Hola. Permítanme hacerles una pregunta: ¿alguna vez mintieron de niños? Si es así, ¿podrían por favor levantar la mano? ¡Este es el grupo de personas más honesto que conocí! (Risas) Durante los últimos 20 años he estado estudiando cómo aprenden los niños a mentir. Y hoy compartiré algunos de los descubrimientos que hicimos. Pero para empezar, contaré la historia de Richard Messina, mi amigo y director de una escuela primaria. Un día recibió una llamada telefónica. El que llamó le dijo: "Sr. Messina, mi hijo Johnny no vendrá a la escuela hoy porque está enfermo". Y el Sr. Messina preguntó: "¿Con quién estoy hablando por favor?" Y el otro dijo: "Con mi padre". (Risas) Esta historia (Risas) resume muy bien las 3 creencias comunes que tenemos sobre los niños y la mentira. La primera es que los niños solo dirán mentiras a partir de la escuela primaria. La segunda es que los niños no son buenos mentirosos y que nosotros, los adultos, podemos detectar fácilmente sus mentiras. Y la tercera, que si los niños mienten desde una edad muy temprana deben tener algún defecto de carácter y llegarán a ser mitómanos. Resulta que estas 3 ideas son falsas. Hemos estado jugando adivinanzas con niños de todo el mundo. Aquí hay un ejemplo. En este juego pedimos a los niños que adivinen los números de las tarjetas. Y les decimos que si ganan el juego, se llevarán un gran premio. Pero en pleno juego, nos inventamos una excusa y salimos de la sala. Y antes de salir de la habitación les decimos que no miren las tarjetas. Por supuesto que había cámaras ocultas para vigilar cada uno de sus movimientos. Ya que el deseo de ganar el juego es tan fuerte, más del 90 % de los niños echaron un vistazo tan pronto como salimos. (Risas) La pregunta clave es si al regresar y preguntar a los niños si hicieron trampa o no los niños que miraron las tarjetas confiesan o no su engaño. Descubrimos que independientemente de su sexo, país o religión, a los dos años de edad, un 30 % miente y un 70 % dice la verdad. A los tres años de edad, un 50 % miente y el otro 50 % reconoce que mintieron. A los cuatro años de edad más del 80 % mienten. Y después de cuatro años de edad, la mayoría de los niños mienten. Como se puede ver, la mentira es realmente una fase típica del desarrollo. Y algunos niños comienzan a contar mentiras con solo dos años de edad. Veamos más de cerca a los niños más pequeños. ¿Por qué algunos pero no todos los niños pequeños mienten? En la cocina, hacen falta buenos ingredientes para cocinar una buena comida. Y una buena mentira requiere de dos ingredientes clave. El primer ingrediente clave es la teoría de la mente, o la capacidad de leerla. Leer la mente es la capacidad de saber que diferentes personas saben más o menos de una situación; y también es la capacidad de saber diferenciar entre lo que yo sé y lo que sabes tú. Leer la mente es importante para mentir, porque la base de la mentira es que yo sé que tú no sabes lo que yo sé. Por lo tanto, puedo mentirte. El segundo ingrediente clave para una buena mentira es el autocontrol. Es la capacidad de controlar su voz, su expresión facial y su lenguaje corporal para que pueda contar una mentira convincente. Y descubrimos que esos niños pequeños que leen la mente y tiene autocontrol mienten desde una edad más temprana y son mentirosos más sofisticados. Como resultado, estas 2 capacidades son esenciales para todos nosotros también para convivir bien en nuestra sociedad. De hecho, los déficits en la calidad de leer la mente y el autocontrol están asociados con graves problemas de desarrollo como el TDAH y el autismo. Así que si Ud. descubre que su hijo comienza a mentir con solo 2 años, en lugar de alarmarse debería celebrarlo... (Risas) porque significa que su hijo ha alcanzado un nuevo nivel de desarrollo típico. ¿Son los niños buenos mentirosos? ¿Ud. cree que puede detectar fácilmente sus mentiras? ¿Quieren probar? ¿Sí? Bien. Les mostraré dos videos. Allí, los niños responderán a la pregunta del investigador: "¿Hiciste trampa?" Así que traten de decirme qué niño está mintiendo y qué niño está diciendo la verdad. Aquí está el primer niño. ¿Están listos? (Video) Adulto: ¿Hiciste trampa? Niño: No. Kang Lee: Y este es el segundo niño. (Video) Adulto: ¿Hiciste trampa? Niña: No. KL: Bien, si piensan que el primer niño está mintiendo, levanten la mano. Y si creen que el segundo niño miente, por favor, levanten la mano. De hecho, el primero dice la verdad y el segundo niño miente. Parece que muchos son pésimos detectores de mentiras infantiles. (Risas) Hemos jugado los mismos juegos con muchos, muchos adultos de toda clase. Y les mostramos muchos videos. Los niños mintieron en la mitad de estos videos y dijeron la verdad en la otra mitad. Veamos los resultados de estos adultos. Puesto que hay tantos mentirosos que los niños que dicen la verdad, si acierta al azar, hay una probabilidad del 50 % de que ofrezcan la respuesta correcta. Así que si su precisión ronda el 50 % esto significa que son terribles detectores de mentiras infantiles. Empecemos con universitarios y estudiantes de derecho que por lo general, tienen poca experiencia con los niños. No, no pueden detectar las mentiras de los niños. Sus resultados son similares a los ofrecidos al azar. ¿Qué hay de los trabajadores sociales y los abogados de protección infantil, que trabajan con los niños día a día? ¿Pueden detectar los adultos sus mentiras? No, no pueden. (Risas) ¿Qué pasa con los jueces, funcionarios de aduanas y policías que se enfrenten a los mentirosos a diario? ¿Pueden detectar las mentiras de estos niños? No, no pueden. ¿Qué pasa con los padres? ¿Pueden detectar las mentiras de otros niños? No, no pueden. ¿Pueden los padres detectar las mentiras de sus propios hijos? No, no pueden. (Risas) (Aplausos) Uds. pueden preguntarse por qué estas mentiras son tan difíciles de detectar. Permítanme ilustrarlo con mi propio hijo, Nathan. Esta es su expresión facial cuando miente. (Risas) Por eso, cuando los niños mienten su expresión facial es típicamente neutra. Sin embargo, detrás de esta expresión neutral, el niño experimenta muchas emociones como el miedo, la culpa, la vergüenza y tal vez un poco de alegría por mentir. (Risas) Por desgracia, estas emociones son más bien efímeras u ocultas por lo tanto y sobre todo invisibles a simple vista. En los últimos cinco años hemos estado tratando de encontrar una manera de revelar estas emociones ocultas y descubrimos algo. Sabemos que debajo de nuestra piel facial hay una rica red de vasos sanguíneos. Cuando experimentamos diferentes emociones, nuestro flujo sanguíneo facial cambia sutilmente. Estos cambios son regulados por el sistema autónomo que está más allá de nuestro control consciente. Por lo cual, al observar los cambios en el flujo sanguíneo facial, podemos revelar las emociones ocultas de las personas. Por desgracia, estos cambios de flujo relacionados con las emociones son demasiado sutiles para detectarse a simple vista. Así que para ayudar a revelar estas emociones faciales, hemos desarrollado una nueva tecnología de imagen llamada "imágenes ópticas transdérmica". Para ello, usamos una grabadora normal para grabarles mientras experimentan estas emociones ocultas diversas. Y luego, con nuestra tecnología de procesamiento de imágenes, podemos extraer imágenes transdérmicas de cambios en el flujo sanguíneo facial. Al observar estas imágenes transdérmicas, podemos ver fácilmente los cambios en el flujo sanguíneo facial asociados con las diversas emociones ocultas. Y usando esta tecnología podemos revelar emociones ocultas relacionadas con la mentira y por lo tanto detectar mentiras. Podemos hacerlo de manera no invasiva, de forma remota, a bajo costo, con una precisión de aproximadamente un 85 % que es mucho mejor que el azar. Y además, descubrimos un efecto Pinocho. No, no este efecto Pinocho. (Risas) Este es el efecto Pinocho real. Cuando la gente miente, el flujo sanguíneo facial disminuye en las mejillas y aumenta en la nariz. Por supuesto, la mentira no es la única situación que revela nuestras emociones ocultas. Entonces nos preguntamos, además de detectar mentiras, ¿cómo más se puede emplear nuestra tecnología? Una aplicación es en la educación. Por ejemplo, con esta tecnología podemos ayudar a este profesor de matemáticas identificar al estudiante en su clase con altos niveles de ansiedad sobre el tema que imparte y así poder ayudarle. También puede usarse en el cuidado de la salud. Por ejemplo, todos los días hablo con mis padres por Skype, que viven a miles de kilómetros. Haciendo uso de esta tecnología no solo puedo averiguar lo que está pasando en sus vidas sino también monitorizar a la vez su ritmo cardíaco, su nivel de estrés, su estado de ánimo y si están o no experimentando dolor. Y quizás en el futuro, el riesgo para un ataque al corazón o hipertensión. Y Uds. se preguntaran: ¿podemos usarla también para revelar las emociones de los políticos? (Risas) Por ejemplo durante un debate. Bueno, la respuesta es sí. Con la ayuda de imágenes televisadas podemos detectar el ritmo cardíaco de los políticos, su estado de ánimo y el estrés, y quizás en el futuro, si nos están mintiendo o no. También podemos usarla en la comercialización de la investigación, por ejemplo, para averiguar si a la gente le gusta o no determinados productos de consumo. Incluso podemos usarla en las citas. Así, por ejemplo, si su cita le sonríe, esta tecnología puede ayudar a determinar si le cae bien de verdad o si solo está tratando de ser amable con Ud. Y en este caso, es solo una muestra de amabilidad. (Risas) La tecnología de imagen óptica transdérmica está en una fase muy temprana de desarrollo. Aparecerán muchas nuevas aplicaciones desconocidas en la actualidad. Sin embargo, una cosa que sé con certeza es que la mentira nunca será la misma. Muchas gracias. (Chino) Xie Xie. (Aplausos)