Esta es una historia sobre el capitalismo. Un sistema que me encanta por los éxitos y oportunidades que me brindó a mí y a millones de personas. A los 20 empecé a comerciar con materias primas, con algodón, en la bolsa de valores; y si alguna vez hubo un libre mercado para todos, ese lo fue, donde hombres con corbatas, actuaban como gladiadores luchando, físicamente por beneficios. Afortunadamente, me fue bastante bien, por lo que a los 30 tuve la opción de saltar al mundo de la gestión de fondos, donde pasé tres décadas como inversor global a escala macro. Y durante ese tiempo, he visto muchas cosas locas en los mercados, y he cambiado muchas manías locas. Y, por desgracia, me entristece informarles que ahora podríamos estar en las garras de una de las más desastrosas, sin duda, de mi carrera. Y una lección congruente es que las manías nunca terminan bien. En los últimos 50 años, como sociedad vemos nuestras empresas y corporaciones con una tendencia muy cerrada casi monomaníaca con respecto a la forma en que las valoramos, y hemos puesto mucho énfasis en los beneficios, en ganancias trimestrales y en precios de acciones a corto plazo, excluyendo todo lo demás. Es como haber estafado a la humanidad fuera de nuestras empresas. Pero nosotros no lo hacemos... convenientemente lo reducimos a números con los que se juega, como si de Legos se tratara, eso no lo hacemos en nuestra vida individual. Nosotros no tratamos a alguien o lo valoramos basándonos en sus ingresos mensuales o su calificación crediticia. Pero tenemos este doble rasero al valorar nuestras empresas, y ¿saben qué? Esto amenaza a los propios cimientos de nuestra sociedad. Ya lo verán. Este gráfico muestra los márgenes de beneficio corporativo de los últimos 40 años en porcentajes de ingresos, y estamos en el valor máximo del 12,5 % de los últimos 40 años. Fabuloso, si uno es accionista, pero si están al otro lado, y son un trabajador estadounidense promedio, entonces ven que esto no es bueno. ["Participación de ingresos en EE.UU. a empleados vs. proporción de retribución de CEO a trabajador"] Pero, mayor margen de beneficio no aumenta la riqueza de la sociedad. En realidad, aumenta la desigualdad de ingresos, y eso no es bueno. Pero intuitivamente, eso tiene sentido, ¿verdad? Porque si al 10 % de las familias estadounidenses le pertenece el 90 % de las acciones, por tener una mayor participación en los beneficios empresariales, entonces hay menos riqueza para el resto de la sociedad. Una vez más, la desigualdad de ingresos no es buena. Este gráfico realizado por The Equality Trust, muestra 21 países desde Austria hasta Japón o Nueva Zelanda. En el eje horizontal está la desigualdad de ingresos. Cuanto más a la derecha, mayor es la desigualdad de ingresos. En el eje vertical hay nueve indicadores sociales y de salud. Cuanto más se sube, peores son los problemas, y esas métricas incluyen esperanza de vida, embarazo adolescente, alfabetización, movilidad social, por nombrar unos pocos. Los estadounidenses se preguntarán, ¿dónde está EE.UU.? ¿Dónde está en este gráfico? Y ¿adivinan qué? Estamos, literalmente, fuera del gráfico. Sí, esos somos nosotros, con la mayor desigualdad de ingresos y los mayores problemas sociales, en función de esos parámetros. Aquí hay un pronóstico macro que es fácil de hacer, y esto es que, la brecha entre los más ricos y los más pobres, no se conseguirá cerrar. La historia siempre lo hace. Típicamente sucede de una de tres maneras: a través de una revolución, más impuestos o guerras. Ninguno está en mi lista de últimas voluntades. (Risas) Pero hay otra manera de hacerlo, y es aumentando la equidad en el comportamiento de las empresas, pero en este momento lo hacemos de un modo que requiere un cambio tremendo de comportamiento, y al igual que un adicto que trata de dejar el hábito, el primer paso es reconocer que un tiene un problema. Y permítanme decir, esta manía del beneficios donde estamos, está tan profundamente arraigada que ni siquiera nos damos cuenta de cómo estamos dañando a la sociedad. Aquí hay un ejemplo pequeño pero sorprendente de cómo lo hacemos: Este gráfico muestra la contribución empresarial como un porcentaje de beneficios, no los ingresos de los últimos 30 años. Compárenlo con la tabla anterior sobre los márgenes de ganancias corporativas, y me pregunto: ¿está esto bien? Para ser justos, cuando empecé a escribir esto, pensé: "Qué hace mi empresa?, ¿qué hace Tudor?" Y me di cuenta de que donamos un 1 % de los beneficios empresariales a la caridad cada año. Y se supone que por eso debo ser filántropo. Cuando me di cuenta de esto, literalmente me sentí morir. Pero el meollo es que esta manía está tan profundamente arraigada que personas bien intencionadas, como yo, no percibimos que somos parte de ella. Nosotros no cambiaremos el comportamiento empresarial, por el simple aumento de la filantropía corporativa o donaciones caritativas. Y que, por cierto, hemos cuadruplicado desde que, pero... (Aplausos) Por favor. Pero podemos hacerlo, con un comportamiento más justo. Y una manera de hacerlo es, en realidad, confiando en el sistema que nos trajo hasta aquí, en primer lugar, y ese es el sistema de libre mercado. Hace aproximadamente un año, algunos amigos míos y yo iniciamos una organización sin fines de lucro llamada "Capital justo". Su misión es muy simple: ayudar a las empresas y corporaciones a aprender a funcionar de una manera más justa mediante la entrada del público para definir bien cuáles son los criterios para el comportamiento corporativo justo. En este momento, no hay un estándar ampliamente aceptado que pueda seguir una compañía, y ahí es donde entra en juego "capital justo". porque a partir de este año y cada año haremos una encuesta a nivel nacional con una muestra representativa de 20 000 estadounidenses para saber exactamente qué creen, cuáles son los criterios de equidad en el comportamiento empresarial. Ahora, este es un modelo que empezará en EE.UU. pero se puede expandir a cualquier lugar del mundo, y tal vez descubramos que lo más importante para el público es que creemos puestos de trabajo con salarios dignos o que hagamos productos sanos, o que ayuden o no dañen el medio ambiente. En "Capital Justo" no sabemos, y no lo debemos decidir nosotros. Solo somos los mensajeros, pero tenemos 100 % confianza y fe en el público estadounidense para hacerlo bien. Así que lanzaremos los resultados este septiembre, por primera vez, y luego el año que viene haremos un nuevo sondeo y daremos el paso aditivo esta vez de clasificar las 1000 empresas más grandes de EE.UU. del número 1 al número 1000 y todo lo demás. Lo llamamos el índex justo, y recuerden, somos una organización independiente sin fines de lucro, sin sesgo, dando al público estadounidense una voz. Y tal vez con el tiempo, averigüemos que en función de que la gente sepa qué empresas son las más justas, atraerán a más recursos humanos y económicos y se convertirán en las más prósperas y ayudarán a nuestro país a ser el más próspero. El capitalismo ha sido responsable de todas las innovaciones importantes que ha hecho de este mundo un lugar más inspirador y maravilloso para vivir. El capitalismo tiene que estar basado en la justicia. Y debe ser así, ahora más que nunca, porque la brecha económica es cada vez más profunda. Se estima que el 47 % de los trabajadores estadounidenses se desplazarán en los próximos 20 años. No estoy en contra del progreso. Quiero tanto el auto sin conductor y el jet pack como todos los demás. Pero defiendo el reconocimiento de que el aumento de riqueza y los beneficios deben ir acompañados de una mayor responsabilidad social de las empresas. "Si se quita la justicia", dijo Adam Smith, padre del capitalismo, "la inmensa estructura de la sociedad humana inmediatamente se deshará en átomos". Cuando yo era joven y había un problema, mi mamá solía suspirar siempre y sacudir la cabeza diciendo: "Ten misericordia, ten misericordia". Ahora no es el momento para nosotros, de mostrarles misericordia. Ahora es el momento de mostrarles equidad, y podemos hacerlo, Uds. y yo, empezando donde trabajamos, en las empresas que dirigimos. Y cuando situemos la justicia a la par de los beneficios, obtendremos lo más maravilloso de todo el mundo. Retomemos de nuevo nuestra humanidad. Gracias. (Aplausos)