Cuando se publicó mi primer libro para niños en 2001, volví a mi antigua escuela primaria para hablar con los estudiantes sobre ser autor e ilustrador, y cuando estaba ajustando mi proyector de diapositivas en el refectorio miré al otro lado de la habitación, y allí estaba ella: mi querida señora de la cafetería. Estaba todavía allí en la escuela y estaba preparando afanosamente los almuerzos del día. Así que me acerqué para decirle hola, y le dije: "¡Hola, Jeannie! ¿Cómo estás?" Y ella me miró y me di cuenta de que me reconoció, pero no podía ubicarme bien, y me miró y me dijo, "¿Stephen Krosoczka?" Me sorprendió que supiera que yo era un Krosoczka, pero Stephen es mi tío, que es 20 años mayor que yo, y ya era la señora de la cafetería, cuando él era un niño. Y empezó a hablarme de sus nietos y que me dejó alucinado. Mi señora de la cafetería tenía nietos, y por lo tanto hijos, y por lo tanto, ¿deja la escuela al final del día? Pensé que vivía en la cafetería con las cucharas de servir. Nunca había pensado en nada de eso antes. Bueno, ese encuentro casual inspiró mi imaginación y creé la serie de novelas gráficas "La señora de la cafetería", una serie de cómics sobre una señora de la cafetería que usa sus trozos de filete de pescado para luchar contra los malos sustitutos cyborg, un monstruo del autobús escolar, y los mutantes matemáticos, y el final de cada libro, atrapa al malo de la película con su redecilla, y proclama: "¡Servida la justicia!" (Risas) (Aplausos) Y ha sido increíble, porque la serie fue muy bienvenida en las vidas de lectura de los niños, y me enviaron cartas de lo más sorprendentes y tarjetas y obras de arte. Y a medida que visitaba escuelas, notaba que el personal del refectorio participaba en la programación de una manera muy significativa. De costa a costa, todas las señoras de la cafetería me dijeron lo mismo: "Gracias por hacer una superheroína a nuestra semejanza". Y esto es porque la señora de la cafetería no ha sido tratada con aprecio en la cultura popular a través del tiempo. Pero eso significaba lo máximo para Jeannie. Cuando los libros se publicaron por primera vez, la invité a la fiesta de lanzamiento del libro, y delante de todos los presentes, cada uno a quienes ella había alimentado durante los años, le regalé una obra de arte y algunos libros. Dos años después de esta foto, ella falleció y asistí a su velorio. Nada podría haberme preparado para lo que vi allí, porque al lado de su ataúd estaba esta pintura y su marido me dijo que significaba mucho para ella que yo había reconocido su trabajo duro, que yo había validado lo que hizo. Y eso me inspiró a crear un día en que pudiéramos recrear esa sensación en los comedores de todo el país: El Día del héroe del almuerzo escolar, un día en que los niños puedan hacer proyectos creativos para su personal del comedor. Y me uní a la Asociación de Nutrición Escolar, y ¿sabían que algo más de 30 millones de niños participan en los programas de almuerzo escolar cada día. Eso equivale a un poco más de 5 mil millones de almuerzos hechos cada año escolar. Y las historias de heroísmo van mucho más allá de que un niño tenga solo unos nuggets de pollo adicionales en su bandeja del almuerzo. Está la Sra. Brenda en California, que mantiene una estrecha vigilancia sobre cada estudiante que llega a su fila y luego informa al consejero si algo anda mal. Hay señoras de comedores en Kentucky, que se dieron cuenta de que el 67 % de sus estudiantes dependían de esas comidas cada día, y se quedaban sin comida durante el verano; así que reequiparon un autobús escolar para crear una unidad de alimentación móvil, y recorren los barrios alimentando a 500 niños por día durante el verano. Y los niños hacen los proyectos más increíbles. Yo sabía que lo harían. Tarjetas hamburguesa hechas por niños en cartulina. Tomaron fotos de la cabeza de su señora de la cafetería y la pegaron en mi historieta de la señora de la cafetería, la fijaron en un cartón de leche y lo llenaron con flores. Hicieron sus propios cómics, protagonizados por la señora de la cafetería de la historieta junto a sus señoras de la cafetería reales. E hicieron pizzas de agradecimiento, en las que cada niño firmó un relleno diferente de una pizza de cartulina. Y yo estaba muy conmovido por la respuesta que llegaba de las señoras de la cafetería, porque una mujer me dijo, "Antes de este día, me sentía como si estuviera al final del planeta en esta escuela. No creía que nadie nos notara aquí abajo". Otra mujer me dijo: "Sabe, lo que saco de esto es que lo que hago es importante". Y, por supuesto, lo que hace es importante. Lo que todas ellas hacen es importante. Están alimentando a nuestros hijos todos los días, y antes de que un niño puede aprender, su estómago tiene que estar lleno y estas mujeres y hombres están trabajando en el frente de la batalla para crear una sociedad educada. Así que ojalá y no esperen al Día del héroe del almuerzo escolar para darle las gracias a su personal del refectorio, y espero que se acuerden lo poderoso que un agradecimiento suyo puede ser. Un agradecimiento de Uds. puede cambiar una vida. Cambia la vida de la persona que lo recibe, y cambia la vida de la persona que lo expresa. Gracias. (Aplausos)