¿Cómo sabes qué está pasando en tu mundo? La cantidad de información a solo un clic de distancia puede que sea ilimitada, pero el tiempo y la energía que tenemos para absorberla y evaluarla no lo es. Toda la información del mundo no será muy útil a menos que sepas cómo leer las noticias. Para tus abuelos, padres, o incluso hermanos mayores, esta idea habría sonado extraña. Hace pocas décadas, las noticias eran emitidas. Las opciones se limitaban a un par de revistas de interés general, periódicos de referencia, y 3 o 4 canales de TV en los que los presentadores de noticias de confianza contaban las noticias del día a la misma hora cada noche. Pero los problemas de este sistema pronto se hicieron evidentes conforme se expandieron los medios masivos. Si bien se sabe que en países autoritarios controlaban y censuraban la información, una serie de escándalos mostraron que en gobiernos democráticos también engañaban al público, a menudo con la cooperación de los medios de comunicación. Revelaciones de guerras secretas, asesinatos secretos, y corrupción política socavaron la fe pública en las narrativas oficiales presentadas por las fuentes convencionales. Esta ruptura de la confianza en los guardianes de los medios llevó a periódicos, programas de radio y noticieros de cable alternativos a competir por las audiencias y a cubrir eventos desde varios puntos de vista. Más recientemente, Internet ha multiplicado la cantidad de información y de puntos de vista, con medios sociales, blogs, y videos online convirtiendo a cada ciudadano en un reportero potencial. Pero si todo el mundo es reportero, nadie lo es, y diferentes fuentes pueden estar en desacuerdo, no solo en opiniones, sino en los propios hechos. Entonces ¿cómo llegar a la verdad, o cerca? Una de las mejores maneras de hacerlo es conseguir la noticia original y no una alterada por intermediarios. En vez de artículos que interpretan un estudio científico o los discursos de un político, a menudo se puede encontrar el material real y juzgar por uno mismo. Para los eventos actuales, se puede seguir periodistas en los medios sociales. Durante los grandes eventos, como la Primavera Árabe o las protestas de Ucrania, presentadores y blogueros publicaron actualizaciones y grabaciones en medio del caos. Aunque muchos de ellos aparecen luego en artículos o emisiones, ten en cuenta que estas versiones pulidas a menudo combinan la voz de la persona que estuvo allí con material de editores que no estuvieron. Al mismo tiempo, cuanto más caótica la historia, menos deberías tratar de seguirla en tiempo real. En acontecimientos como ataques terroristas o desastres naturales, los medios de hoy tratan de hacer coberturas continuas aun cuando no hay nueva información confiable, llevando a veces a información incorrecta o a acusaciones falsas a personas inocentes. Es fácil preocuparse en estas situaciones, pero trata de consultar la última información varias veces por día, en vez de hacerlo varias veces cada pocos minutos, para permitir que surjan detalles completos y que se refuten informes falsos. Si bien el buen periodismo apunta a la objetividad, la parcialidad de los medios es a menudo inevitable. Cuando no puedas obtener la historia directa, lee coberturas de múltiples medios que designen distintos reporteros y entrevisten a diferentes expertos. Sintonizar varias fuentes y notar las diferencias te permite unir las partes y formarte una imagen completa. También es crucial separar los hechos de las opiniones. Palabras como "pienso", "habría", o "probablemente", significan que el medio es cuidadoso o, peor, que está adivinando. Y atención con informes basados en fuentes anónimas. Pueden ser personas que tienen poco contacto con la historia, o tienen un interés en influir en la cobertura, su anonimato no los hace rendir cuenta por la información que entregan. Por último, y más importante, trata de verificar la noticia antes de difundirla. Si bien los medios sociales nos dieron acceso a la verdad más rápidamente, también permiten difundir rumores antes de poder verificarlos y que sobrevivan las falsedades mucho después de ser refutadas. Antes de compartir esa noticia increíble e indignante, busca en Internet información adicional información o contexto que pudieras haberte perdido y qué dicen otros de eso. Hoy, somos mucho más libres que antes respecto de los viejos guardianes de los medios que solían controlar el flujo de información. Pero con la libertad viene la responsabilidad: la responsabilidad de forjar nuestra propia experiencia y asegurar que este flujo no se vuelva un aluvión, que nos deje menos informados que antes de empezar.