¿Qué es ese sonido? Según a quién le preguntas, el ruido al crujir las articulaciones es o bien el sonido de un dulce alivio o algo desagradable digno de un hábito nauseabundo. Pero en serio, ¿qué es ese sonido? Quiero decir, ¿por qué al doblar las articulaciones de cierta manera se produce este tipo de ruido? Los científicos han ofrecido varias explicaciones, como la elongación repentina de los ligamentos, y en casos extremos, el frotamiento de los huesos uno contra el otro. Pero la explicación más común de por qué al estirar las articulaciones se produce este sonido de burbujas reventadas es que, bueno, de hecho hay burbujas allí. Las articulaciones de los dedos son las que crujen con más facilidad pero muchos también hacen crujir las articulaciones entre las vértebras de su cuello y de la espalda, y hasta de sus caderas, muñecas, hombros y así sucesivamente. Todas estas articulaciones son articulaciones sinoviales, y son los más flexibles del cuerpo. El espacio entre dos huesos está lleno de un líquido viscoso, el líquido sinovial, que contiene largas moléculas lubricantes como el ácido hialurónico y la lubricina. El líquido sinovial tiene más o menos la textura de una yema de huevo y su propósito principal es acolchar los huesos y ayudarles a deslizarse uno sobre el otro. También contiene células fagocíticas que ayudan a limpiar cualquier hueso o cartílago de los residuos presentes en la articulación. Pero la razón por la que es importante para el crujido de los nudillos es que, al igual que otros fluidos corporales contiene una gran cantidad de moléculas gaseosas disueltas. Los amantes del chasquido articular saben que para conseguir un buen crujido tienen que estirar la articulación más de lo habitual estirando los dedos hacia atrás, por ejemplo. Al hacer eso, los huesos se alejan unos de otros. El espacio entre ellos se agranda pero la cantidad de líquido sinovial queda constante. Eso crea una zona de baja presión que influye sobre los gases disueltos del líquido sinovial, igual que el dióxido de carbono que burbujea en un refresco cuando se abre la tapa. Dentro de la articulación, los gases que se escapan crean una burbuja sonora. Pero la burbuja no dura mucho tiempo. El fluido que la rodea la presiona hasta que finalmente la hace estallar. Las burbujas de gas liberadas en el espacio sinovial se dispersan para lentamente disolverse de nuevo en el líquido, en un proceso que dura casi 20 minutos, motivo por la cual tiene que pasar un tiempo para poder crujir las articulaciones de nuevo. Algunos científicos piensan que en realidad puede haber dos estallidos, uno cuando se forman las burbujas y otro cuando estallan. Al hacer crujir una articulación su tamaño aumenta temporalmente, y eso puede ser la razón del porqué los amantes del chasquido articular afirman que este hábito ayuda a que sus articulaciones se sientan más sueltas y flexibles. Pero habrás oído de algún familiar preocupado o compañero molesto que crujir las articulaciones produce artritis. Un médico llamado Donald Unger también lo oyó así que decidió refutar las advertencias de su madre, crujiendo los nudillos de su mano izquierda en repetidas ocasiones durante 50 años, sin repetir la acción en la mano derecha. Unos 36 500 chasquidos después, ninguna mano presentaba signos de artritis. Por este acto desinteresado de devoción a la ciencia, el Dr. Unger recibió un Premio Ig Nobel, una parodia del Premio Nobel que premia logros científicos extravagantes pero fascinantes. Unger escribió que sus resultados deberían impulsar la investigación sobre otras creencias de los padres, como la importancia de comer espinacas. El jurado aún no se ha expedido sobre el particular. En cuanto a los crujidos de los nudillos, un estudio indica que al estirar las articulaciones y reventar las burbujas sus manos pueden hincharse y su fuerza de agarre debilitarse. Pero el mayor peligro probado hasta ahora es que molesta a los que te rodean.