Me gusta conducir. Me gustan los coches. Estoy seguro de que a Uds. también. Me gustaría preguntarles algo: ¿qué ocurre cuando no tienes coche? Y esa es la situación en la que me encuentro. No tengo coche, lo perdí. Así que me he dado cuenta de que tendré que hacer otra cosa. Voy a tener que caminar o ir en autobús, o quizá incluso usar la bicicleta. Y fue entonces cuando me di cuenta de que Lexington, mi ciudad, tiene un increíble despliegue de instalaciones para ello. Por instalaciones me refiero a carriles para bici. El término vale para muchas cosas, pero ahora hablo de carriles. Y me di cuenta de que aquí tenemos una muy buena infraestructura. Sin embargo, a veces no todo sale bien. Había situaciones en las que pensaba, vaya, esto es muy peligroso. No es cool, de verdad que no. Pensemos: ¿por qué la gente va en bicicleta? ¿Por otros deciden usar otro medio de transporte? Me percaté de que, en mi caso, debía hacerlo. Había situaciones en las que no podía hacer otra cosa. Pero también me di cuenta de que me gustaba lo sano y los muchos otros beneficios que da el ir en bicicleta, sobre todo el llegar rápidamente a cualquier parte. Saben que en Lexington, de media, se tarda una hora en recorrer 40 km, no importa si vas a 130 km/h para pasar el semáforo, vas a tardar lo mismo en llegar: de Hamburgo al centro tardas unos 30 minutos. En coche se tarda más o menos lo mismo. Así que decidí que tenía que empezar a replantearme el orden jerárquico de velocidad, como lo llamo, en relación con el transporte. No importa que consideremos que el coche, el autobús, la bicicleta o caminar tienen un mayor valor. Tenía que replantearme cómo pensaba el transporte. Porque a día de hoy valoramos más el coche y pensamos que todo lo demás es secundario. El 90 % de la gente va al trabajo en coche, mientras que solo el 0,6 % va en bicicleta. Aun así, el 70 % de los viajes en coche son de distancias de unos 3 km. En bicicleta puedes ir a unos 40 km/h, igual que en coche. No hay una razón detrás: de buenas a primeras, la bicicleta se volvió tan importante como el coche. Cuando hay un equilibrio entre el proceso de decisión y acción a la hora de decidir si vamos en bici, andando o coche, sobre todo si es en bici, empiezas a pensar de forma crítica en cómo vas de un sitio a otro y en cómo elegir el medio de transporte correcto. No se trata de ir en bicicleta porque debamos, sino porque queramos hacerlo. Y eso me hizo plantearme qué clase de gente va en bicicleta, lo cual es algo es importante. Si hay gente que va siempre en bicicleta, y gente que no, ¿cómo mejoras la infraestructura? ¿Qué hace que la gente vaya en bicicleta? Y luego pensé: ¿quiénes son estas personas que no van en bicicleta? Me hizo pensar en todos: ¿quién va en bicicleta y quién no? Para empezar, tienes a una persona. Esa persona puede ser cualquiera: un estudiante, un compañero, alguien de tu día a día. Y luego tienes a los hipsters que siempre están montando en algo. Montan sobre la nieve, sobre la carretera, lo más seguro es que lo hagan delante de ti y te hagan enojar. Y luego están los profesionales que lo hacen para estar en buena forma, para participar en un triatlón, para ganarse la vida como repartidores en bici o profesionales como Lance Amstrong en el Tour de Francia, y todo eso. También tienes gente que lo hace para entretenerse. Aquí tenemos a alguien que está jubilado. Quizá un día decida sacar la bicicleta del garaje. Aun así, no tiene por qué ser ninguno de estos casos. Al parecer, si hablamos con la gente que guarda sus bicicletas, aquellos que se gradúan en la universidad, forman una familia, crecen y empiezan su primer trabajo; ellos lo hacen, meten la bicicleta en el garaje y no vuelven a sacarla hasta que se jubilan. Así que formamos estos grupos: jubilados, gente que lo hace para divertirse, los de los fines de semana por diversión y gente que lo utiliza de forma habitual para viajar. Van al trabajo. Están empezando una nueva vida. Y esa gente necesita ir en bici. Cuando hacemos eso, cuando empezamos a elegir y a pensar en nuestro sistema de transporte como una serie de opciones factibles, dependiendo lo que estés haciendo, adónde vayas, por qué lo haces, la distancia y lo rápido que quieras llegar. Es ahí cuando puedes averiguar cómo vas a llegar de un lado a otro con tu bicicleta, y cómo quizá elijas tu bicicleta para ir a esos sitios en lugar de ir en un coche u otro transporte. Y al hacer eso, empezaremos a ver un incremento de gente en bici en nuestra comunidad. Y conseguiremos mejores infraestructuras, y así no será tan peligroso. Me gustaría retarles a todos los que están aquí a que piensen antes de usar el coche o el autobús y se planteen usar la bici en su lugar para así mejorar las vidas de todos los ciclistas de su comunidad. Gracias. (Aplausos)