Vivimos en un mundo físico. También vivimos en un mundo físico en proceso de fundirse con el mundo digital. Como consecuencia, cada vez más, un aspecto del mundo físico como, digamos, el hecho de que esté geográficamente distribuido, está empezando a impactar nuestras experiencias digitales. Esta es una propiedad mundial, porque todos vivimos en toda la superficie de un planeta que tiene un diámetro finito. Así, por ejemplo, en mundos virtuales, si hay alguien en un lado del planeta y otra persona al otro lado del planeta, que interactúan vía un mundo virtual, como "Second Life", la experiencia tiene un retraso debido a que la luz tarda un tiempo finito en viajar por la superficie de la Tierra. para conectarlos. Y este problema no es de ninguna manera específico de los mundos virtuales. Es un problema que se siente fuertemente en los sectores industrial y financiero. El sector financiero en particular tiene motivos muy fuertes para asegurarse de que los retrasos de tiempo en la transmisión de información entre los intercambios financieros sea mínimo. Un ejemplo más, la telerobótica y la telecirugía. Conforme avanzamos hacia una era en la que un médico en un lugar en la Tierra pueda realizar una cirugía a un paciente en algún lugar opuesto de la Tierra, los retrasos asociados en la manipulación de máquinas remotas se vuelven cada vez más esenciales en el desempeño. ¿Cómo hacemos para intentar solucionar esto? Este es un mapa de cables submarinos esparcidos en todos los océanos de la Tierra y en la superficie. Estamos cabalmente cableando la superficie del planeta para permitir el flujo eficiente de información de cualquier punto de la superficie de la Tierra a cualquier otro punto de la superficie de la Tierra. Pueden imaginar que estamos relativamente cerca de solucionar este problema de retrasos de información. Pero claro, como con todas las propiedades físicas, hay límites. He aquí uno muy importante. Lo que ven aquí son dos mapas de algunas conexiones de Internet de vanguardia que conectan sitios. A la izquierda, una conexión de Nueva York a Chicago. A la derecha, de Nueva York a Londres. Resulta interesante si miran la cantidad de tiempo que lleva mandar información de ida y vuelta, por estos conductos y los comparan con el límite físico teórico de cuán rápido se puede enviar información ida y vuelta usando la luz por una fibra óptica, notarán que estamos prácticamente alcanzando los límites físicos permitidos para enviar información por la Tierra entre ciudades importantes. Este es el problema, por las razones que he mencionado, que simplemente se exacerbarán con el tiempo. ¿Por qué es esto un problema? Bueno, la forma en que hemos construido muchas de nuestras transacciones globales actuales en Internet y en nuestras redes en general, requieren transacciones de ida y vuelta. Así, si tienen un lugar A, y un lugar B, y quieren coordinar los procesos entre estos dos lugares, tienen que enviarse entre sí información de su estado presente y esperar a que la otra parte reaccione a esa nueva información y devuelva una señal de ejecución. En otras palabras, la mayoría de las transacciones actuales, están atoradas por demoras de viajes de ida y vuelta en Internet. Ahora bien, la biología como históricamente ha sido el caso, ha surgido con una solución a este problema. Entonces si como humanos tocamos una superficie caliente, notaremos que la mano se retrae por sí misma antes de sentir el dolor en la mente. Y la razón es que la señal del dolor no viaja la distancia completa del dedo al cerebro y luego de vuelta a las neuronas motoras. para retraer la mano. En cambio, sólo viaja a un sitio intermedio, a la espina dorsal, donde de inmediato es reconocida como información de acción y de inmediato se emiten señales de vuelta para una respuesta más rápida. Se le llama acto reflejo. Así, la biología nos da la solución Podemos hacer actos reflejos para la red global. Así, en lugar de hacer viajes de ida y vuelta de transmisión de información coloquemos infraestructura de servidores en sitios geográficos bien seleccionadas entre dos lugares geográficos diferentes que tengan que coordinarse. Este es un problema que he estado reflexionando por varios años: ¿cómo ubicar mejor estos sitios intermedios para precisamente darle la vuelta a la velocidad de la luz sin estar obligados a esperar este viaje de ida y vuelta de transmisión? Recientemente identifiqué y publiqué la solución óptima. Lo que ven aquí es una ecuación que describe la solución óptima teórica de dónde colocarse entre dos lugares diferentes para coordinar óptimamente procesos que ocurren en lados opuestos. Entonces, sólo por gusto, agarré esta ecuación y la apliqué a una tarea financiera. Lo que ven aquí es llanamente un mapa del tesoro. Los dos puntos rojos grandes representan las bolsas de valores más grandes del mundo y los puntitos azules aquí representan los lugares intermedios óptimos calculados para coordinar transacciones en un par de estos intercambios. Notarán que muchos de estos lugares intermedios óptimos están en áreas escasas de red y en océanos. Esto vendría siendo la primera excusa para de hecho hervir los océanos con la computación. ¿Cómo hacemos para desplegar esta nueva infraestructura? Les he mostrado aquí, tres distintas modalidades para desplegar estos nuevos servidores que serían responsables de crear actos reflejos globales que nos ayuden a darle la vuelta a las limitaciones de la velocidad de la luz. Entonces a la izquierda, ven torres de microondas, vemos globos en medio, y vemos boyas de microondas, boyas repetidoras de microondas, a la derecha. Estas son sólo 3 modalidades que podemos contemplar, que le darían la vuelta a la velocidad de la luz debido al tamaño finito de la Tierra. Así, creo, volviendo atrás que nos enfrentamos con una oportunidad en la historia, no sólo de alcanzar la finita velocidad de la luz, como pretexto para las telecomunicaciones de la Tierra, sino para usar esto como una oportunidad para crear mucha infraestructura nueva en lugares que anteriormente no la tenían y en particular, y esta analogía en especial me gusta, la Ruta de la Seda, el comercio de la seda fue responsable en los primeros siglos de la era común, de crear crecimiento económico en sitios intermedios entre lados opuestos de la ruta de comercio. Creo que la oportunidad aquí es emplear la velocidad finita de la luz para desplegar infraestructura en muchos lugares del mundo que en la actualidad no tienen acceso o tienen Internet escaso como resultado de tratar a la geografía como una nueva forma de recurso natural que puede conducir a un desarrollo económico más amplio. Muchas gracias. (Aplausos)