En lo profundo de la tierra yace gas natural que alguna vez fue inaccesible. Este gas fue formado posiblemente durante millones de años, a partir de organismos descompuestos expuestos a alta presión y temperatura bajo la corteza terrestre. Hay una tecnología llamada fracturación hidráulica, conocida como "fracking", que puede extraer este gas natural y posiblemente darnos energía en las siguientes décadas. ¿Cómo funciona el fracking, y por qué es causa de una controversia tan agitada? Un lugar de fracking puede estar en cualquier lugar con gas natural, desde un desierto remoto hasta a varios cientos de metros de tu patio interior. Comienza con un agujero vertical largo conocido como pozo perforado a través de capas de sedimento. Cuando el pozo alcanza 2500-3000 m, está en su punto de inicio donde puede comenzar la perforación horizontal. Se gira 90 grados y se extiende horizontalmente por casi 1.5 km a través de una capa negra comprimida llamada formación de roca de esquisto. Un cañón de perforación especializado es llevado al fondo y disparado, creando una serie de pequeños agujeros de 3 cm que atraviesan el recubrimiento del pozo hasta la capa de roca. Tres o cuatro meses después de la primera perforación, el pozo está listo para comenzar la fracturación. El fluido de fracturación es bombeado en el pozo a presiones muy altas, que rompen la roca de esquisto creando fracturas por las que el gas y el petróleo atrapados pueden escapar. El fluido es más de 90 % agua. El resto es un concentrado de aditivos químicos. Esto depende de las características del lugar de fracking pero normalmente se clasifica en tres categorías: ácidos para limpiar escombros y disolver minerales, aditivos reductores de fricción para crear una forma resbalosa de agua llamado fluido de baja fricción, y desinfectante para prevenir crecimiento de bacterias. También se mezcla arena o arcilla para mantener abiertas las fisuras, así el gas y petróleo pueden salir después de que se libera la presión. Se estima que todo el bombeo y la descarga en el fracking usa en promedio 11 a 22 millones de litros de agua por pozo. Esto no es mucho realmente, comparado con la agricultura, las plantas generadoras, e incluso el mantenimiento de campos de golf, pero puede tener un impacto notable en el suministro local de agua. Deshacerse del agua utilizada es también un problema. Junto con el gas atrapado que es bombeado a la superficie, millones de galones de liquido fluyen en retorno. Este líquido contiene contaminantes tales como: material radioactivo, sales, metales pesados, e hidrocarburos que necesitan ser almacenados y desechados. Esto se hace por lo general en fosas en el sitio del pozo o fuera de sitio en plantas de tratamiento de aguas. Otra opción es reciclar el agua de retorno, pero el reciclaje puede incrementar el nivel de contaminación ya que el agua es más tóxica en cada ciclo de uso. Los pozos están recubiertos típicamente con acero y cemento para evitar que contaminantes se filtren en aguas subterráneas. Pero cualquier negligencia o accidente relacionado con el fracking puede tener efectos devastadores. Fracturar directamente en aguas subterráneas, peligrosas filtraciones y fugas subterráneas, e inadecuado tratamiento y disposición de agua de desecho altamente tóxica puede potencialmente contaminar agua potable cerca del lugar de fracking. También existe preocupación por el riesgo de temblores y daño en infraestructuras por la presión y el agua de inyección residual. La relación entre fracking y aumento en la actividad sísmica deja preguntas si resolver a cerca del desequilibrios de presión a largo plazo que podrían estar sucediendo en lo profundo de la superficie bajo nosotros. Sin embargo, la mayor controversia del fracking sucede por encima del suelo. El consenso general es que es mejor para el ambiente quemar gas natural que quemar carbón. porque el gas recuperado con fracking emite solo la mitad de dióxido de carbono respecto al carbón por unidad de energía. Aunque la polución causada por el fracking no es despreciable. El metano que se escapa durante el proceso de perforación y bombeo es muchas veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero. Algunos científicos creen que el metano finalmente se disipa, por lo que tiene un impacto relativamente bajo a largo plazo. Pero una pregunta más grande queda en el aire. ¿Consume el fracking tiempo, dinero e investigación que pudiesen ser destinados a desarrollar fuentes de energías renovables? El gas natural no es renovable, y el interés económico a corto plazo que apoya al fracking puede ser poco frente al calentamiento global. Los expertos aún están examinando los efectos generales del fracking. Aunque el fracking moderno ha sido conocido desde los años 40, su uso ha incrementado en las últimas décadas. Al bajar las fuentes de gas natural, los costos de energías no renovables aumentan, y las tecnologías de punta lo hacen muy accesible. Pero muchos países y regiones han prohibido el fracking como respuesta a las preocupaciones ambientales. No se puede negar que el fracking ha cambiado el panorama energético mundial pero, ¿cuál es el beneficio a largo plazo y a que costo?