Me encanta hacer taekwondo
y fui campeona nacional una vez.
Pero muchas cosas han
cambiado desde entonces.
Estudié medicina y me
convertí en médica.
Tuve un hijo, y luego una hija.
Y desarrollé una enfermedad
crónica para la cual no hay cura.
En 2000 cuando me diagnosticaron
esclerosis múltiple,
acudí al mejor hospital a mi
disposición, la clínica de Cleveland.
Vi a los mejores médicos,
recibí la mejor atención posible
y tomé los fármacos más nuevos.
Aún así, para 2003, mi enfermedad
se había convertido en SM
secundaria progresiva.
Tomé la quimioterapia
recomendada.
Conseguí la silla de rueda
con respaldo reclinable
y motor, con la que
podía desplazarme.
Tomé Tsybri, y luego CellCept
pero la discapacidad
fue en aumento.
Mi enfermedad había evolucionado.
Tenía miedo a quedar
en cama de por vida.
Investigué los últimos
avances usando podmed.gov.
Sabía que los cerebros afectados
con SM, con el tiempo se encogen.
Por lo tanto, pasé noche tras noche
leyendo los últimos avances médicos
sobre las enfermedades en
las que el cerebro se encoge.
Estas enfermedades son
Hunngton, Parkinson y Alzheimer.
Me di cuenta de que en estas 3 enfermedades,
la mitocondria no funciona bien
y eso hace que el cerebro se encoja.
Con más investigación encontré
estudios en los que cerebros
de ratones y sus mitocondrias
habían sido protegidos
usando aceite de pescado,
creatina y coenzima Q.
Convertí esas porciones para ratones
en porciones para humanos
y comencé mi primera ronda
de auto experimentación.
La rapidez de mi deterioro disminuyó
y me sentí muy agradecida.
Pero seguía empeorando.
Después encontré el Instituto
de Medicina Funcional
y me apunté al curso de educación
continua en medicina: neuroprotección;
un enfoque de medicina funcional para
síndromes neurológicos comunes y raros.
Aprendí más sobre biología celular
y qué podía hacer para proteger el mío.
Esto es algo de lo que aprendí.
Tenemos 1000 millones de células en nuestros
cerebros, con 10 000 millones de conexiones.
Todas estas conexiones deben de estar
aisladas por algo llamado mielina.
Y la esclerosis múltiple daña la mielina.
Para mantener vainas sanas de mielina,
el cerebro necesita mucha vitamina B,
en concreto vitamina B1,
que es la tiamina,
B9 que es la folacina.
B12 que es la cianocobalamina.
También necesita ácidos grasos
de omega 3 y yodo.
Esta es la sinapsis. Esas bellas gotas
doradas son los neurotransmisores.
Para que el cerebro haga neurotransmisores
necesita mucho azufre y vitamina B6,
que es la pirodoxina.
Estas son las mitocondrias.
Son muy bellas.
Y son vitales para nuestras vidas
porque, en cada una de nuestras células,
administran el suministro de
energía para la dicha célula.
Sin las mitocondrias, no seríamos
más grande que una bacteria.
En la escuela de medicina tuve que
memorizar infinidad de reacciones
que involucraban a la mitocondria
pero nunca tuve que aprender qué
compuestos podían fabricar mis células
y cuáles necesitaba consumir para que
esas reacciones sucedan apropiadamente.
Ahora sé que necesito muchas
vitaminas B, azufre y antioxidante
para que mi mitocondria prospere.
Así que, agregué vitaminas B,
azufre y antioxidantes a mi dieta.
Y luego se me ocurrió
que debería conseguir
esta larga lista de
nutrientes de la comida
que si hacía esto probablemente obtendría
cientos, tal vez miles de otros compuestos
que la ciencia aún tiene
que identificar y nombrar
pero que serían útiles para mi
cerebro y mis mitocondrias.
Pero, no sabía en qué
alimentos encontrarlos
y tampoco lo sabía el texto médico
o la literatura científica
que había consultado
acerca de los alimentos.
Pero Internet lo sabía.
Así que... (Risas)
Eso es muy útil.
Así que usándolo, fui capaz de diseñar
un plan alimenticio específicamente
para mi cerebro y mis mitocondrias.
Y ahora, antes de decirles cuál
es este plan, vamos a revisar
qué es lo que están comiendo
los estadounidenses.
Voy a empezar con Uds.
Piensen en lo que comieron
las últimas 24 horas
cuenten todas las frutas
y vegetales que comieron.
No incluyan las patatas, ni maíz,
porque esos son almidones.
Ahora, si pudieran llenar
un plato, levanten la mano.
Vamos, no sean tímidos,
levanten sus manos.
Bien, si pudieron llenar 2 platos
mantengan sus manos arriba.
¿Alguien pudo haber comido 3 platos?
Miren a su alrededor, ¿Ven como
hay pocas manos aún arriba? Bien.
Ahora, vamos a ver otra familia.
Esto es del "Planeta hambriento"
de Peter Wenzel,
muestra lo que esta familia de EE.UU.
comerá durante la siguiente semana.
Miren con atención y verán
mucha comida procesada
en cajas, tarros
y otros contenedores.
Esto es lo que come la mayoría
de los estadounidenses,
así come la mayoría de la sociedad
conforme se enriquece.
Y es posiblemente la causa de que
cuando las sociedades enriquecen,
su salud empeora.
Esta diapositiva pertenece
al profesor Lauren Cordain
y muestra el porcentaje
de estadounidenses
cuya dosis está por
debajo de la recomendada
en una variedad de
nutrientes importantes.
En la parte inferior
verán que menos de la mitad toma
suficiente vitaminas B, C y A.
Ahora si ven la parte superior, verán
que dos tercios no tomamos
suficiente calcio,
magnesio, zinc o yodo,
y que el 80 % no toma
suficientes grasas de omega 3.
Nosotros, tú, estamos privando
de nutrientes a nuestras células.
Estamos vivos gracias a
complicadas reacciones químicas.
Si no les das las materias primas, que son
vitaminas, minerales y grasas esenciales
esas reacciones no pueden
suceder apropiadamente.
Por lo tanto se fabrican
las estructuras incorrectas,
o incluso ninguna
estructura es fabricada.
Abres la puerta a enfermedades crónicas.
Es por eso que nuestros niños
nacen con mandíbulas muy pequeñas
que se conviertan en dientes torcidos
y cerebros más pequeños.
Es por eso que tenemos
presión sanguínea,
tus vasos sanguíneas
se endurecen al envejecer.
Es por eso que 1 de cada
3 niños estadounidenses
o 1 de cada 2 si es
afro o hispano
serán diabéticos y obesos,
ya sean niños o jóvenes.
Es por eso que en nuestras escuelas
cada año tenemos más y más niños
con severos problemas cerebrales
y severos problemas de comportamiento.
Pero, no tiene que ser así.
Durante 2 millones y medio de años,
los humanos comimos lo que
podíamos recolectar y cazar.
Los llamábamos los
cazadores-recolectores.
La dieta del cazador-recolector,
la dieta paleolítica, consiste de hojas,
raíces, frutos, carne y pescado.
Se obtiene fresca y por temporada
y es, por supuesto, orgánica.
El pueblo inuit en el norte comía muy
diferente que los africanos en la sabana.
Sin embargo, cuando los
científicos analizaron sus dietas
excedieron las dosis recomendadas
por 2 o hasta 10 veces,
dependiendo del nutriente.
Estos pueblos antiguos saben más de
comer para una salud y vitalidad óptima
que nosotros, los médicos y científicos.
La dieta del cazador-recolector
es más nutritiva que la dieta
de la Asociación Estadounidense
del Corazón
es más nutritiva que la dieta de la
Asociación Estadounidense de la Diabetes
y más nutritiva que la pirámide
alimenticia de la USDA.
Por lo tanto empecé con la
dieta del cazador-recolector.
Usé estos conceptos, pero la estructuré
para estar segura de obtener la nutrición
las vitaminas, minerales, nutrientes
que identifiqué como esenciales
para las células de mi
cerebro y mis mitocondrias.
La dieta es la siguiente:
3 tazas de hojas verdes
3 tazas de vegetales ricos en azufre
3 tazas de colores brillantes
carne de animales alimentados
con pasto, carne de órganos y algas.
Tres tazas son un plato bien lleno.
Comienzo con lo verde, porque son ricos en
vitaminas B, vitaminas A, C, K, minerales.
Y estos son 2 tipos de coles.
La col verde tiene la mayor
cantidad de nutrientes por caloría
que cualquier otra planta.
Las vitaminas B protegen
tus células y tus mitocondrias,
las vitaminas A y C apoyan
a tus células inmunes,
la vitamina K mantiene tus vasos
sanguíneos y huesos sanos.
y los minerales son cofactores de cientos
de diferentes enzimas en el cuerpo.
Además: un plato diario de vegetales
verdes disminuye drásticamente
el riesgo de cataratas
y degeneración macular
que es una de las principales
causas de ceguera en los EE.UU.
Así que, consuman más col verde, más
perejil, más vegetales verdes cocinados.
Beban más jugos verdes.
Coman bocadillos de col verde
deshidratada que son deliciosos,
a mi hija adolescente
y a sus amigos les encantan.
Quiero que coman 3 tazas, un plato
lleno de vegetales ricos en azufre diario.
El cerebro y las mitocondrias
necesitan azufre.
El hígado y el riñón necesitan azufre
para poder remover toxinas
del torrente sanguíneo.
La familia de los coles
es rica en azufre.
Esto incluye al repollo, broccoli,
coliflor, coles de Bruselas;
nabos, rábanos, y la col rizada.
La familia de las cebollas
también es rica en azufre.
Cebollas, ajos, puerros, chalota
y también lo son los hongos y espárragos.
También quiero que
coman un plato, 3 tazas,
preferentemente de 3 colores
diferentes cada día.
Los colores son flavonoides y polifenoles.
Estos son potente antioxidantes que
ayudaran a la retina, las mitocondrias,
a las células del cerebro
a eliminar toxinas.
Puedes obtener colores de vegetales
como betabel, zanahoria,
pimiento, col morada,
o de moras y frutos de colores
brillantes como melocotones y naranjas.
Quiero que coman proteínas de alta calidad
ricas en ácidos grasos omega 3.
Los ácidos grasos omega 3
son muy importantes
para aislar los cables
de nuestro cerebro.
También son vitales para el
desarrollo de nuestras mandíbulas,
así tendrás dientes rectos
y un cerebro grande.
Por esto coman peces salvajes,
en particular salmón y arenque.
También coman carne de animales
alimentados por pasto todos los días.
Nuestras sociedades antiguas
valoraban la carne de órganos.
Y la carne de órganos es una fuente
concentrada de vitaminas,
minerales y coenzima Q.
Es particularmente potente
para dar soporte a las mitocondrias.
Coman carne de órganos
como hígado con cebollas, corazón,
lengua, molleja, páncreas
una vez a la semana.
Los antiguos viajaban largas distancias
para asegurarse suministro de algas.
Las algas son una fuente rica
en yodo y selenio.
El cerebro necesita yodo para hacer
mielina, el aislante de sus conexiones.
También necesita yodo para eliminar
toxinas, en particular mercurio,
plomo y otros metales pesados.
Un nivel adecuado de yodo disminuye
el riesgo de cáncer de senos
y de cáncer de próstata.
Estudios han mostrado
que el 80 % de los estadounidenses
tienen bajo nivel de yodo.
Por eso coman algas al
menos una vez a la semana
para asegurar un nivel
adecuado de yodo.
La mayoría de los estadounidenses
no se imaginan comiendo 9 tazas,
3 platos llenos de vegetales
y bayas a diario,
pero si te comprometen
a comer 9 tazas
de estos increíblemente saludables
y maravillosos vegetales y bayas a diario
antes de comer granos, patatas, lácteos,
habrán aumentado drásticamente
el contenido de vitaminas
y minerales en tu dieta.
Además, habrás disminuido drásticamente
el riesgo a alergias a alimentos.
Las alergias y sensibilidad a alimentos
son más comunes de lo que creemos
ya que son difíciles de
diagnosticar y en particular
la sensibilidad al gluten, la proteína
del trigo, centeno, cebada
y a los lácteos, a la caseína que es una
proteína encontrada en los lácteos
y que es asociada a una gran variedad
de problemas de salud, incluyendo
pero no limitados a eczemas,
asma, alergias, infertilidad,
intestino irritable, fibromialgia, fatiga
crónica, artritis, dolor de cabeza crónico
problemas neurológicos
y de comportamiento.
Si, va a costar más comer estos
bellos vegetales y bayas,
pero les aseguro que vale el esfuerzo.
Vale el esfuerzo de inmediato,
son alimentos necesarios para
recuperar la salud y la vitalidad,
o lo pagarán con médicos,
en fármacos de receta, operaciones,
tiempo perdido de trabajo, retiro
temprano y el cuidado en un asilo.
La decisión es de Uds.
Durante 7 años tuve la mejor atención,
los fármacos más recientes
y cada vez estaba más imposibilitada.
Para noviembre de 2007
no podía sentarme en una silla
como Uds. están sentados ahora.
Tenía que estar sentada en una silla
de gravedad cero como esta,
en casa, en el trabajo, o en cama.
Podía caminar distancias cortas
usando 2 bastones;
Perdía mis llaves y mis teléfonos.
Tenía pesadillas que mi jefe de personal
me quitaba mis privilegios clínicos.
Y entonces diseñé esta dieta
específicamente para las células
de mi cerebro y mis mitocondrias
Ahí fui cuando empecé...
me convertí en una
cazadora-recolectora moderna.
Tres meses después podía caminar entre
las salas de pruebas usando un bastón.
El siguiente mes pude caminar
por el hospital sin bastón.
Cinco meses después,
me subí a mi bicicleta
por primera vez en una década
y di la vuelta a la manzana.
Nueve meses después de mi
nueva manera de comer
pedaleé 30 kilómetros.
El siguiente año cabalgué en
las Montañas Rocosas canadienses.
Soy un foco rojo,
vengo a advertirles a todos.
Tomemos una decisión:
podemos continuar comiendo esa deliciosa,
conveniente y sabrosa comida procesada
y vernos a nosotros mismos
y a nuestros hijos crecer
cada vez con más sobrepeso,
depresión y diabetes,
o podemos continuar viendo
como los costos de nuestro sistema
de salud se elevan sin control
llevándonos a la quiebra individual
y colectivamente como país,
o podemos comer para
nuestras mitocondrias,
comiendo vegetales y bayas, carne
de animales alimentados con pasto
carne de órganos y algas
y tener más vitalidad.
Tenemos una opción.
Yo elijo enseñar al público
el poder curativo de la comida
a través de ensayos clínicos.
Estamos probando métodos
de prevención y otros
para la SM secundaria progresiva,
presentaremos nuestra investigación
el domingo en la conferencia
de neurociencia del 2011.
Los resultados dejan sin aliento.
Todos tenemos una opción.
Los invito a convertirse en
cazadores-recolectores modernos
y comer para sus mitocondrias,
convertirse en embajadores
de sus mitocondrias.
Porque si yo pude levantarme de la
silla de ruedas haciendo esto,
imaginen lo que comer para sus
mitocondrias puede hacer en Uds.,
su familia, su país,
su comunidad, su mundo.
Tomemos una decisión.
¿Cuál será?
Gracias.
(Aplausos)