco el poder del lado oscuro. Me convenzo a mí misma de lo bien que estoy, tan poderosa y tan sexy en esos zapatos. Tengo que comprármelos. Así que saco mi tarjeta de crédito, y tengo esa immediata sensación de gratificación. Y me los llevo a casa en ese envase tan elegante y me pongo ante el espejo de cuerpo entero. Me los pongo en los pies, y me doy cuenta de cuánto he cargado en mi tarjeta de crédito, ¡y del daño que me hacen en los pies! (Risas) ¿Y qué queda después de esa presión inicial, sino vacío y dolor? Vayamos al 2002, mi marido y yo estamos montando una empresa espectacular. Recibimos premios y la prensa nos salía por las orejas, crecimos a nivel internacional, y estamos envueltos en esa enorme ola de éxito tradicional de empresa, pero trabajábamos 100 horas a la semana. Estamos poniendo capital. Comprando anuncios que cuestan más de USD 20 000 por cada página. Compramos stands en ferias que costaban más que una casa. Y ¿saben?, todo esto es en la búsqueda del más: más cuota de mercado, más crecimiento, más reconocimiento, más exito. ¿Ven la ironía de montar una empresa del 'menos' cuando estamos viviendo todo el tiempo en la tierra del más? ¿Y qué nos ha traído realmente? Nos trajo menos tiempo juntos, menos tiempo con la familia, menos tiempo con amigos, menos tiempo en el campo espiritual, menos tiempo haciendo ejercicio, e irónicamente, menos tiempo en la naturaleza. Trabajamos en nuestra empresa como el mochilero de "encima más". Quiero ser sincera y contarles que la seducción de más me llevó personalmente a un camino muy, muy oscuro. Estaba emocionalmente, espiritualmente, y físicamente tan cansada y sin equilibrio que pasé los siguientes 8 años teniendo 5 abortos, 3 fertilizaciones in-vitro fallidas y gastando una fortuna en tratamientos médicos. ¿Imaginan oír el latido de su bebé a las 12 semanas a través de ultrasonidos para descubrir semanas más tarde que el bebé ha fallecido en su vientre? ¿Por qué estamos tan asustados de la palabra 'menos'? Creemos que tendremos carencia. Creemos que seremos juzgados. Creemos no tener suficiente. Creemos estar preocupados por lo que otros dirán. Y todo eso está basado en el miedo. Pero, buena gente, ¿de qué diablos estamos asustados? Vivimos en una civilización con mucha prosperidad, y abundancia, y riqueza. La felicidad, cuando se trata de comprar cosas, es fugaz, y, por lo tanto, una ilusión. Enmarquemos la palabra 'menos', 'menos' no significa carencia. 'Menos' no significa escasez. 'Menos' significa menos estrés, menos ansiedad, menos enfados, menos preocupaciones y más felicidad, alegría, conexión, y abundancia. Así que, tras 8 años de tratamientos de fertilidad e intentar todo, todo por intentar tener un hijo, me apoyé sobre mis rodillas, y todo dentro de mí gritaba, "¡Para!" Y así hice. Me tranquilice. Dejé de ser la directora de la empresa que cofundé. Me bajé del escenario, eliminé mis compromisos. Dejé de perseguir toda noción que me dijeron era mi billete a la felicidad, y dejé las ataduras, y todas esas cosas que no me estaban sirviendo como el autojuicio y la culpa, el estrés y la preocupación. Y después de aclarar el desorden de mi vida, y de estar en la naturaleza, y reconectar con mi familia y amigos, comencé a cantar de nuevo, y pasé tiempo rezando. Éste fue el resultado. (Aplausos) Seamos honestos, he entrenado y adorado en los altos altares del más, pero sé dentro de mí que la abundancia y la alegría viene del menos. No tengan dudas, todos tenemos el poder de darnos la vuelta del lado oscuro y elegir un camino diferente, cambiar las reglas del juego, derrotar las fuerzas destructivas que hemos forjado en la humanidad y en nuestra biosfera. Estoy en el negocio de venderos cosas, pero qué pasa si, imaginen, ¿qué pasa si todos c ompráramos menos cosas? Y al comprar cosas, las compráramos de empresas y marcas acordes a nuestros valores? ¿Qué pasa si confiáramos y tuviéramos fe en que en el otro lado de este muro, esta ilusión, esta falsedad del más, hubiera una vida de abundancia y alegría esperándonos? Quiero dejarles con una pregunta: ¿Qué es esa abundancia, esa alegría, que mueve su corazón y qué pueden tener de menos para hacerle espacio? (Aplausos)